Desde hace varios años se recrudeció la violencia en los pueblos alteños de Jalisco. La organización criminal predominante en la entidad, Cártel Nueva Generación (CJNG), tiene presencia en 124 de los 125 municipios, con excepción de uno de ellos: Teocaltiche. Esta demarcación es una de las ocho que conforman la Región Altos Norte, colindante con los estados de Aguascalientes, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas.
Son varias décadas las que tiene el Cártel de Sinaloa de operar a sus anchas en Teocaltiche, desde que lideraba Mario González Gutiérrez “Don Mario”, hasta que el heredero Mario González Gutiérrez -“Marito”, “M.G.” o “El Flama”- siguió con el control de la plaza, y aunque ha sido detenido dos veces (una de ellas junto a Iván Archivaldo Guzmán Salazar en 2005), el grupo delictivo ha evitado la entrada del CJNG.
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Las cruentas batallas entabladas entre ambos cárteles, alcanza a los municipios de la región: Encarnación de Díaz, Lagos de Moreno, Ojuelos de Jalisco, San Diego de Alejandría, San Juan de los Lagos, Unión de san Antonio y Villa Hidalgo. Se han registrado balaceras, ataques con explosivos, ataques aéreos, y el CJNG, tampoco las autoridades, han podido doblar al ahora denominado Cartel de Teocaltiche (o de Teoca).
Esta resistencia, violentas agresiones y dominio territorial han provocado numerosas desapariciones y desplazamiento de grupos humanos de diversas comunidades, donde vehículos con blindaje artesanal de los llamados “monstruos”, calcinados o rociados de balas, han sido parte de la escenografía de las carreteras entre Teocaltiche, Encarnación de Díaz y Zacatecas.
Lagos de Moreno, bunker del CJNG, se ubica a 104 kilómetros de Teoca, a poco menos de hora y media de distancia por carretera. Una y otra vez, como la gota en la roca, los de Jalisco buscan afanosamente penetrar el territorio del M.G., llevándose ambos carteles en su violencia a población inocente.
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De 59 personas desaparecidas en Teocaltiche, sólo diez han sido localizadas, una sin vida; del resto nada se sabe. Es un secreto a voces que las víctimas no encontradas pudiesen haber sido incineradas en algunas de las muchas ladrilleras de la localidad, una de las principales actividades económicas del municipio.
