Como persona que dedica buena parte de su tiempo a practicar ejercicio, hay una palabra que no se desea escuchar en el ámbito deportivo, pero que constantemente se oye: Inflamación.
Y por supuesto, no sólo quienes nos ejercitamos podemos llegar a sufrir una hinchazón, sino que infinidad de víctimas de todos los estratos la sufren.
Suele ocurrir que la gente no sabe la causa del edema, y por lo general, primero lo padecen y luego se enteran de qué lo motivó, origen que en muchos casos pudo haber sido prevenido, ahorrándose molestias, que pueden ser desde mínimas hasta graves (e incluso mortales).
El que el cuerpo (o una parte de él) llegue a dilatarse, puede deberse a muchas razones.
Por ejemplo, como efecto del calor ambiental, se puede producir un tipo de inflamación que provoca que se hinchen brazos o piernas si se ha estado sentado o de pie en forma prolongada.
Otro motivo de hinchazón puede ser el uso excesivo de una determinada parte del cuerpo (p. ej. los pies, al caminar excesivamente o usar zapatos muy apretados) o directamente como consecuencia de una lesión o un golpe.
Mientras que saber la causa de la distensión puede tranquilizar parcialmente a quien la padezca, lo más peligroso en ocasiones es ignorar el motivo del abultamiento, ya que puede tratarse de una afección médica que, sin tratamiento, puede tener graves repercusiones.
Según la causa que motivó la inflamación, deberá buscarse el remedio que corresponda, pero insistimos que la prevención es la mejor medicina para adelantase a cualesquier mal de salud.
Antes, durante y después (deseando que no haya “durante y después”) de que se presente una inflamación de características sumamente preocupantes, hay que cuidar la alimentación, ya que ésta puede estar directamente relacionada con el origen del problema, especialmente si hay un desequilibrio en el organismo a causa del exceso o insuficiencia del consumo de determinados alimentos, sobre todo cuando se tiene el mal hábito de comer sal en extremo, ya que es uno de los principales motivos de graves enfermedades.
Pero si lamentablemente ya se tiene el padecimiento, en paralelo a que la alimentación se restructure para que sea la adecuada, quien esté padeciendo la inflamación deberá acudir con un profesional de la salud, para obtener un diagnóstico correcto y se le prescriba el tratamiento que le permitirá sanar (si se siguen fielmente las indicaciones médicas).
Además de todo lo anterior, el paciente tendrá una recuperación más rápida y placentera si se beneficia de remedios naturales de fácil acceso y agradable sabor, como el té de manzanilla, los plátanos, las habichuelas, espinacas, aguacate y aceite de oliva.
En el caso específico de hinchazón derivada de golpes y lesiones deportivas, son muy útiles el árnica y las compresas, alternando calor y frío.
Todo es cuestión de evitar la inflamación.
Alberto Sandoval ha sido profesor, servidor público, consultor, conferencista, deportista y activista ciudadano.
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