Sergio Vázquez Hernández, investigador del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), compartió el trabajo de análisis de tierra que han realizado en los últimos años en los municipios de Baja California.
Sólo en Tijuana han ocurrido más de 70 eventos -relacionados con movimientos-, los más críticos en Cerro Colorado, Lomas del Río y Playas de Tijuana.
Las áreas San Antonio del Mar y Sánchez Taboada concentran el 60% de los deslizamientos, dominando el material de poca capacidad mecánica, erosión y deformaciones del terreno. El resto se distribuye entre Lomas del Rubí, Alfonso Ballesteros y Anexa Miramar.
Como ejemplo, el investigador citó la colonia Sánchez Taboada, que en 2015 comenzó a tener inestabilidad y, para enero y junio de 2016, reflejó fracturas. Ahora tiene un evento activo que cubrió 160 mil metros de daños y en 2018 ya se había derrumbado todo; mientras que Camino Verde es la colonia más grande y con más daños.
El evento también estuvo activo en la calle Víctor Islas Parra y Laderas de Monterrey, donde la mayoría de las familias buscaron la forma de ganar terreno sin asesoría estructural.
Algunas de esas casas están diseñadas por arquitectos o ingenieros y aun así se cayeron, no resistieron el peso.
Para Vázquez, es urgente realizar estudios geológicos antes de permitir que personas habiten un predio, por si no hay cambios la ciudadanía está condenada a repetir.
Aunque Ensenada no tiene la misma magnitud de problemas en la zona urbana, también hay zonas críticas. Las áreas con mayor deslizamiento son El Sauzal, Libramiento, Ampliación Moderna, Lomitas, Rancho Packar en el Ejido Esteban Cantú, Morelos II, Vista Hermosa y Puerta del Mar.