No queda muy claro si este filme se refiere al apocalipsis o al abismo de una sociedad distópica, pero el filme de Sam Esmail deja abiertas las posibilidades en este thriller de lenta, lentísima narrativa, visualmente bien logrado y con un sólido elenco en el que Julia Roberts y Ethan Hawke llevan los protagónicos.
Amanda (Roberts) y su esposo Clay (Hawke) están de vacaciones en Long Island con sus dos hijos, Archie (Charlie Evans) y Rose (Farrah Mackenzie), cuando de pronto dos hombres les avisan de un apagón masivo.
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Este incidente y un barco que se vara frente a sus ojos, son el aviso de algo terrible que está por suceder, entre una guerra, una amenaza sin precedentes al país vecino y un caótico final a la existencia humana, aunque no sabemos muy bien cómo ni cuándo, sólo que está cerca.
El problema principal de este largometraje es que tarda dos horas y veinte minutos en exponer lo que justo se describe en el párrafo anterior. Y eso es porque los personajes no son muy interesantes, pese a los actores que los interpretan en un elenco al que también se suman Mahershala Ali y Kevin Bacon, aunque para hacer poco también.
Pareciera que el director le apostó a una historia que encajaría muy bien con el ánimo colectivo tras un año difícil con los estragos del cambio climático, el conflicto en la franja de Gaza, la migración y demás desafíos en este 2023 para estrenar una película que pudo ser lo que no fue. Lástima, Netflix. **
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Punto final. – Es época de volver a ver “Home Alone”, “Elf”, “El Grinch”, por supuesto “It’s a Wonderful Life” y “Miracle on 34th Street”.
