Después de su exhibición en importantes festivales de cine en Italia, Reino Unido, India y Canadá, el documental por el cineasta mexicano Pablo Jato, “El último Tlatoani”, sigue su recorrido por México pese a la restricción y la cancelación por parte del gremio nacional.
“El cine documental es el patito feo del séptimo arte, pero curiosamente, la realidad supera a la fantasía y la gente está empezando a darse cuenta de que los documentales ofrecen cosas que el cine comercial no fomenta, y eso es la realidad de las cosas”, precisó a ZETA Pablo Jato.
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“No recibimos apoyo de nadie, ni del Imcine, ni de otras empresas culturales o privadas, todo fue con nuestro propio recurso. En la película, el eje son los supuestos restos del “Último Tlatoani”, que es Cuauhtémoc, y el porqué están en una iglesia de un pueblito en Ixcateopan, Guerrero, y ahí es donde comienza la historia, un lugar que tiene los índices de criminalidad más grande del país, según la lista de la Secretaria de Gobernación. Es un pueblo que por su situación geográfica ha sufrido una historia terrible con los narcos”, abundó el director.
Referente a la subsistencia de dicho pueblo mágico en torno al mito que llevó a crear el documental, Jato señala “había un tema increíble y maravilloso, estos restos que parece son la base de su economía, porque todos los años se celebra el natalicio de la muerte de Cuauhtémoc y llegan alrededor de 5 mil turistas. El pueblo cobra vida y estos restos son su orgullo, pero el dilema que tienen en el pueblo es que los habitantes llevan muchos años en tratar que se les dé la veracidad, que realmente sean los restos de Cuauhtémoc, el problema es que si son reales se los van a llevar”, abundó el cineasta sobre el suceso histórico que ha prevalecido 500 años.
En cuanto a las polémicas generadas durante su producción, Jato menciona que en México el documental no ha sido ni siquiera seleccionado.
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“No hay recursos, interés y nadie apoya para este tipo de temas, los documentales históricos. Sobre todo, en el pueblo se manifiesta mucho el interés político, está la historia de arqueóloga Eulalia Guzmán, quien perdió su carrera y prestigio por estos restos. Arriesgamos la vida si intentamos exponer lo que pasa en este tipo de pueblos”, puntualizo Pablo Jato.
“El último Tlatoani” estará en exhibición el próximo 26 de octubre en la Cineteca Tijuana.
