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jueves, febrero 15, 2024
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Barbie

Greta Gerwig supo muy bien qué hacer con el audaz guion de Noah Baumbach para desarrollar la historia de la muñeca que revolucionó cuando primero apareció en el mercado con la firma de Mattel en 1959, precisamente porque ya no se trataba de un bebé, sino de una chica joven, con un estilo de vida de lujo, con yate, avión, un auto convertible y, por supuesto, una casa de ensueño. Todo color de rosa.

Esta película, que ha causado revuelo en taquilla sin importar el país de estreno, es ingeniosa, divertida, con un sarcasmo lo más sutil posible y mil maneras de interpretarse, aunque la trama se explica fácil: Barbie estereotípica (Margo Robbie) vive en Barbieland, rodeada de sus amigas, otras Barbies, por supuesto. Es autosuficiente, siempre está lista para la fiesta, todos los días son alegres en este mundo de juguete.


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Ken (Ryan Gosling) es un rubio que muere porque Barbie se fije en él. La busca, quiere estar con ella, pero hay un problema: no es el único Ken que ronda por aquí. Además, en sentido estricto es cierto. Había que comprar un Ken porque existía Barbie, no al revés.

El lío comienza cuando Barbie empieza a pensar en la muerte. De inmediato sus pies se vuelven planos, no están listos para usar tacones y se siente confundida, algo angustiada. La respuesta la tendrá la Barbie “rarita”, que no es más que otra muñeca igual que ella, que fue torturada por la niña que jugó muy rudo con la muñeca, dañándole el pelo de plástico, rayándole la cara y golpeándola a su antojo.  

Esta será la voz que le indicará la solución: ir al mundo real a buscar a la niña que tiene a la Barbie estereotípica y ver por qué está angustiada, triste, vaya. Y Ken la acompaña, sin ser invitado.


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Ahora bien, el mundo real tal vez no lo sea del todo, pues el camino que este par emprende en carro, barco, bicicleta, nave espacial y hasta un vehículo para la nieve los llevará a Los Ángeles con su oropel. Ken se perderá en su búsqueda de materializar un patriarcado, mientras que la muñeca irá tras los pasos de esa niña o mujer melancólica que la ha contagiado, y su nombre es Gloria (America Ferrera), la madre de una hija adolescente enojada con todo.

Como tercero en discordia está Will Ferrell a la cabeza de Mattel, un empresario despistado a menos que vea signos de dólares, claro.

En esta aventura, Ferrera, Gosling y Robbie hacen un estupendo trabajo, con humor, aunque planteando con estos simpáticos personajes más cuestionamientos profundos que superfluos. Así que aquí tenemos un poquito de todo y una certeza: esto no es para niños. ****

Punto final.- Curiosamente el público de “Oppenheimer” y “Barbie” puede apreciar ambas propuestas.

Autor(a)

Gabriela Olivares
Gabriela Olivares
Gabriela Olivares Torres Gabriela Olivares Torres GabrielaOlivares 10 gabriela@zeta.com
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