En mayo de 2023, el rector de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Luis Palafox, anunciaba con entusiasmo la transformación del Centro de Gobierno (CUES) en un nuevo Centro Universitario de Educación en Salud. El plan prometía ampliar la capacidad de atención a dos mil 200 nuevos estudiantes de medicina, odontología y enfermería, pero hoy la realidad es otra. De los mil 800 estudiantes que el rector Luis Palafox ha dicho que estudian en el CUES, una fuente de la facultad de Medicina y Psicología explicó que mil 400 de ellos ya estudiaban en las facultades de Medicina, Odontología y Salud de Otay, así como en el campus Valle de las Palmas. Esto significa que a pesar de una millonaria inversión que se realizó para convertir oficinas en aulas, con el fin de aumentar la matrícula de carreras de salud en el estado, sólo hay 400 estudiantes nuevos. Lo que antes era un centro de atención ciudadana eficiente, se ha convertido en un laberinto de confusión para miles de tijuanenses que ahora deben desplazarse a través de la ciudad para realizar trámites básicos. La descentralización de servicios ha generado malestar y pérdida de tiempo para la población. De hecho, el CUES presenta serias deficiencias en sus instalaciones, pues varios de sus espacios no pueden fungir como aulas por cuestión estructural, sumado a laboratorios que están incompletos e infraestructura sanitaria deficiente. En esto que puede definirse como una simulación educativa, ahora hay espacios vacíos en las facultades de Otay y de Valle de las Palmas y aulas vacías también en el CUES. Eso sí, con la llegada del CUES, y con matrícula nueva o no, el mantenimiento de nuevas instalaciones de salud ya aumentó en la UABC.
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