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jueves, octubre 3, 2024
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Plásticos de colisión y telefonía

Tijuana es guerra sin cuartel de compañías que instalan internet y teléfono desde hace años, haciendo desleal competencia a una compañía verde, instalada en B.C. desde los 70. Bueno, al hacer tales servicios, estos empleados de diferentes sociedades telefónicas hacen su trabajo instalando, pero hay un compromiso que no cumplen: limpiar la pedacería de cables, ganchos, fibra óptica, carretes de plástico, jaladores, clips para mantener el cable tirante del poste al destino, según la petición del nuevo suscriptor/cliente.

Estos trabajadores hacen su conecte y dejan bastantes desechos de uso plástico. Se van y jamás he visto que saquen escoba o recogedor para dejar limpia su zona de trabajo.

De igual manera, el XXIV Ayuntamiento tijuanenses debería canalizar o tener una cuadrilla de empleados para que cuando haya una colisión de automotores, sean los encargados de barrer la zona siniestra. Allí quedan  de manifiesto, con muchos testigos de la colisión, plásticos, vidrios, aceites de motor, transmisión, refrigerante, mercurio ácido sulfúrico y demás químicos de los carros.

Ya habiéndose determinado el “culpable”, debe estar allí el cuerpo de limpieza, con cargo al responsable del choque. Escoba, pala, arena, cepillo de limpiar. Esos plásticos hechos añicos, viajan a ríos, arroyos, océanos y mares vía tormentas, canaletas y desagües que arrastran todo. Entonces agregamos los plásticos de la compañía telefónica, que están en hostilidad comercial y cuyos empleados, cuando se trepan como changos a los postes, al hacer este oficio dejan harta basura; más los desechos automotrices: vidrios, hules, químicos.

Una gota de aceite contamina más de 200 litros de agua. Así que todo ese mundo de plástico dejado cruel e inconscientemente, o por ignorancia, facilidad, comodidad, falta de lógica e irresponsabilidad empresarial, desamantes ambientales que sólo les importa el dinero. Kilo más kilo de plásticos, clips, ganchos, fibra que dejan dichas compañías por doquier. Y ni quién les diga nada.

He visto ese desorden de higiene laboral, que sinceramente se ve mal. Esos desechos se convierten en microplásticos; el sol los tuesta en la superficie marina, los deshace. Llegan los peces, ven un mundo de colores (como los hermosos arrecifes de coral) y comen el “anzuelo”.

Es dañino ese material humano; esa basura es sinónimo de que alguien se hizo millonario en la tierra, mientras en el mar causa contaminación por negligencia laboral de las compañías y de los gobiernos municipales. Plásticos de colisión y telefonía que generan tumbas mortales, basureros indiscriminados.

Atentamente,

Leopoldo Durán Ramírez.

Tijuana, B.C.

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