El sueño de acercar una botella de vino no sólo a las familias mexicanas, sino extranjeras, se vuelve cada vez más latente en L.A. Cetto, la casa vinícola instaurada en el Valle de Guadalupe (Ensenada) desde 1928, que este 2023 celebra su nonagésimo quinto aniversario, haciendo un brindis por la tradición, amor a la viticultura, la familia y al arte de producir vino.
“Es un gran compromiso para nosotros continuar con el legado, y de alguna manera, el encargo que nos han dejado mi abuelo y padre. Vamos en el camino correcto, en la dirección que nos marcaron. Vivimos de la agricultura, y en ese sentido esperemos seguir sorprendiendo a nuestros consumidores de lo que somos capaces de transmitir a través de los vinos”, manifestó Luis Alberto Cetto Salazar, CEO de Grupo L.A. Cetto, en entrevista con Semanario ZETA.
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Acercándose a su centenario, la empresa vinícola bajacaliforniana aprovechó su tradicional fiesta de colores, donde se bendijo a la primera molienda del año, llevándose a cabo el ya famoso pisado de uvas, seguido por una comida de cuatro tiempos a cargo del Chef David Salgado; para concluir con la participación del grupo Myst. Asimismo, se hizo gala de las 893 medallas internacionales obtenidas en concursos como el México International Wine Competition, y el New York International Wine Competition.
“Es una responsabilidad no solamente llevar el nombre de México a muchas partes del mundo, sino también dar a probar de lo que somos capaces de hacer en este rincón del mundo. Hay que transmitir el amor por el campo, por lo que tenemos aquí en el Valle para que las siguientes generaciones continúen su propio camino. Mi abuelo producía vino de una manera, mi padre revolucionó la suya, y a mí me está tocando hacer lo propio”, apuntó Luis Cetto, quien da el relevo a la cuarta generación de la bodega más importante de México.
“A lo que apuntamos es a que la gente consuma vino mexicano. Actualmente estamos en 17 países, apostando a estar en más territorios, regiones; por ejemplo, estamos en Tokio, Japón, me encantaría estar en la Isla Norte, Isla Sur, y que digan ‘quiero un vino mexicano de calidad’, y pongan en su mesa un L.A. Cetto. Ese sería apreciación hacia la gente que está aquí, porque el vino no se hace nada más por lo que llegaron hacer mi bisabuelo, abuelo, padre; el vino se hace por toda la gente que está involucrada: los jornaleros en el campo en la planta, nuestros ingenieros, investigadores, químicos, analistas… todos los departamentos se encargan de que un injerto en la tierra se convierta en una copa de vino en tu mesa”, refirió el hijo Luis Cetto, Luis Ángelo Cetto.
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Finalmente, referente a los problemas de sequía en Valle de Guadalupe y señalamientos de los ejidatarios por el acaparamiento del agua, señaló: “Ya logramos, con el impulso, compromiso y promesa de la señora gobernadora, arrancar el proyecto de un acueducto para traer aguas recapitalizadas de Ensenada hacia el Valle de Guadalupe. Es un compromiso donde estamos trabajando tanto la parte del Gobierno del Estado, Gobierno Federal y los productores: nos toca traer y hacer la distribución del agua. Eso garantiza que tengamos un Valle de Guadalupe para muchos años más”, apuntó.
