Vecinos de la calle Tarahumara, del fraccionamiento La Sierra, acusaron al Ayuntamiento de Tijuana, de abandono y opacidad, luego del deslave ocurrido hace un año, donde cayeron dos edificios sobre el bulevar Cuauhtémoc.
El 1 de abril de 2023 cayó uno de los dos edificios de departamentos que sufrieron un deslave, en el fraccionamiento del mismo nombre, y ocho días después cayó el segundo edificio, sin embargo, los vecinos de la calle Tarahumara, se quedaron, también, a la deriva, pues aunque no perdieron sus casas, la vialidad quedó destruida y las autoridades no dan respuesta.
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La mañana de este martes, representantes de las nueve familias afectadas, señalaron que desde hace un año debieron modificar su estilo de vida y exponerse a la delincuencia y el miedo de perder sus viviendas.
“El 27 de marzo se cumple un año del desalojo, después de que cae el segundo edificio, realmente, el gobierno se retira, desde seguridad, que ellos vinieran a darse una vuelta, salvo en dos ocasiones que vino el delegado de San Antonio de los Buenos, nos pusieron una luminaria, y eso fue todo, estuvimos dos meses sin agua”, dijo Juan Carlos Higuera, residente del lugar.
Señaló que desde entonces el vecindario se ha vuelto inseguro, y ellos mismos, son los que han tenido que vigilar, pues el robo de vehículo y casa habitación se hizo constante.
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“Nosotros lo que buscamos como vecinos es que nos arreglen la calle, los que viven un poco más arriba tienen que dejar sus carros a más de 50 metros, donde están las barricadas… no buscamos ni apoyo económico, ni que nos paguen, sino que nos reparen la calle para volver a cierta normalidad”, afirmó.
Agregó que el Ayuntamiento no les ha dicho nada, ni han tenido contacto con ellos, y cuando los residentes se han acercado para saber qué es lo que pasa, les responden que aún están las investigaciones.
Higuera mencionó que sólo Protección Civil ha ido al lugar a inspeccionar la ladera, quienes han asegurado que no ha habido mayor deslizamiento de tierra, por lo que hasta el momento está estable, sin embargo, las viviendas más cercanas a donde estaban los edificios siguen engomadas en rojo.
