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viernes, febrero 16, 2024
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Satibaja, con amparos, el club de marihuana en BC

No hay letreros ostentosos ni concurrencia. En medio de una zona residencial de la colonia Carbajal en Mexicali, se encuentra lo que podría ser considerado un santuario para personas usuarias de marihuana en cualquiera de sus modalidades o intereses particulares, todo de manera legal.

Apenas se ingresa por la primera puerta corrediza y en la oficina se observa un par de envoltorios de gomitas en forma de oreja con la leyenda Tyson, en referencia al connotado ex púgil campeón Peso Completo, Mike Tyson, recordado -además de por su magistral forma de noquear y la velocidad de su cabeceo- por aquella pelea en la que mordió la oreja de su rival, Evander Holyfield.


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Tyson es hoy en día un promotor de productos cannábicos, y, evidentemente, esa golosina está hecha con marihuana.

Carlos Barrera y Mónica González son los representantes del club cannábico Satibaja, el cual ha brindado asesoría legal para consumidores de marihuana –independientemente si es un fin lúdico o medicinal-, con el objetivo de que cualquier persona interesada pueda tramitar una demanda de amparo y se le otorgue un permiso para su posesión, transporte, cultivo y consumo.

Además, Barrera y González han diseñado el club cannábico en Mexicali, donde cualquier persona puede acudir a consumir de manera libre, siempre y cuando sea miembro legalmente.


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La Ley no les permite vender ni regalar producto derivado de marihuana, pero sí asociarse para invertir de manera conjunta con el objetivo de cultivar y consumir, como si se tratase de una cooperativa.

Hoy cuentan con alrededor de 120 procesos legales individuales para que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) otorgue los permisos correspondientes, de los cuales 40 ya tienen una sentencia favorable, otros están a punto de otorgarse y 40 más se encuentran en proceso inicial. Todos -asegura Carlos- tendrán el mismo destino: la autorización.

En 2021, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una declaratoria, derivada de una gran cantidad de amparos otorgados en Juzgados de Distrito para decretar la ilegalidad en la prohibición del consumo de productos derivados de la marihuana, exhortando al Congreso de la Unión emitir la reglamentación y reformas legales relativas al consumo, transporte y venta de cannabis.

No obstante, las reformas legales no han llegado, siguen congeladas en el Congreso de la Unión, pero eso no impide la producción, transporte y consumo de marihuana.

“A partir de la resolución, la Secretaría de Salud, a través de la COFEPRIS, podrá autorizar el cultivo, la cosecha, la preparación, la posesión y el transporte de la mariguana con fines recreativos a las personas adultas que lo soliciten, en el entendido de que dicha autorización no podrá incluir en ningún caso la permisión de importar, comerciar, suministrar o cualquier otro acto de enajenación y/o distribución de tales sustancias. Además, este derecho nunca podrá ejercerse frente a menores de edad, ante personas que no den su autorización en un espacio público, ni al realizar cualquier actividad que pueda ser riesgosa para terceros, como conducir un vehículo”, reza el comunicado de prensa emitido por la SCJN de la sesión del 26 de junio de 2021, cuando se publicó la declaratoria de inconstitucionalidad 1/2018, derivada de varias sentencias favorables para los consumidores de marihuana desde 2015.


SATIBAJA, EL CLUB PARA EL CONSUMO DE MARIHUANA

El inmueble que alberga el club cannábico no es muy distinto a cualquier bar de cerveza artesanal con un corte rústico. Tiene algunas sillas de madera, una pequeña barra y de frente una serie de plantas de marihuana.

Carlos y Mónica cultivan tanto en exterior como en interior, dependiendo del resultado que pretendan obtener.

“Tenemos capacidad hasta para producir mil plantas, todo depende del tamaño de la planta, si harás un cultivo, rápido siembras la semilla, a los cuatro meses están cortando y no es mucho el follaje, si te vas a dedicar a hacer plantas grandes, son menos plantas, son técnicas distintas, hemos tenido 500 en plantas chicas con dos onzas”, refirió el abogado Carlos Barrera, uno de los impulsores de Satibaja.

Por más que parezca anecdótico, sus procesos son absolutamente dentro del marco de la Ley. Cada uno cuenta sus permisos para “sembrar, cultivar, cosechar, preparar, acondicionar, poseer y transportar; asimismo, para la adquisición legal de la semilla de cannabis (sativa, índica y americana)”, indica el documento en poder de ZETA y facilitado por Satibaja.

Barrera reconoce que en BC hay gran cantidad de productores de marihuana que lo hacen en la comodidad de su hogar, pero no existe otro inmueble -al menos en la entidad- que tenga la capacidad, infraestructura o que maneje un esquema legal como ellos.

La lucha legal de Satibaja comenzó a partir de 2019, cuando presentaron amparos para obtener permisos para el consumo de marihuana con fines medicinales -en primera instancia- y posteriormente lúdicos.

Los procesos tardaban hasta dos años en concluir, y, cuando la justicia federal emitía una sentencia favorecedora, se veían obligados a enfrentar la falta de reglamentación de la Cofepris, por lo que era necesario presentar otro nuevo proceso legal para denunciar que el Gobierno de México se negaba a brindar las autorizaciones correspondientes.

Al otorgarlo, se le permitía consumir, transportar y cultivar -no así adquirir- semillas para su producción, lo que derivaría otra batalla legal.

Así, poco a poco comenzaron a ganar procesos judiciales porque la justicia federal ya los protegía, mas no había una reglamentación.

A partir de junio de 2021, cuando los ministros emitieron la declaratoria de inconstitucionalidad, la prohibición quedó abolida y ya no era necesario tramitar amparos, sino denuncias de incumplimiento por parte del Gobierno de México para facilitar los permisos. Si bien, eso redujo el tiempo de los procesos legales, la Cofepris continúa respondiendo de la misma forma, por lo que el Poder Judicial de la Federación debe emitir varias sentencias que los obliguen. 

En un oficio emitido por Cofepris el 27 de noviembre de ese año, se expresa que “al momento se carece de un marco legal que permita la adquisición de especies autorizadas para fal efecto, no obstante, la denunciada puede adquirir las semillas como le parezcan”. Sin embargo, se trata de una táctica dilatoria, pues al principio alegaban COVID-19, luego, sobrecarga de trabajo.

Mónica y Carlos han explorado poco a poco los alcances de sus permisos, incluso han viajado con hasta 10 gramos de marihuana en aviones, y, tras una revisión, se les permite. Según comentan, el consumo personal también resulta una medida anacrónica, toda vez que una persona que sale de la ciudad no tendrá la capacidad de cultivar su marihuana en su destino. 

“El límite es de 5 gramos, pero nosotros llevábamos más; el consumo personal lo toman como consumo inmediato, pero yo puedo llevar el consumo personal de un año, mi consumo personal de un mes y no voy a cultivar; voy a administrarlo como considere, un consumidor responsable con proyecto de vida, no es como lo piensa el de enfrente, 30 gallos para 30 días, no hay una medida, es una subjetividad”, refirió Carlos.

Dentro de las comunidades de usuarios de marihuana, se tuvo conocimiento de una persona que trasladó un kilogramo en un avión de Tijuana a Ciudad de México.

Otra de las restricciones actuales por parte de Cofepris, es que por año, las personas sólo pueden adquirir 20 semillas de manera libre, lo cual -consideran Mónica y Carlos- es insuficiente, toda vez que de esa cantidad, solamente dos concluyen en una planta de marihuana; el resto se pierde en el proceso.

Carlos y Mónica refieren que permiten el libre ingreso a cualquier persona que quiera conocer sobre el cultivo de marihuana, o bien, acudir a consumir de manera libre. Para ello han realizado una serie de eventos para capacitar o intercambiar experiencias relacionadas con el enervante.

Sin embargo, para ser miembro del proyecto es necesario solicitar permiso ante Cofepris, lo cual Satibaja puede llevar a cabo y, posteriormente, erogar 6 mil pesos semestrales para participar en todo el proceso, desde el cultivo hasta el consumo.


JUZGADORES CON MÁS CRITERIO

Ante esta nueva realidad, juzgadores federales han tenido un mayor criterio para brindar facilidades a personas detenidas en posesión de marihuana y cualquiera de sus derivados, además de emitir protecciones para el cultivo, transporte y consumo.

Sin embargo, agentes aduanales, policías y ministerios públicos mantienen las mismas prácticas que pretenden criminalizar al consumidor de marihuana.

Una sentencia llevada a cabo por el despacho Flores Gallegos, con número 349/2019, que se resolvió un año después, permitió la libertad de una persona que llevaba consigo 4 gramos de marihuana.

El magistrado ponente Gustavo Gallegos Morales decretó la liberación de esta persona que fue detenida por autoridades preventivas en posesión de dicho enervante. La persona permaneció detenida por un año, hasta que finalmente se logró su libertad en segunda instancia.

“A través de la interpretación conforme y pro persona, es aplicable a favor del inconforme, lo establecido por el artículo 478 en relación con los numerales 477 y 479, todos de la Ley General de Salud, reconociéndose en consecuencia una excluyente del delito, por ser el tetrahidrocannabinol una sustancia derivada de la cannabis sativa, índica o mariguana, prevista por la tabla contenida en el último de los preceptos legales”, refiere uno de los motivos por los que se revocó la vinculación a proceso del sujeto originario de Ensenada.

En Mexicali se dio otro caso similar con un joven aprehendido en posesión de 100 gramos de derivados de marihuana, adquiridos de manera legal en Estados Unidos.

El hombre pudo purgar una pena de 10 años de prisión por ingresar marihuana de manera ilegal al país, pero al final la justicia federal -mediante amparo- decretó su libertad, bajo el argumento de que no había elementos para considerar que intentara vender dicho producto.

Sobre los procesos de atención a estos casos, el secretario de Seguridad Ciudadana de BC, Leopoldo Tizoc Aguilar Durán, comentó que en tanto exista una restricción legal, continuarán realizando intervenciones de este tipo, pues están obligados a cumplir con la Ley.

Por su parte, Mónica González comentó que en 2018, poco antes de salir de la Presidencia de México, Enrique Peña Nieto emitió una serie de lineamientos para permitir la adquisición y venta de marihuana con fines medicinales. Sin embargo, esta fue revocada por su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, un mes después de la determinación.

Ese fue el momento más cercano a una legalización de la marihuana, aunque reconocen que era sumamente limitado, pues sólo era accesible a empresas de profesionistas de la salud y con laboratorios químicos farmacobiólogos, además de productores, a quienes venderían el producto.

Carlos Barrera refirió que si bien fue revocado, dicho lineamiento era limitado y transgresor de los Derechos Humanos porque no lo volvía asequible para la comunidad en general.

ZETA consultó sobre el tema a la diputada federal Julieta Ramírez Padilla, quien expuso, el tema continúa congelado en el Senado desde la Legislatura anterior y no ha llegado nuevamente para su revisión a la Cámara Alta.

El tema se ha aprobado de manera parcial, pero no ha podido concretarse por las dos cámaras.

Para la realización de este reportaje, ZETA solicitó una postura a la Secretaría de Salud del Estado a través de la vocera Rosela Rosillo, sin que hasta el cierre de edición, jueves 30 de noviembre, se recibiera un posicionamiento al respecto.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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