Luego de seis años suspendido, fue reanudado el juicio en contra de José Luis Martínez Hernández, el Secre y José Bruno Martínez Hernández el Bruno (Se presume inocente mientras no se declare su responsabilidad por la autoridad judicial. Art 13 CNPP) por ser los presuntos responsables del homicidio en contra del periodista Luciano Rivera Delgado ocurrido el 31 de julio de 2017 en el bar la Antigua de Playas de Rosarito. El lunes 29 de enero se declaró iniciado el proceso por el juez Joel Sánchez Castro.
Ambos indiciados enfrentan el proceso a distancia vía streaming, situación que ha complicado la comunicación con José Luis Martínez Hernández, quien se encuentra en el penal de máxima seguridad de Nayarit. Durante el primer día del proceso, por una hora la defensa trató de aplazar el proceso por las fallas tecnológicas y, además, ambos indiciados junto con su defensa, pidieron estar presentes en el juzgado.
Durante la audiencia celebrada el lunes 29, Martínez pidió que se aplazara la audiencia y fuera trasladado a Baja California para encarar presencialmente el proceso, precisó que había dificultades de conexión y destacó la baja nitidez del audio para seguir el desarrollo del proceso. El juez Sánchez Castro determinó que juicio debía de seguir, pues la distancia no impedía que el indiciado participara en la audiencia. Aunque el juzgador advirtió que la ausencia física podría representar un riesgo de reposición de proceso en caso de que la defensa quede inconforme con la resolución.
El juez Sánchez Castro dejó en claro que durante la semana se presentarían cinco testigos por día a testificar, pero el martes 30 se rompió la regla, pues la falta de conexión remota con el penal de Nayarit impidió la presencia virtual del “Secre”.
El proceso tiene contemplada la participación de 25 testigos: 24 de la parte acusatoria y uno de la defensa; seis coinciden para ambas partes. Pero cinco no han sido localizados, situación que se suma a el riesgo de reposición de proceso y las inconsistencias que han declarado los primeros cuatro testigos, que, a seis años de distancia, se les ha complicado la precisión de la descripción de lo que vivieron durante los momentos póstumos al asesinato de Rivera Delgado de 31 años.
El primer día se abordó el expediente sobre el arresto de Alfredo Ponce, el chofer del taxi libre de Tijuana sin placas que trasladó a los cuatro implicados en el homicidio contra Luciano. En el testimonio, la defensa trató de acentuar las inconsistencias entre el dicho de los testigos y lo relatado en el parte policial homologado que, a seis años de distancia, perdieron la precisión y detalles de lo ocurrido durante la madrugada de ese 31 de julio.
La parte ofendida sospecha que los tres amparos y postergar los juicios fueron parte de la estrategia de la defensa de los hermanos Martínez Hernández para debilitar las pruebas y testimonios que se habían presentado en otros momentos del procedimiento, pero que en la ratificación presentan inconsistencias de modo y tiempo.
Ante la suspensión de la audiencia de este martes 30, luego de dos horas de haber iniciado, los testigos que habían acudido fueron reagendados en otros días del resto de la semana a fin de que se mantenga el plazo de cinco días para desahogar pruebas y testimonios, y esperando que no haya inconvenientes tecnológicos, sea en febrero cuando se determine una sentencia en el caso donde solo hay dos procesados y dos prófugos, de acuerdo a lo expuesto por la Fiscalía en diversos momentos desde que se cometió el homicidio hasta la fecha.