Dos historias sobrehumanas filmadas en la Sierra Tarahumara y de su cultura indígena protagonizarán la cartelera en México. El próximo jueves 25 de abril arriban el documental “La mujer de estrellas y montañas”, de Santiago Esteinou; y el thriller “Correr para vivir”, ópera prima de Gerardo Dorantes
Los paisajes montañosos, llanuras y cañones al Norte de México, específicamente de la Sierra Tarahumara (Chihuahua), serán un personaje vivo que atestiguará dos nuevas historias cinematográficas: la ficción “Correr para vivir”, sobre dos hermanos en eterna competencia con talento para correr centenares de kilómetros y que son forzados por el narcotráfico a abandonar sus sueños; y “La mujer de estrellas y montañas”, que documenta la vida de Rita Patiño, una mujer rarámuri que en los 80 pasó 12 años en un hospital psiquiátrico tras ser incorrectamente diagnosticada con esquizofrenia, y su retorno a tierra de los rarámuri.
La primera en cuestión enfatiza la amenaza de los grupos delictivos en Chihuahua, donde los hermanos Homero y Capó, que en sus tiempos libres corren grandes distancias por sinuosos caminos, llaman la atención de un entrenador importante, pero también del narco, que ve la oportunidad perfecta para pasar droga por la frontera, con lo que se resalta las virtudes del espíritu humano y evidencia que todo es posible con determinación.
Producida en majestuosos escenarios naturales que desafían la supervivencia del ser humano, “Correr para vivir” sostiene una competencia en contra del peligro que coloca en juego el destino, fraternidad, honor y familia, mostrando la vida contemporánea de los rarámuris a través de la actuación de Vladimir Rivera Mata, Manuel Cruz Vivas, Eligio Meléndez. Mayra Sérbulo, Emma Malacara y Osvaldo Sánchez.
Gerardo Dorantes, su director, explicó a ZETA su interés por los temas sociales: “Me gusta buscar temas incisivos en la sociedad. Soy amante del oficio cinematográfico y me gusta hacer thriller, éste me parece se da de forma natural, dos compadres que no saben si van a salir con vida. Además de desarrollar la historia entretenida, transmite lo que uno cree que viven estas personas a la hora de estar mezclados con narcotraficantes. ‘Correr para vivir’ no pretende dar juicios morales, satanizar o vanagloriar, sino contar una historia lo más realista posible, sobre todo esperanzadora. Al final la sociedad está harta de que le estén diciendo qué tan jodido está el país, eso ya lo sabemos, pero es importante dejar dicho que el espíritu humano es muy poderoso, resistente y resiliente para sobreponerse a las adversidades”.
En esta narrativa de fraternidad entre hermanos, de solidaridad y competencia, “decidí mostrar esas dos caras del ser humano, la habilidad y determinación por un lado, y cómo tirar el futuro a la basura; logramos una historia de vida muy real y de superación propia, en un contexto de falta de oportunidades para los jóvenes de comunidades rurales o más apartadas de la urbanización, donde no hay para dónde hacerse ni laboralmente, ni en estudios, y menos profesionalmente, en un ambiente precario por condiciones climáticas, con hambrunas durante las heladas”, agregó.
Sin duda alguna, la filmación de “Correr para vivir” implicó un gran esfuerzo. “Fue una aventura épica, no sólo por infiltrarse al mundo tarahumara, que lo hicimos de una manera consistente y respetuosa, sino por lo que requirió sumergirnos con equipo por la sierra. Al final es un homenaje contando sus historias, provocando atención para apoyarlos en lo deportivo, su seguridad, con incentivos para obtener mayores ingresos con sus cultivos. Visibilizarlos, tributar su talento para correr 250 kilómetros en 39 horas calzados en suela de llanta y cordones de cuero, sin parar, cuando el cuerpo humano no está diseñado para hacerlo, menos con una alimentación básica de maíz, frijol, y chile”, señaló Dorantes al semanario.
Respecto a “La mujer de estrellas y montañas”, es importante anotar que el filme documenta la vida de Rita Patiño, historia con la que Santiago Esteinou y la actuación de Ángeles Cruz, plantean reflexiones sobre el acceso a la salud mental en comunidades marginadas y la preservación de las tradiciones y lenguas indígenas.
“Esta película pone la luz sobre la escasez de recursos destinados al reconocimiento de la lengua materna y el acceso a la salud mental en comunidades indígenas, además de retratar las injusticias a Rita Patiño -quien murió a los 83 años, en medio del rodaje- al momento de ser encontrada en Kansas, donde nadie investigó sobre su lengua y asumieron, al ser ininteligible para ellos, que sufría de esquizofrenia, por lo que fue encerrada en un hospital psiquiátrico, y tras las secuelas del confinamiento y la medicación, regresó a la sierra, donde es cuidada por su sobrina con precariedad económica”, declaró Esteinou, quien enfoca la vulnerabilidad en la que esto sitúa a las mujeres indígenas rarámuris, y explora la solidaridad y afecto de los humanos aun en situaciones inesperadas.
“Es un homenaje a su vida, nos recuerda que sigue vigente la discriminación lingüística y que necesitamos erradicar esta violencia. Esta historia se gestó cuando leí el libro ‘Born to Run’, y en algún momento, en la página 82 me topé con un párrafo, ni siquiera un párrafo, menos de un párrafo que decía: ‘Una mujer corrió desde Chihuahua hasta Kansas, y cuando llegó a Kansas la internaron en un hospital psiquiátrico en contra de su voluntad, les tomó 12 años darse cuenta de que lo que esta mujer hablaba era una lengua perdida”, puntualizó el director, quien solicitó información de la demanda, encontrándose con otros cinco casos relacionados en Estados Unidos, coincidiendo con sus estudios de maestría en Derechos Humanos y Democracia.
“Conocí a una mujer muy fuerte, de carácter contestatario, que no se conformaba con las convenciones o roles de género que se le imponían; una mujer que cuando tenía que enfrentarse con un hombre lo hacía al tú por tú, y entonces poco a poco la película, con la participación de Ángeles, que se incorporó un poco después al proyecto, fuimos yendo digamos como de una Rita que prácticamente fue más una victima de un sistema injusto, a complejizar la forma en la que la retratábamos en la película”, relató Santiago Esteinou.