A casi siete años de haber llegado a Tijuana, Jesús Alejandro ha crecido profesionalmente en la agencia en la que se desempeña como diseñador gráfico; y ha logrado la estabilidad económica que había perdido durante los últimos años que vivió en su natal Mérida, Venezuela.
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Su vida en Tijuana ha sido “una montaña rusa”. Si bien ha estado exenta de tragedia, ha tenido muchos momentos de soledad, de extrañar a su familia, especialmente a su madre, su cultura y sus amigos de infancia.
Durante la pandemia de COVID-19, tuvo que enfrentar en soledad el aislamiento y el desempleo, luego de que la agencia de diseño gráfico en la que entonces trabajaba cerró. A la postre logró obtener un mejor empleo en la agencia de diseño donde actualmente colabora, y trabajar los fines de semana como cantante en diferentes espacios.
Agradecido con México por la oportunidad de reiniciar su vida dice que ha sido “bendecido” por el apoyo que mucha gente le ha brindado para conseguir un empleo y una casa.
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Al cierre de mayo de 2023, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) registró 63 mil 462 solicitudes de refugio; un incremento anual del 29.5%.
Del total de las solicitudes de refugio en los primeros cinco meses de 2023, 25 mil 802 fueron hechas por los connacionales de Haití. Le siguieron 14 mil 391 de Honduras; 4 mil 215 de Cuba; 3 mil 213 de Venezuela; 2 mil 395 de Chile; 2 mil 770 de El Salvador; 2 mil 531 de Brasil; 2 mil 395 de Chile; 2 mil 049 de Guatemala; mil 064 de Colombia y 972 de Nicaragua.
En tanto, las oficinas de la Comar con más solicitudes registradas son: Tapachula, con 32 mil 954; Ciudad de México, 14 mil 220; Palenque, 4 mil 928; Tabasco y Veracruz con 3 mil 534, cada uno; y Baja California, 2 mil 370.
Al conmemorarse el Día Internacional de los Refugiados este 20 de junio de 2023, Jesús Alejandro narró a ZETA las condiciones que lo obligaron a dejar Venezuela, donde desde 2006 comenzó a haber escasez de ciertos productos y racionamientos de agua y electricidad por varias horas.
En 2010 el racionamiento se hizo más fuerte, lo que derivó en carestía de insumos que afectaron la producción de las empresas y el abastecimiento de productos en los hogares.
“Un razonamiento de luz de 8 u 11 horas no te permite trabajar, no tienes producción. La escasez de gasolina no permitía que llegaran insumos. Como diseñador gráfico empezó a sufrir por la escasez de papel, las tintas, que son materiales caros, entonces yo no tenía cómo responder a un pedido, a un cliente, más que el puro diseño digital que también se retrasaba por la falla de luz. Se dañaban equipos, un dominó que comenzó con todo el racionamiento”.
Tras la muerte del entonces presidente Hugo Chávez y la llegada del actual presidente Nicolás Maduro se agravó la crisis económica y social. Entonces todo comenzó a “dolarizarse” y se creó un mercado negro, una economía paralela, donde dólares y productos como la carne se volvieron mucho más caros, provocando una hiper inflación.
A finales de 2015 y principios de 2016, cuando la ciudad rural en la que vivía dejó de tener transporte regular por falta de gasolina, hubo una “fuerte” escasez de alimento, falta de trabajo y dificultad para tener ingresos, se hizo patente para Jesús Alejandro que ya no había oportunidades en su país y debía irse a otro lugar.
Con la ayuda de una amiga de la infancia que ya radicaba en Tijuana, Jesús Alejandro salió de Venezuela el 28 de julio de 2016, sin saber cuándo podrá volver. Planear su salida no fue fácil, porque todo se hizo desde México y un mes antes de tomar el vuelo que lo traería a México, la aerolínea Aeroméxico dejó de operar en Venezuela, lo que lo llevó a modificar el itinerario y hacer una escala de casi un día en Panamá.
Jesús Alejandro considera que la oleada de migración desde diversos países hacia Estados Unidos es producto de la crisis económica que lleva a la pobreza y que genera más violencia.
“La inseguridad también te obligan a salirte, porque mucha gente en su desesperación bueno toca robar, y en la novatada terminan matando y todo se vuelve un caos”. O si vas a reclamar porque no tienes comida, “te matan o te golpean”, entonces la única solución es ir a otro sitio.
Para Jesús Alejandro, la crisis económica y social que ha vivido el país sudamericano ha disgregado a su familia y a sus amigos por el mundo. “Tengo una hermana en Ecuador, una hermana en Perú. En Reino Unido, y los otros dos en Venezuela”, comentó el joven de 41 años.
Con nostalgia, dice desconocer cuándo podrá volver a ver a su madre de más de 60 años; quien sufre fibromialgia y sobrevive con una pensión que no excede los seis dólares al mes y se encuentra desesperada por las duras condiciones de vida que enfrenta, en las que por ejemplo si no hay agua debe acarrear el líquido desde un riachuelo para sus necesidades.
La sensación de su madre es que su familia se fracturó. “Todos estamos en polos opuestos. (Ella) dice: ´Mi hermana se fue, qué voy a hacer los últimos años viviendo así´”.
“Uno sale con la mentira de que en poquito tiempo como estoy en otro país me hago de dinero rápido y a veces eso no es tan fácil (…), y la parte de querer ayudar a veces se hace más difícil porque me ayudo aquí para esta bien o los ayudo allá”; de modo que no queda más que seguir luchando y tratar de hacer las cosas lo mejor posible.
El Día Mundial del Refugiado fue instituido por la Asamblea General de Naciones Unidas, para rendir homenaje a las personas que se han visto forzadas a huir de sus hogares, para escapar de conflictos o persecuciones. El 20 de junio de 2001 se celebró por primera vez.
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en México brinda información y ayuda a personas que han sido desplazadas por la violencia y persecución para que tengan oportunidad de recibir solicitar asilo.
