“Tan malo el pinto como el colorado”. Una frase muy usada en las peleas de gallos, pero para lo que voy a comentar viene como “anillo al dedo” por todos los negativos comentarios que se da en el entorno de esos dos personajes tan polémicos, tan faranduleros, que por desgracia nos tocaron como gobernantes. Una en el ayuntamiento y la otra en el estado.
Cuando iniciaron su periodo de gobierno, al menos para un servidor eran unas desconocidas. En lo personal ignoraba de dónde eran y cuáles habían sido los medios por los cuales llegaron a ocupar puestos tan importantes, sobre todo porque ni el municipio ni el estado son puestos de sobrerruedas.
En el caso de la gobernadora, se trata de administrar seis municipios en los cuales radican 3,769,20,00 personas; y en el caso de la presidenta municipal, 52 colonias, que entre todas forman una comunidad aproximada de 1,922,523 habitantes de los cuales el 49.6 por ciento son mujeres y el 50.4 por ciento somos hombres. Con estos datos duros nos damos cuenta de que no cualquiera tiene la capacidad ni los conocimientos para administrar un municipio y mucho menos un estado.
Es mucha la responsabilidad que estos personajes tienes en sus manos como para que se estén distrayendo en banalidades como los “desfiguros y caprichos” en las que las dos, un día sí y otro también, se encuentran inmersas. Con esa actitud tan displicente sólo demuestran incapacidad, falta de cordura y de sensatez; pero lo que más demuestran es la falta de conocimientos en ámbito administrativo, al comportarse como unas chiquillas con juguete nuevo.
Aquí también aplica un dicho que dice que el que no tiene y llega a tener, loco se pude volver. Tal parece que a dos años de distancia de haber tomado protesta no les ha caído el veinte. ¡Ya despierten de su fantasía! Una, que ya deje de viajar y de andar de lucida en eventos deportistas y musicales donde, abrazada de un chamaco, se pone a cantar una canción que por su letra deja ver el fondo de su mensaje; eso no importaría comentar si primero se pusiera a atender las necesidades del estado que representa, y ya después, darles vuelo a sus gustos personales.
Y la otra que ya se comporte como lo que es: una servidora pública y no un personaje potentado que para irse a dar su tunapeada se hace acompañar de una caravana de vehículos de lujo. ¡Pura camioneta nueva color purpura, todas del mismo color! ¡Al fin que el pueblo paga eso y más! Tal vez todas las actividades citadas con anterioridad sean parte de su vida privada, a la cual por supuesto tienen derecho; pero estas servidoras públicas, desde el momento en que recibieron la investidura del puesto que ahora ostentan, se convirtieron, por desgracia, en figuras públicas. Por lo tanto, están expuestas a las críticas ciudadanas. ¡Lo peor que pudo haber hecho, es haberse ido a refugiar al cuartel militar, dejando a su suerte a todos los ciudadanos que en su domicilio o en la calle estamos a merced de la delincuencia!
Es una tristeza que algunas personas que por mérito propio o por “dedazo” llegan a ocupar un puesto público, sólo traigan en mente las carretadas de dinero que van a tener a su alcance del cual podrán disponer a su antojo, sin recordar que esos recursos son del pueblo y que sólo se les da para que lo administren, no para que se den sus lujos… y mucho menos para que hagan negocios en lo oscurito.
Que no olviden que “el pueblo pone y el pueblo quita”. Ya llegará el momento en el que deberán de rendir cuentas a la ciudadanía y entonces tendrán que enfrentar la realidad, dejando el mundo de la fantasía donde desde que llegaron han vivido, y que se verán obligadas por la realidad a rendir cuentas al pueblo.
¿Acaso no se dan cuenta de todo el desorden que hay en el municipio y el estado, donde se pueden ver las necesidades de la población en lo que se refiere, primeramente, a alto grado de violencia, que al parecer no existe gobierno que lo controle, aunque las dos aludidas a cada momento aseguran lo contrario?
Considero que les quedó grande resolver los embotellamientos vehiculares, la falta de iluminación en las colonias, las calle destrozadas por tanto bache, la falta de recolección de basura, los basureros clandestinos, las banquetas ocupadas por el comercio informal, provocando con ello que los transeúntes circulen por los espacios de rodamiento vehicular exponiéndose a ser atropelladas.
Continuar hablando de la inseguridad es tanto como “un grito en el desierto”, porque si solicitas la intervención de la policía para reportar algún incidente no te atienden, es mejor que te comuniques a algún Oxxo porque ahí afuerita se encuentra la patrulla municipal y con suerte este patrullero sí atienda la llamada.
Al hacer el recuento de las deficiencias administrativas es cuando nos damos cuenta de que quienes nos administran no tienen ni la menor idea de lo importante que es saber llevar la administración de un municipio o de un estado. Porque gobernar como ellas lo están haciendo, cualquiera puede hacerlo.
Son tantas y tantas las fallas que estas personas comenten en su forma de actuar, que considero una apremiante necesidad que a la mayor brevedad posible se les recuerde cuáles son sus obligaciones.
Si en verdad tuvieran espíritu de servicio y de administración, todo sería más fácil, porque en lugar de andar de fiesta, saliendo en entrevistas televisivas locales o foráneas, yendo de viaje o estar cómodamente sentadas en sus confortables sillones, podrían salir a caminar de noche por las calles. ¡Sin guaruras! ¡Y sin caravana de carros llenos de personal armado! Para que se den cuenta de que todo lo que se les reclama, es verdad.
Otro detalle más es que aún no terminan su periodo de mandato y ya se están proyectando para la reelección. ¡De verdad que no tienen vergüenza! O bien arrimándose al candidato que ellos consideran que obtendrá el triunfo en la elección presidencial. Y que además ni eso hacen bien, porque a las dos les falló la decisión de a quién apoyar en su precampaña; ninguna acertó.
Una ofreciéndoles taquitos de carne asada en la playa y la otra condicionando los apoyos de bienestar a quienes dejaran de apoyar a la presidenciable, para apoyar a otro que era más de su agrado por considerarlo cercano al Presidente actual.
Mi preocupación son las consecuencias de sus malos manejos de los recursos público, es por ello que sugiero que se constituya una comisión ciudadana para que se encargue de llevar a cabo una auditoria y rendición de cuentas, antes de que termine su mandato, para que al terminar no hagan lo que otros gobernantes han hecho, actuando como “los mayates que se van con todo y hebra”.
En otro orden de ideas, considero que en la Constitución Política para el Estado de Baja California, en su Artículo 12 menciona lo siguiente: Es revocable el mandato de los servidores públicos de elección popular, en los términos que dispone esta Constitución y las leyes de la materia, a través de los mecanismos siguientes:
I.- Por los ciudadanos, por responsabilidad política, mediante el juicio político, que podrá interponer cualquier ciudadano;
II.- Por responsabilidad penal, mediante la declaración de procedencia;
III.- Por la incapacidad total y permanente para ejercer el cargo; que será declarada por autoridad judicial y ratificada por el Congreso del Estado.
IV.- De conformidad a lo dispuesto en la fracción I del artículo 115 de la Constitución Política de Los Estados Unidos Mexicanos, corresponde al Congreso del Estado, la Revocación de Mandato y separación definitiva de un Munícipe, por causa grave que determine la Ley, y a petición del Ayuntamiento correspondiente, siempre y cuando el afectado haya tenido oportunidad suficiente para rendir las pruebas y hacer los alegatos que a su juicio convengan.
V.- En los casos en que lo acuerde o solicite la Suprema Corte de Justicia de la Nación, conforme a las disposiciones aplicables.
Atentamente,
Alfredo Flores Zamora.
Tijuana, B.C.
Correo: ocretle54@gmail.com