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lunes, septiembre 30, 2024
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La política desde la banalidad

Capacidad de hacer un buen gobierno no es algo que hoy en día consideren los partidos políticos para elegir a sus candidatos; la competencia se limita a concurso de popularidad

Puede que, en estos momentos, Baja California y México -en general- enfrenten uno de los momentos más críticos de la historia. La nueva era que comenzó con la Presidencia de Vicente Fox Quesada, ha ido arreciando las crisis en diversas partes del país, sobre todo lo relacionado con la pobreza y la inseguridad.

Si bien, existen indicadores positivos como la reducción, aun mínima, de la pobreza a causa de una política asistencialista, otros sectores se encuentran en sus puntos más críticos.

En un contexto donde se contabilizan alrededor de 140 mil homicidios en cinco años, convirtiéndose en el sexenio más violento de la historia y un 2023 con 2 mil 247 asesinatos en Baja California, las soluciones que ofrecen todos los partidos políticos no parecen enfocarse en las grandes crisis que se padecen. Por el contrario, la oferta de los organismos políticos -indistintamente del color- están más enfocadas en el posicionamiento de “su marca”, la popularidad, el reconocimiento de nombres y rostros.

Un marketing político que pretende generar “impactos”, propuestas prosaicas que ofrecen soluciones fáciles para problemas difíciles o simpatías, son parte de lo que presumen los aspirantes a candidatos.

La banalidad ha llegado a tal grado que los partidos políticos priorizan perfiles “conocidos” o “famosos”, más allá de buscar hombres y mujeres con ideas articuladas y proyectos a corto, mediano y largo plazo para municipios, Estado y Poder Legislativo.

Es así como la alcaldía de Tijuana es pretendida por perfiles como Erik “Terrible” Morales, ex encargado de despacho del INDE -hay que recordar que no cumplía con los requisitos para ocupar la Dirección-. Nadie duda de su prestigiosa carrera como boxeador, pero la realidad es que fuera del ring, no cuenta con experiencia en administración pública, generación de proyectos o elaboración de políticas públicas que sugieran capacidad para gobernar una de las principales ciudades del país.

Al de Morales se suma un perfil como el del Teniente Coronel en retiro, Julián Leyzaola, para reforzar su imagen y “venderlo” como quien resolverá los problemas de violencia en Tijuana, cuando la realidad que enfrentó y combatió a mediados de los 2000, es distinta a la actual.

Pero como la elección de candidatos en Morena es con base a una regla de popularidad, de buscar al “mejor” posicionado en el electorado, la principal contrincante de Morales y quien defiende sus derechos para la reelección, Montserrat Caballero, también recurre a las prácticas del circo.

En respuesta a la carrera del ex boxeador, Caballero Ramírez se reunió, y lo publicitó harto, con el también ex pugilista mexicano Julio César Chávez, probablemente el mejor en la historia del boxeo en México, ahora utilizado para enfrentar a los simpatizantes del Terrible.

En Mexicali la situación no es distinta. La hoy alcaldesa resultó airosa en el proceso electoral 2021, pero su elección en la interna de Morena, partido al que representa, no fue porque tuviera un proyecto municipal, una definición ideológica o una visión de gobierno, sino que arrasaba debido a los más de 30 años que condujo noticieros en la televisora local, el Canal 66.

Por su parte, aspirantes como Armando Ayala Robles, presidente municipal de Ensenada; Jesús Alejandro Ruiz Uribe, delegado único del Gobierno de México; o Julieta Ramírez Padilla, diputada federal, optan por hacer videos cómicos o estridentes en redes sociales, colocar su nombre y cara en espectaculares, para ser recordados por el electorado, considerando que por primera vez en 2024, las boletas electorales incluirán fotografía del candidato.

Sin embargo, en ninguno de los casos, en ningún espectacular o promoción en redes, quienes aspiran a una candidatura demuestran su experiencia, compromiso, conocimiento y bagaje profesional para demostrar que pueden contribuir, desde el Legislativo, al desarrollo y oportunidades de la sociedad o el Estado.

Es la frivolidad de la popularidad por encima de la capacidad y el compromiso.

En tal contexto, al cual no son ajenos el resto de los partidos políticos, el juego político-electoral se basa en llamar la atención, ser polémico y promover perfiles famosos para cubrir con popularidad la falta de preparación en la administración pública.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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