Gonzalo P. Curiel, juez federal de la Corte Federal Distrito, para el Distrito Sur de California, dictaminó, el 25 de junio de 2024, que el Gobierno de Estados Unidos violó los derechos de dos niños estadounidenses, al detenerlos por varias horas, cuando intentaban ingresar a EE.UU. desde México, para ir a estudiar.
Ante ello, el Gobierno estadounidense tendrá que pagar 175 mil y 1.1 millones de dólares, respectivamente, a Óscar Amparo Medina y su hermana, Julia Isabel Amparo Medina, después de que fueran detenidos, en marzo de 2019, por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP, por sus siglas en inglés).
Los hermanos, de 14 y 9 años de edad, respectivamente y en ese entonces, pasaban diariamente por el cruce fronterizo entre Tijuana, Baja California y San Ysidro, en California, para ir a la escuela en el lado estadounidense.
Ella asistía al cuarto grado en la escuela primaria Nicoloff y él al noveno grado en la escuela secundaria San Ysidro. Ambos son ciudadanos estadounidenses con pasaporte. Sin embargo, los agentes de la CBP sospecharon que los menores de edad mentían respecto a sus identidades y pensaron que el niño podría haber estado traficando con su hermana.
Ante ello, la niña fue detenida por 34 horas, mientras que su hermano fue retenido por 14 horas, ambos en celdas diferentes. Curiel indicó que las acciones de los agentes de la CBP fueron negligentes, con un encarcelamiento injustificado y produciendo angustia emocional en los menores de edad.
Según documentos judiciales obtenidos, después de horas de interrogatorio, la niña, bajo presión, dijo que ella no era Julia Isabel Amparo Medina, sino una prima suya y que su hermano la estaba traficando.
Michelle Cárdenas, amiga de la madre ambos niños, los llevaba la escuela cerca de las 07:00 am de 22 de marzo de 2019, pero al mirar que la fila para cruzar la garita de San Ysidro estaba congestionada, instruyó a los menores de edad, a que cruzaran la frontera para que un servicio de aplicación Uber terminara el viaje en territorio estadounidense.
Sin embargo, los agentes fronterizos sospecharon que los niños mentían, porque la fotografía del pasaporte de Julia Isabel Amparo Medina era de una niña distinta, debido a un supuesto “lunar”, como lo describió el Gobierno de EE.UU., o un simple “punto” en su cara, como dijo la defensa de los menores.
No obstante, los menores de edad fueron llevados a una inspección secundaria, donde la niña fue interrogada por un agente fronterizo identificado como Willmy Lara, que según la familia de Julia Isabel Amparo Medina, la coaccionó para que dijera ser una persona diferente.
Según el juez federal, aunque el Gobierno de EE.UU. aseguró que los niños acordaron mentir respecto a la identidad de Julia Isabel Amparo Medina, no ofreció una explicación racional para ello. Ante ello Curiel criticó que no se conocieron detalles del interrogatorio de la menor de edad, debido a que estuvo a solas con el agente, sin testigos, ni grabaciones, en una violación de la política de la CBP.
“Julia comenzó declarando que era Julia, pero en algún momento, bajo la influencia y la presión de un intenso oficial conocido por sonsacar confesiones, aceptó que en realidad era [su prima] Melany […] Tener dos oficiales en una entrevista está pensado como un control de la presión ejercida por los oficiales, y ese control falló”, enfatizó el juez federal.
Tras la falsa confesión de Julia Isabel Amparo Medina, los hermanos fueron llevados a otro centro de detención y encerrados en diferentes celdas, donde el niño contó que le indicaron que iba a ser acusado de tráfico de personas, si no aceptaba que en realidad la pequeña era su prima Melany.
Al final, Óscar Amparo Medina terminó estampando su firma en la confesión, tras horas de interrogatorios e intimidación y promesas de ser liberados. Sin embargo, luego de que Julia Isabel Amparo Meidna también aceptara esa falsa versión, cuando los agentes de la CBP le mostraron lo que había firmado su hermano, la pequeña quedó detenida, algo que también criticó Curiel.
“Aunque inicialmente pudo haber existido una sospecha razonable para creer que Julia estaba haciendo una falsa reclamación de ciudadanía mediante el uso fraudulento del pasaporte de otra persona, la duración de su detención y la de Óscar no fue razonable y violó la Cuarta Enmienda porque los oficiales repetidamente no tomaron las medidas disponibles para investigar sus sospechas y no siguieron las propias políticas y precauciones de la CBP con respecto al tratamiento de los menores detenidos”, escribió el juez federal.
“Los oficiales de CBP no aprovecharon las oportunidades de investigación disponibles que habrían reducido sustancialmente el período de detención de los menores […] y, después de obtener la confesión falsa, los detuvieron sin más investigación durante más de cinco horas y siguieron deteniéndolos cuando su madre llegó al puerto de entrada, con sus certificados de nacimiento y tarjetas de seguridad social”, abundó el juez federal.
Tras esta experiencia, la familia de los hermanos dijo que ambos tuvieron que acudir a terapia. Thelma Galaxia Medina, la madre de los menores, aseguró durante el juicio sobre el caso celebrado en marzo de 2024, que Julia Isabel Amparo Medina no dejaba de gritar que ella era Julia y no Melany, tras ser anestesiada durante una intervención quirúrgica de 2021.
“La gravedad de la conducta de los oficiales se ve exacerbada por el hecho de que estaban en posiciones de poder y autoridad sobre los demandantes […] Por lo tanto, el tribunal concluye que la conducta [de los agentes] fue extrema e indignante”, explicó Curiel.
“El sentido común y la experiencia humana ordinaria indican que no era razonable detener a Julia durante 34 horas para determinar su identidad o a Óscar durante unas 14 horas para determinar si estaba traficando con su hermana, cuando había múltiples medios de investigación disponibles que los agentes no usaron”, enfatizó el juez federal, en la sentencia que cerró dicho caso.
Además, Curiel también determinó que el Gobierno de EE.UU. violó también la Quinta Enmienda y que provocó, de manera intencional, angustia emocional a los hermanos. Ante ello, concedió así 1.1 millones de dólares por daños y perjuicios a Julia Isabel Amparo Medina, así como 175 mil dólares a Óscar Amparo Medina y 250 mil dólares a la madre de ambos niños. “No debería esperarse que ninguna persona razonable soportara la angustia sufrida por los demandantes”, concluyó.
Información de EFE, Telemundo, NBC 7 San Diego y KNSD.