El emblemático Malecón de La Paz podría dar paso al ambicioso proyecto “Distrito Malecón” que pretende transformar una superficie de seis mil 627 metros cuadrados en un complejo de uso mixto. Esta obra, que consta de dos torres, ubicada en la esquina de Paseo Álvaro Obregón y Héroes del 47 en la colonia El Esterito, desató la preocupación entre vecinos y ambientalistas por el impacto que detonaría en la ciudad que ya enfrenta serios problemas de abastecimiento de agua, energía eléctrica y de servicios.
El complejo inmobiliario y turístico es promovido por DECOPE Hotelera y Turismo S.A. de C.V., cuyo representante legal, Carlos Francisco Estrada Talamantes, asegura en su Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) entregada a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) que la construcción se desarrollará sin riesgos ambientales significativos.
El proyecto contempla dos edificios: uno para locales comerciales y de restauración; y otro de siete niveles destinado a uso comercial y residencial, con un estacionamiento subterráneo y áreas de esparcimiento en la azotea, incluyendo albercas y terrazas.
En septiembre del 2023 el proyecto ingresó a la cancha de la Semarnat y presentó su intención de edificar; para noviembre de ese año -y en tiempo récord- “Distrito Malecón” ya contaba con su autorización de impacto ambiental, sin que hubiera una consulta pública. En su aprobación de múltiples permisos participaron autoridades municipales, estatales y federales de la actualidad.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) interpuso un amparo ante un juez federal porque no fueron consideradas las peticiones de los ciudadanos de una consulta pública a la que se tiene derecho; incluso la Semarnat indicó que tenían detalles que solventar para iniciar la consulta pública y les darían aviso.
Sin embargo, al involucrarse ambientalistas para realizar la consulta, se ampararon y el juez ordenó retirar el permiso de impacto ambiental en tanto no se realice la consulta pública. En cuanto a los habitantes de El Esterito, un barrio con historia y tradiciones, expresaron su preocupación sobre cómo este proyecto podría alterar la esencia del lugar.
El municipio de La Paz ya enfrenta problemas severos de abastecimiento de agua, aunado a los constantes apagones por la sobredemanda de energía eléctrica durante la temporada de calor y la imperante necesidad de servicios públicos para la población, que el Ayuntamiento de La Paz no cumple con los ciudadanos.
“Aunque el proyecto no esté en una zona protegida, el incremento en el uso de recursos y la generación de residuos inevitablemente impactará; esto que está de moda, como dicen, lo sostenible de La Paz está en juego, y necesitamos considerar si estamos dispuestos a pagar ese precio y nos convirtamos en Los Cabos o Cancún”, señaló Roberto Santacruz López, de la colonia El Esterito.
El proyecto sigue en análisis y en espera de que la autoridad brinde un tiempo pertinente de 20 días hábiles para que se desarrolle la consulta pública.
La autorización ambiental, según la MIA, fue solicitada por el promovente para un periodo de ejecución de obra de 36 meses y 50 años de operación del complejo inmobiliario y turístico.
EL PROYECTO MAL PLANEADO
Con una de las mejores vistas de la zona del malecón costero, espacialmente estaría ubicado contra esquina del Molinito de La Paz y junto al canal de desagüe de El Esterito; los inversionistas, en conjunto con las autoridades del Ayuntamiento de La Paz, intentaron burlar los “vacíos legales” en el Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en materia de impacto ambiental.
Artículo 5.- Quienes pretendan llevar a cabo alguna de las siguientes obras o actividades, requerirán previamente la autorización de la Secretaría en materia de impacto ambiental:
Construcción y operación de hoteles, condominios, villas, desarrollos habitacionales y urbanos, restaurantes, instalaciones de comercio y servicios en general, marinas, muelles, rompeolas, campos de golf, infraestructura turística o urbana, vías generales de comunicación, obras de restitución o recuperación de playas, o arrecifes artificiales, que afecte ecosistemas costeros, con excepción de:
c) La construcción de viviendas unifamiliares para las comunidades asentadas en los ecosistemas costeros.
La empresa trató de evadir la responsabilidad de presentar la autorización en materia de impacto ambiental, dando entender que el megaproyecto turístico pretendía resolver la demanda de vivienda:
Sin embargo, no añaden que se trata de departamentos de lujo y que no resuelve la necesidad de vivienda unifamiliar.
Mario Sánchez, del CEMDA, reiteró que este megadesarrollo turístico pondría en riesgo la vida como la conocemos, ya que actualmente la zona carece mucho del servicio de agua potable, el drenaje colapsa en cada lluvia y los servicios públicos municipales son deficientes.
“Construir dos torres de siete niveles, 89 unidades habitacionales y 19 espacios de lotes comerciales, entonces con lo respectivo de tema urbano; y la pregunta es por qué está relacionado el tema ambiental. Y lo que nosotros les decimos es que la Ley establece que las obras que están en zonas costeras tienen que pasar por el proceso de evaluación impacto ambiental. No importa que haya una calle, dice está en el malecón, entonces ya esto es ciudad y ya no entra lo que tiene que ver con medio ambiente; (pero sí) tiene que ver porque todo lo que sucede en la costa repercute de una u otra manera en el medio ambiente, y no sólo en el medio ambiente, sino que repercute una mala planeación, un mal crecimiento urbano. Repercute en la calidad de vida de las personas”, explicó el experto.
La demanda de los habitantes, no sólo de El Esterito, sino de toda la ciudad, tiene que ver todo con la necesidad de agua potable, porque los habitantes no tienen acceso a este servicio, y para atender a este complejo inmobiliarios uy turístico tendrían que obtener el agua de alguna manera, y la única es privando a las familias de esta necesidad como lo es el agua.
EL CÁRTEL DEL AGUA
Para el CEMDA ha quedado muy clara la rapidez con que el Ayuntamiento de La Paz, de Milena Quiroga Romero, que hoy busca la reelección, entregara todas las autorizaciones municipales para apresurar el desarrollo inmobiliario y turístico, anteponiendo al proyecto de dos edificios ante la tranquilidad de los paceños y paceñas.
Entre el 24 de mayo del 2022 y 29 de junio del 2023, el Ayuntamiento otorgó siete autorizaciones ambientales, de imagen urbana, obras y hasta la factibilidad de prestarle el servicio de agua potable al complejo.
Algunos llaman ya como el “cártel del agua” a las autoridades municipales, estatales y federales que han otorgado diversas autorizaciones, incluyendo la factibilidad para el suministro de agua potable y alcantarillado por parte del Organismo Operador del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento (Oomsapas) de La Paz.
Y es que el proceso ha sido cuestionado por la rapidez con la que se otorgaron estos permisos y la falta de consultas exhaustivas con la comunidad afectada. Todo fue otorgado con complacencia, de manera sospechosa, y todo parece indicar que los representantes de Acora BCS A.C. serían los responsables de aprobar estos proyectos, organización comandada por Milena Quiroga.
Según el acta constitutiva de Acora BCS, estaría integrado por Milena Quiroga Romero, alcaldesa con licencia y responsable de aprobar múltiples autorizaciones al complejo inmobiliario y turístico que pondría en riesgo la disponibilidad de agua potable, generaría más apagones y ocasionaría que los servicios básicos no lleguen a las familias.
José Alberto Camberos, esposo de Milena Quiroga; Juan José Quiroga Romero, padre de la alcaldesa; Julio César Villarreal, director local de la Comisión Nacional del Agua (Conagua); Lesvia Tatiana Davis Monzón, directora de la Comisión Estatal del Agua (CEA); y también Mario Ramón Gálvez Gámez, ex director del Oomsapas La Paz y que otorgó sin pensar la factibilidad para prestar el servicio de agua potable a las dos torres de siete niveles, 89 unidades habitacionales y 19 espacios de lotes comerciales.
El llamado “cártel del agua” habría otorgado factibilidades autorizaciones y vistos buenos para el proyecto, como es:
*Factibilidad de agua potable y alcantarillado, con fecha 29 de junio del 2023, por el Oomsapas de Mario Gálvez.
*Autorización de uso de suelo mixto en el corredor urbano de la Dirección General de Desarrollo Urbano y Ecología, el 28 de mayo del 2019.
*Uso de suelo comercial para locales, hotel y departamentos de la Dirección de Ordenamiento del Territorio, con fecha 24 de mayo del 2022.
*Constancia de Área Impactada (sin vegetación nativa) en Zona Urbana, de la Dirección de Medio Ambiente, el 22 de septiembre del 2022.
*Plano vial autorizado por la Dirección de Movilidad y Espacio Público, en diciembre del 2022.
*Autorización de alineamiento por Obras Públicas Municipales, el 20 de enero del 2023.
*Resolución positiva para la modificación de la vía pública por la Dirección General de Gestión Integral de la Ciudad, institución recién creada en la administración de Milena Quiroga.
*Autorización del proyecto en relación a la Imagen Urbana por la Dirección de Ordenamiento del Territorio, el 7 de marzo del 2023.
*Deslinde de afectación del predio por escurrimientos artificiales, que entrega la Conagua, el 28 de septiembre del 2022.
*Factibilidad para el abastecimiento de energía eléctrica por la CFE, el 21 de enero del 2023, pese a los múltiples apagones que registra La Paz.
Los miembros de la asociación están colocados en puestos claves municipales, estatales y federales para desde autorizar la factibilidad de proyectos y, en su caso, brindar o negar el agua potable y afectar a su vez a los habitantes.
Las autorizaciones en fast-track ponen en peligro la estabilidad de los habitantes del municipio de La Paz, pues en este caso la administración municipal entregó toda autorización al complejo inmobiliario y turístico con el afán de desarrollar e impactar el Malecón; y con estas acciones está más que claro que los servidores públicos municipales pusieron en bandeja de plata las necesidades más marcadas de los habitantes.
“Es un punto de partida para voltear a ver, no nada más es el proyecto de Distrito Malecón, sino cuántos proyectos están en una zona y la capacidad que tienen estas zonas, porque también el materia ambiental hay una capacidad de carga; pero en materia urbana también la capacidad de carga y eso es lo que regularmente no se analiza por parte de la administración pública. Y El Esterito, por ejemplo, es el ejemplo perfecto para decir que la capacidad de carga urbana está siendo suficiente o no; si se desborda un cárcamo porque no tiene capacidad de drenaje, pues hay un indicador”, finalizó Mario Sánchez del CEMDA.