“Se me ocurrió preguntarle a la señora intérprete y guía que nos acompañó en la región de Rostov on Don, que si creía en Dios, y me contestó textualmente: ‘Eso es uno de tantos mitos de los pueblos ignorantes, que no han tenido la fortuna de tener un hombre como el maestro Stalin…’ Y pensando un momento dijo: ‘No soy fanática, pero gustosa daría mi vida por él en caso necesario’”.
– Abelardo L. Rodríguez. Notas de mi viaje a Rusia, “La Divinización de Stalin”(1938).
Abelardo L. Rodríguez, general mexicano, fue gobernador del Distrito Norte de Baja California (1923-1930), y presidente interino en 1932-1934.
México ha tenido cuatro sonorenses presidentes de la República; unos más insolentes como ninguno, Álvaro Obregón, mandó dinamitar el Ayate original de Nuestra Señora de Guadalupe en el marco de la persecución religiosa anticatólica (1917-1935). Y dinamitó dos veces la estatua de Cristo Rey de Silao, Guanajuato. El piloto perpetrador murió después, al estrellarse su avioneta en Querétaro. El ex presidente fue abatido por el potosino José de León Toral en su “fiesta” de reelección en La Bombilla, San Ángel.
En estos días, vía YouTube, don Juan Sandoval Íñiguez, Cardenal Emérito de Guadalajara, abiertamente en 2024 como lo hiciera en 1938 don Abelardo L. Rodríguez en sus Notas de mi viaje a Rusia, como iluminado por Alexander Solyenitzyn, Nobel de Literatura 1970, advierte del peligro del comunismo para México. Y en el colmo de la sátira Joan Manuel Serrat cantaba en Tijuana “Disculpe el señor”: “Que Dios le inspire o que Dios le ampare, que esos no se han enterado, que Carlos Marx está muerto y enterrado.”
Antes de llegar a Ensenada, Baja California, está el poblado El Sauzal de Rodríguez. En referencia al ex gobernador, los asistentes a la misa de cuerpo presente de don Abelardo (5 de febrero de 1967) vieron cómo el ex presidente López Mateos, asistente, fumaba como chacuaco fuera del templo.
Cuando don Lázaro Cárdenas gobernó el país (1934-1940), tuvo que desterrar a San Diego, California, al fundador del Partido Nacional Revolucionario (PNR), antecedente del PRI, don Plutarco Elías Calles. Un sacerdote jesuita le visitaba discretamente y le administró los sacramentos al otrora perseguidor. La hermana María de Jesús Rodríguez fundó en Tijuana la congregación religiosa de Franciscanas de Nuestra Señora de la Paz. La conversión de don Plutarco, dice el licenciado Armando Chávez Camacho, ex director de El Universal de México, “fue un milagro del padre Miguel Agustín Pro Juárez”,a quien fusilaron en el viejo edificio de la Lotería Nacional y citaron a rueda de prensa para dar a conocer el “Juicio contra el padre Pro”.
Creo que Enrique Krauze en El Mesías Tropical advierte que AMLO imitaría al contemporáneo de los sonorenses, al chiapaneco Tomás Garrido Canabal, que siendo gobernador de Tabasco, clausuró todos los templos de todas las denominaciones y las convirtió en una especie de salones soviets. Como si no tuviera uno insomnio con tanta maldad en el mundo y en México tanta mentira, y tanta incertidumbre.
El próximo domingo 2 de junio es el 95 Aniversario de la muerte del General en Jefe del Ejército Libertador Cristero, que le ganó al Ejército Mexicano aquella cruenta guerra cristera: el regiomontano José Enrique Gorostieta. ¡Madre mía de Guadalupe, por tu religión me van a matar! (Valentín de la Sierra).
Admirable en su narrativa, don Abelardo Rodríguez (1938) relata: “A lo largo del río Volga y especialmente en las costas del Mar Negro, se han establecido las casas para descanso, pero nos pudimos dar cuenta de que sólo a la burocracia privilegiada… les es posible disfrutar de ellas… Aquellos los pobres, se quedan a descansar en los nueve metros cuadrados de la habitación que se le concede a cada uno, por la módica renta del nueve al 11 por ciento de su sueldo mensual; 100 a 200 rublos (cinco a diez dólares)”.
En 2005 en Ucrania un pediatra percibía 100 dólares mensuales, ya sin ser parte de Rusia; mientras que en Cuba un médico hoy gana de 25 a 30 dólares mensuales. En las escuelas cooperan para tener un abanico. Ah, pero en las oficinas gubernamentales y del Partido Comunista de Cuba, refrigeraciones de ventana. Del Santo me espanto, del pillo no tanto.
“La propaganda para la divinización del dictador, se antoja teatral al viajero. Dondequiera se ven enormes cartelones con su retrato, pegados a las paredes de los edificios, siguiendo el estilo llamativo de los que anuncian circos norteamericanos”. (Abelardo L. Rodríguez, Notas de mi viaje a Rusia, 1938).
Germán Orozco reside en Mexicali, B.C.