Finalmente, el día 25 de marzo del presente año, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) ordenó el cese inmediato al fuego en la Franja de Gaza. De los 14 miembros del consejo, 13 votaron a favor y Estados Unidos votó en abstención.
Los consejeros se autoaplaudieron efusivamente por su resolución, que llegó seis meses después de iniciada la masacre en Gaza y que de nada ha servido a los 32 mil 623 muertos en Gaza y a los 400 muertos del Banco Occidental (Mondoweiss, 1 de abril de 2024), pues no obstante, el Congreso de los estados Unidos y la administración Biden acaban de aprobar el envío a Israel de miles de millones de dólares en armas, que incluyen 1800 bombas mk84 de 2000 libras y 500 mk82 -cada una de ellas con capacidad de “arrasar o nivelar” una manzana completa-, además 25 caza bombarderos F-35. (Washington Post, “Democracy Now”, 1 de abril de 2024)
Con este nuevo arsenal, y a pesar de la resolución del CSNU, el gobierno de Netanyahu y sus fuerzas armadas siguen sus demenciales y genocidas actividades en Gaza, bombardeando indiscriminadamente hospitales y campamentos de refugiados establecidos alrededor de estos, asesinando médicos, personal de salud y periodistas. Al impedir la entrada de ayuda humanitaria, provocan deliberadamente la muerte por hambre y enfermedad a miles de personas, sobre todo a los más vulnerables, que son los niños y los ancianos. A la fecha, se han registrado más de 13 mil niños muertos y alrededor de cinco mil heridos con lesiones graves, como amputaciones de uno o dos de sus miembros. Se cree que aún restan alrededor de 7000 muertos que se encuentran bajo los escombros, por lo que la cifra de niños y mujeres muertos aumentará.
Entonces nos preguntamos ¿qué es lo que aplauden los consejeros de la ONU? El cese al fuego nunca se ha dado; por el contrario, se ha recrudecido. Israel busca la “solución final del problema palestino”, las nuevas y más poderosas armas recibidas y la crueldad y brutalidad en aumento así lo indican: se trata de que la Franja de Gaza sea inhabitable; con la destrucción lograda hasta ahora, “deben pasar al menos cinco años para que mínimamente sea habitable de nuevo, la única esperanza que tenemos -dice el Dr. Ghassan Abu-Sittah, está en la risa de nuestros niños, con ella derrotaremos al enemigo” (Dr. Ghassan Abu-Sittah, Palestinian Chronicle)
Israel es por hoy el estado más odiado del mundo; la hambruna masiva y las enfermedades matan niños diariamente, muertes que en otras circunstancias se curarían con las más elementales medidas de higiene y alimentación, o con el más sencillo tratamiento médico y medicinas. Según el director ejecutivo de la Fundación Mundial de la Paz (FMP) Alex de Wal, autor del libro Hambruna Masiva, Gaza está sufriendo una “emergencia alimentaria catastrófica”. El Comité de Revisión de la Hambruna de la Corte Internacional de Justicia había determinado desde diciembre del año pasado que “era absolutamente indispensable el cese al fuego y el inicio inmediato de un suministro sostenido de ayuda humanitaria en Gaza”.
Nadie hizo caso de la advertencia, ahora es demasiado tarde; la hambruna está ya en Gaza, ya están muriendo de hambre diariamente niños, quienes -aunque comiencen a comer ya- verán disminuidas sus capacidades intelectuales y serán más bajos de estatura que el promedio. Las niñas que han sufrido la hambruna transmitirán estas mismas incapacidades a sus hijos, aunque en menor grado, y los efectos del hambre en los niños que sobrevivan serán irreversibles. La hambruna, dice De Wal, “ya está en Gaza y en toda la población, es demasiado tarde”.
La abstención de los Estados Unidos en el Consejo de Seguridad, ha sido un acto calculado e hipócrita con el objeto de ganar votos en las próximas elecciones, pues el apoyo a Netanyahu le ha restado simpatías y seguramente perdería de continuar vetando las resoluciones de la ONU. Pero el cese al fuego es temporal; continuará la masacre cuando pase la fiesta religiosa del Ramadán, el suministro de armas continuará y el dinero seguirá fluyendo a Israel.
Entonces, ¿qué aplauden los consejeros? ¿La muerte de la gente que se junta alrededor de los pocos camiones de ayuda humanitaria que logran entrar a Gaza en busca de un poco de harina para saciar el hambre de sus hijos? ¿Eso es lo que aplauden los consejeros de la ONU?
Miles de niños y niñas ya están sentenciadas a morir de hambre en Gaza o de enfermedades relacionadas con la hambruna y de los bombardeos de las fuerzas armadas de Israel, que persiguen la limpieza étnica de Gaza; ya está Israel ofertando a los promotores de bienes raíces para vender las tierras de la franja a nuevos colonos.
Pero los niños de Gaza, los que aún tienen energías, a pesar de todo siguen siendo niños y juegan y ríen en los escombros y en las calles empolvadas de lo que fue su barrio, su casa.
“La risa de los niños nos permitirán derrotar al enemigo, es nuestra esperanza”, dice el Dr.Ghassan Abu-Sittah.
¡Por una Palestina Libre!
Atentamente,
Fidel Fuentes.
Correo: fidelfuentes@gmail.com