Bryan Rivera fue presentado el 6 de julio ante la juez Karen L. Stevenson, quien le informó que estaba en detención provisional con fines de extradición, y que el Gobierno de México lo acusa del feminicidio de Ángela Carolina Acosta, asesinada el 24 de enero de 2022, en la habitación 404 del hotel Cascadas, a un costado del club nocturno Hong Kong en la zona de tolerancia en Tijuana.
En una segunda audiencia celebrada el martes 11, a Rivera le negaron el derecho a fianza, ante la posibilidad de que se evada.
Como ZETA lo dio a conocer en noviembre de 2022, además del homicidio de Ángela Carolina en México, Rivera tiene otras dos órdenes de aprehensión en contra: una por la muerte de Elizabeth, ocurrida el 14 de febrero de 2022, y una más por el asesinato de Karen el 30 de agosto de 2021.
En la Fiscalía General de la República (FGR), el proceso para solicitar la extradición llevó ocho meses.
A mediados de junio, tanto la fiscalía como la Corte Federal de Estados Unidos recibieron la solicitud oficial, y el día 29 del mismo mes, determinaron que existía causa probable para capturarlo con fines de extradición, emitiendo la orden judicial para detenerlo, después de vigilar dos días el domicilio que ocupaba con sus padres en Downey, California.
Durante el cateo, encontraron el recibo por la renta del hotel Cascadas del día del asesinato de Ángela y otros objetos sospechosos, como sogas y guantes. Y durante la investigación, detectaron que Rivera había sido entrevistado en 2019 por la desaparición de una mujer en aquel país.
Además de los videos de hoteles, restaurantes, del bar Hong Kong y de la Garita de San Ysidro, en la que se registraron sus regresos a Estados Unidos procedente de Tijuana, la fiscalía pudo identificar y presentar pruebas contra Rivera, por el apoyo de otras compañeras de las víctimas, quienes lo describieron al ser entrevistadas tras el asesinato de Elizabeth Martínez, desparecida el día 14 y localizada muerta el 16 de febrero de 2022.
Desde el principio, dijeron que se llamaba Bryan Rivera, describiéndole como estadounidense, obeso, de aproximadamente 1.70 metros de estatura, cabello corto oscuro, entre 27 a 30 años de edad, tez marrón claro, cicatrices de acné, un lunar en el lado izquierdo de su nariz y residente de California. Usualmente las recogía en el bar, y cuando se registraba en el hotel, siempre decía que se llamaba Eduardo y era cliente frecuente por lo menos desde dos o tres meses atrás.
Veintiún días antes del asesinato de Elizabeth, la madre de Ángela Carolina Acosta también pidió ayuda casi de manera inmediata a los administradores del bar, a los empleados del hotel, para que revisaran el cuarto, pues su hija estaba incomunicada. También informó a la FGE que su último cliente, identificado por sus compañeras, la había asesinado y se la había llevado. Pero nadie hizo nada, hasta el tercer feminicidio. El fiscal general Ricardo Carpio informó que el proceso de extradición puede llevar desde 15 días hasta dos años; Rivera enfrenta una pena de 60 años por cada una de las muertes.