Después de un rompimiento con Morena y un enfrentamiento que ciertamente ha tenido una pausa en las últimas semanas, Jaime Bonilla Valdez, gobernador de Baja California en el bienio 2019-2021, logró lo que muchos otros querían y no obtuvieron: una candidatura al Senado de la República.
Su distanciamiento de Morena a partir de no coincidir con la política de su sucesora, Marina del Pilar Ávila Olmeda, le jugó a favor luego que la mandataria estatal no lograra sacarlo de la querencia oficialista y pretender incidir en la designación de todas las candidaturas, locales y federales.
Por ejemplo, en el primer lugar de la fórmula al Senado de la República, Ávila impulsó a su ex secretaria particular en la alcaldía de Mexicali y posteriormente diputada federal, Julieta Ramírez, dejando a Bonilla sin la posibilidad de reelegirse en la Cámara Alta por la alianza que lo postuló.
Pero más sabe el diablo por viejo, el ex gobernador renunció a Morena en marzo de 2023 y buscó hacerle la competencia a Marina con una plataforma política igual: un partido del cual disponer. Así llegó hasta Alberto Anaya y el Partido del Trabajo, logrando anotar con la coordinación nacional de ese instituto político en BC.
De esta forma, la posición del ex gobernador para las nominaciones de 2024 fue de ventaja.
En la elección de 2018, Bonilla ganó, por primera vez para la izquierda, la senaduría de Baja California que desde 1991, salvo la de 1994 por el efecto Colosio, mantenía el Partido Acción Nacional.
En 2018, con más de 600 mil votos, Bonilla dejó en un lejano segundo lugar a la fórmula del PAN que encabezó Gina Cruz, y en un más lejano tercer sitio al priista Alejandro Arregui. Ni sumando las votaciones de ambos partidos en aquel proceso, se le acercaban al triunfador. El PAN, sin embargo, obtuvo un escaño en el Senado por mejor segundo lugar, con lo cual Cruz Blackledge se convirtió en la panista con más alto cargo en BC.
Baja California, a reserva que algún otro llegue por lista, de suyo tiene tres senadores: los dos ganadores y el primero de la fórmula del segundo lugar. Así llegaron en 2018, Jaime Bonilla, Alejandra León y Gina Cruz.
La idea tras el deslinde de Bonilla de Morena, provocado ciertamente por los desencuentros con la gobernadora, al menos en la mentalidad de la candidata Claudia Sheinbaum es obtener las tres senadurías, aunque ello signifique poner a competir entre sí a los aliados nacionales.
Aparte de ganar la Presidencia de la República, la campaña de Sheinbaum le apuesta a ganar en el Estado 29 las tres posiciones al Senado; es decir, que una de sus fórmulas, sea la de Morena o la del PT, gane la senaduría y la otra quede en segundo lugar, enviando ahora sí al Partido Acción Nacional a una tercera posición, y sacándolo del Senado en representación de Baja California.
La justa político-electoral servirá para medir las fuerzas de Jaime Bonilla y las de la gobernadora. En las elecciones de 2018, 2019 y 2021, que el ex gobernador coordinó para Morena en BC, se llevaron carro completo, habrá que ver si en 2024 Marina Ávila entrega las mismas cuentas.
Obviamente, dicen en el equipo de Bonilla, su intención es ganar como en 2018 la senaduría, y dan por sentado que el segundo lugar será para la fórmula de Morena que encabeza Julieta Ramírez, dejando tras de ellos al resto de los partidos.
Porque Baja California tendrá por lo menos seis fórmulas disputando el Senado: las tres que salen de la alianza oficial, Morena, PT y PVEM, donde sólo resta el Partido Verde por definir a sus candidatos. La candidatura que resultó en Gustavo Sánchez por la alianza opositora PAN, PRI y PRD; la de Movimiento Ciudadano con David Saúl Guakil y acaso la del Partido Encuentro Solidario, que tampoco han definido los Hank, quienes hasta los últimos minutos continúan negociaciones con quien se deje.
Con tal selección de aspirantes, parece que la carrera se definirá entre dos de la alianza oficial, particularmente entre Morena y PT. El bloque opositor perdió la oportunidad de ser competitivo nominado a un ex gobernador como José Guadalupe Osuna Millán, a quien por desconfianza de Marko Cortés, decidieron sacrificar, aunque ello significara -y el dirigente nacional del PAN está consciente de ello- perder la senaduría de BC.
Total, que en esta alineación de elementos políticos para la reelección de Bonilla, hasta Marina Ávila parece estar de acuerdo. Cuando le preguntaron qué opinaba sobre la reelección a la cual se someterá su antecesor, a quien le ha dedicado la canción de Grupo Firme “Ya supérame”, sólo atinó a declarar: “Es lo que ya sabíamos todos, preferible alguien del Movimiento en el Senado a que llegue el PRIAN, hay que recordar que se fue hasta el piso en las pasadas elecciones y seguramente van a quedarse en el piso en las próximas elecciones”.
En tal razón, la mandataria ve a Bonilla como parte del Movimiento, cuando agregó: “Pues… mientras sea parte del Movimiento, al final del día el PT va en una alianza con la doctora Claudia Sheinbaum y eso es lo importante, lograr el Plan C, entonces muy seguramente tanto el Verde como PT, le van a ganar al PRIAN, que es lo importante”.
Y pues sí, le están apostando a ganar las tres senadurías de Baja California.