Conzultoría Matrimonial y Familiar
No pretendo tomar el papel de médico; para nada, pero sí como tema de sexualidad. Pretendo más bien alertar a aquellas mujeres que sufren al tener sexo con su pareja aguantando dolores u otros síntomas graves, y que se quedan calladas para no incomodar a su pareja o por desconocimiento del porqué de sus problemas; y para los hombres, que sean más empáticos con su pareja y estén al pendiente de si la relación sexual les afecta.
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Se le conoce como atrofia vaginal y es el adelgazamiento, resequedad e inflamación de las paredes vaginales que puede ocurrir cuando el cuerpo tiene menos estrógeno. La atrofia vaginal se produce con mayor frecuencia después de la menopausia.
Para muchas mujeres, la atrofia vaginal no sólo hace que las relaciones sexuales sean dolorosas, sino que también provoca síntomas urinarios angustiantes. Debido a que la afección produce síntomas tanto vaginales como urinarios, los médicos utilizan el término “Síndrome Genitourinario en la Menopausia (GSM) para describir la atrofia vaginal y los síntomas que la acompañan, según lo afirma la Clínica Mayo.
Los principales signos y síntomas del Síndrome Genitourinario en la Menopausia son: resequedad vaginal, ardor vaginal, secreción vaginal, sensación de ardor al orinar, necesidad de orinar a menudo, incontinencia urinaria, molestias durante las relaciones sexuales, menor lubricación vaginal durante la actividad sexual, entre otras molestias, lo cual a la larga evita tener relaciones sexuales satisfactorias.
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Lamentablemente pocas mujeres buscan tratamiento, ya que se sienten avergonzadas de hablar de sus síntomas con su pareja y principalmente el médico, y pueden resignarse a vivir con estos síntomas.
Como lo dije, la atrofia vaginal en la menopausia es causada por una disminución en la producción de estrógeno. Con menos estrógeno, los tejidos vaginales se tornan más delgados, más secos, menos elásticos y más frágiles. Se puede presentar una disminución en los niveles de estrógeno en las siguientes situaciones: después de la menopausia, después de la extirpación quirúrgica de ambos ovarios (menopausia quirúrgica), durante la lactancia materna, la toma de medicamentos, como algunas píldoras anticonceptivas, después de la radioterapia pélvica o la quimioterapia para el cáncer.
Ciertos factores pueden contribuir al síndrome de la atrofia vaginal en la menopausia, tales como: el tabaquismo que afecta la circulación sanguínea, disminuyendo el flujo de sangre y oxígeno a la vagina y otras áreas cercanas. Fumar también hace que se reduzcan los efectos de los estrógenos naturales en el cuerpo, la ausencia de partos vaginales, Los investigadores han observado que las mujeres que nunca han dado a luz por vía vaginal son más propensas a desarrollar síntomas del síndrome que las mujeres que han tenido partos vaginales. La ausencia de actividad sexual, con o sin pareja, es otro factor.
La actividad sexual regular, con o sin pareja, puede ayudar a prevenir el Síndrome Genitourinario de la Menopausia. La actividad sexual aumenta la circulación sanguínea en la vagina, lo que ayuda a mantener sanos los tejidos vaginales.
Las mujeres con mayor actividad sexual, con o sin pareja, tienen menos síntomas relacionados con la atrofia vaginal, ya que asocia a una mejor elasticidad tisular (tejido/piel), mayor lubricación y, por tanto, una mejora en los síntomas con disminución de la coitalgia (dolor genital), sin establecerse la frecuencia de la actividad sexual requerida para preservar la elasticidad vaginal y prevenir la dispareunia o la estenosis del introito (estrechamiento vaginal). El tratamiento puede ser manejado con el uso regular de agentes hidratantes vaginales suplementando con lubricantes para su utilización durante la actividad sexual, pero lo más recomendable es consultar a su ginecólogo.
El Lic. y C.P. Roberto Bautista es terapeuta sexual y de parejas con maestría en Mediación.
Correo: bautista46@hotmail.com
