La que tendrá que hacer sacrificios en la designación de candidatos de Morena a munícipes en Baja California, es la gobernadora y primera morenista del Estado, Marina del Pilar Ávila Olmeda. No podrá tenerlo todo, al menos no en los municipios más poblados y más grandes: la Capital bajacaliforniana y la fronteriza, Tijuana. En Mexicali su apuesta fue doble: le metió a la reelección de Norma Bustamante, política y edil gracias a la amistad con ella y a los residuos del tsunami de Morena que prevalecieron en 2021.
Por si acaso, Ávila también le apostó a quien describió como “sus ojos, sus oídos, sus brazos”: Netzahualcóyotl Jáuregui, quien antes de ser precandidato, fue su secretario de Bienestar, la posición más política del gabinete y desde la cual el aspirante se benefició con la entrega asistencialista a su nombre y el de la gobernadora, para a su vez, servir de red política electoral para el resto de los aspirantes del oficialismo guinda.
En Tijuana la situación es distinta. El municipio es el más alejado del corazón de la mexicalense gobernadora, pero no por ello fuera de su enfoque. El más poblado del país, el de la mayor economía en la entidad y que suma el mayor número de electores en el padrón y en el listado nominal, no es una posición que dejará ir a la ligera, por lo menos la pelea para quedárselo en su círculo político, la dará.
La apuesta de la mandataria estatal en Tijuana es sólo una: el ex boxeador Erick Morales Elvira. Pero en el cuadrilátero electoral, el apodado Terrible no tiene asegurado el campeonato. De hecho, lleva varios rounds perdidos, por lo que, en el extremo de ganar, la suya no será una victoria por decisión unánime.
Morales Elvira es un candidato emergente, inflado. Sin una trayectoria política más allá de ser representante en áreas de políticas deportivas, y eso porque fue pugilista, con los gobiernos del PRI y particularmente del PAN, de la mano del ex albiazul Jorge Ramos Hernández, ciertamente ahora aliado a la causa morenista desde el Partido Verde Ecologista de México. El ahora morenista no trae bagaje, pero sí lastre con las ligas al tufo en el PAN.
Pero evidentemente para Marina Ávila no había más de dónde tomar para hacer su apuesta en Tijuana. Ante la presencia de la alcaldesa Montserrat Caballero Ramírez, requería de un contendiente que ya fuese conocido, aun cuando no en el ámbito político ni legislativo, sino en el deportivo, y le apostó todo a la fama del ex boxeador. Todo. Recursos, espectaculares, promoción en medios afines, entrevistas, fotografías, boletines, imágenes con el Presidente de la República, con ella misma… todo lo que sea necesario para inflar la persona de su más fuerte desafío: hacer de un ex deportista, el más serio contrincante, aun cuando los malos antecedentes están muy presentes con los casos de los polémicos Cuauhtémoc Blanco, el ex futbolista gobernador de Morelos, y Ana Guevara, ex atleta titular de la Conade.
Pero ni con toda la mexicalense carne al asador, Erick Morales ha levantado sus números. En las diversas encuestas que el propio partido Morena ha realizado una y otra vez para determinar quién será su candidato a la alcaldía de Tijuana, la presidenta municipal Montserrat Caballero le gana por un mínimo de 10 puntos en promedio, a veces más.
Caballero, quien aspira a la reelección, ha encontrado aliados en el Comité Ejecutivo Nacional de Morena, y hasta el Presidente de la República le ha dado su público espaldarazo en varias ocasiones. Incluso, la también ex diputada tiene pendiente de resolver un recurso para defender su derecho a la reelección.
Pero esta semana, la Sala Regional Guadalajara del Poder Judicial de la Federación dictaminó y con ello confirmó una resolución electoral local, que en el bloque de alta competitividad que conforman los municipios de Tijuana y Mexicali, por lo menos una de las candidaturas debe ser para mujer.
Esta situación pone en una disyuntiva política a la gobernadora, dado que dos de sus apuestas para cada uno de los municipios son hombres, por tanto, deberá elegir entre ellos dos a un perdedor. Si se decanta por “sus ojos, sus oídos, sus brazos”, Netzahualcóyotl Jáuregui para que sea candidato por Morena a la alcaldía de Mexicali, significa que en Tijuana la candidata debe ser mujer, por lo que, en automático, Erick Morales perdería la interna, y a la alcaldesa Montserrat Caballero le sería más fácil hacerse de la nominación.
Si por el contrario, Marina apoya la reelección de Norma Bustamante en Mexicali, significaría sacrificar a Jáuregui, y probablemente, reforzando su plan de convertir al ex boxeador en candidato a alcalde de Tijuana. Y lo de probablemente es porque no en automático las candidaturas son una para mujer y otra para hombre. La paridad de género es en favor de la participación de la mujer, por lo que podría darse el caso que las dos nominaciones, Tijuana y Mexicali, recayeran en mujeres.
Confirmadas las reglas electorales, Marina mínimo deberá sacrificar a uno de sus candidatos varones y elegir entre su querencia, Netzahualcóyotl Jáuregui, o su ocurrencia, Erick Morales Elvira. Pero los dos candidatos hombres, nada más no es viable.
Que comiencen las apuestas.