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jueves, noviembre 21, 2024
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Narcocultura

“Los dioses han creado a todos los hombres para que sean felices;

luego, si son desgraciados, es por su propia culpa”. -Epicteto.

Dentro del complejo panorama cultural en México, la narcocultura ha surgido como un fenómeno que ejerce una gran influencia de manera fundamental en la juventud de nuestro país. Este extraño y perverso fenómeno abarca desde la música, la moda, la televisión y por supuesto las redes sociales, en una sociedad como la mexicana, con un gran nivel de incultura, en donde la gente ya no sólo no compra libros, sino que tampoco les da lectura. Un ejemplo de ello son los alumnos universitarios, que muy excepcionalmente compran un libro que algún maestro no sólo les recomendó sino que se los exigió; en el caso excepcional en que lo llevan a clase, se trata de una fotocopia del libro solicitado.

Un ejemplo más abundante todavía es que usted les pida de manera obligatoria que lleven la constitución a clase y les advierte que debe de ser en papel, esto es un libro… Pues, ni así lo hacen; la llevan en su celular o en su laptop, son incapaces de adquirir un libro por su propia cuenta porque nunca vieron el ejemplo en casa de que al menos los diarios locales -y quién sabe los nacionales- se compran, se comentan en la hora de la comida o de la cena y mínimo adquirieron esa cultura y ese hábito; pero en una gran mayoría de los hogares de nuestro país lo que prolifera son las revistas de chismes del medio artísticos, por citar algunos lamentables ejemplos.

Decíamos que ese fenómeno ha desarrollado sus raíces en la sociedad mexicana, creando modelos de actitudes, comportamientos y percepciones en torno a narcotráfico y a la violencia asociada.

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Habrá que resaltar que detrás de la fascinación superficial que cautiva, la narcocultura plantea desafíos significativos y preocupantes, muy especialmente en lo que respecta al impacto negativo que genera entre los jóvenes. 

La música, por ejemplo, y en particular el género de los narcocorridos, ha sido un elemento esencial para la difusión de la narcocultura. En las canciones se cuentan las historias de las asombrosas e increíbles aventuras de los narcotraficantes, y por supuesto se glorifica su estilo de vida; desafortunadamente, han alcanzado una alta popularidad en ciertas regiones del país y así se construye una glamurosa y romántica aventura en torno al crimen organizado.

Verán ustedes cómo es muy común que en las reuniones de jóvenes se escuchen estos narcocorridos y sean más esperados que una buena canción de rock o una balada; si es que hay entre los jóvenes quien la escuche y sepa su significado, incluso, cuando las escuchan a un altísimo volumen, la cantan con un entusiasmo desbordante, como jamás se han atrevido a entonar el Himno Nacional Mexicano. Pero un gran ejemplo de esta desviada y equivocada actitud se encuentra en aquello que los hijos ven de sus propios padres.

Además de la música, la narcocultura tiene diversas manifestaciones en la vida diaria de las personas, esto incluye la moda y el consumo de bienes de lujo que siempre se encuentra asociado con el narcotráfico. Hoy el narco se ha convertido en un símbolo de poder y de estatus en prácticamente todas las comunidades del país, pero en especial entre los jóvenes que buscan escapar de la marginación y de la pobreza. ¿Qué joven no anhela utilizar ropa de “marca”, camisas, pantalones, chamarras, tenis, automóviles, relojes, joyas? Y por supuesto todos los accesorios que sean símbolos relacionados con el narcotráfico, que además se ha vuelto algo sumamente común, se alimenta la cultura de la ostentación y el consumo excesivo y viene a nuestra mente el adagio sinaloense, traído de las líneas de La Reina del Sur, la maravillosa novela de Arturo Pérez Reverte Gutiérrez: “Más vale una vida de cinco años de rey, que toda una vida de buey”.

Y claro, no se puede ignorar como elemento crucial de la narcocultura la representación en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión y en el cine. Las películas y las series que retratan de manera muy continua la vida de los narcotraficantes y sicarios han cosechado éxitos de taquilla y de audiencia, contribuyendo de esta forma a una distorsión de la glamurosa vida criminal.

Benigno Licea González es doctor en Derecho Penal y Derecho Constitucional; fue presidente del Colegio de Abogados “Emilio Rabasa” y actualmente preside el Colegio de Medicina Legal y Ciencias Forenses de B.C.

Correo: liceagb@yahoo.com.mx

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