Firme a un nuevo deseo, el popular cineasta jalisciense Guillermo del Toro parece enfrentar un nuevo futuro en el cine: impulsar la animación como cine para narrar nuevas historias. Y es que luego de lograr el Óscar por el filme creado en stop motion, Pinocho, el director de “Cronos” (1992) afirmó que “la animación es cine, no un género”.
Ahora, en el marco del Festival Internacional de Cine de Animación de Annecy, que se realiza del 11 al 17 de junio en el sureste de Francia, y en donde México es el país invitado, Del Toro, quien ofreció una conferencia magistral, apuntó su próxima meta: “Solo quiero hacer animación. Ese es el plan”, precisó el galardonado realizador, quien desarrolla la adaptación de “Frankenstein” para Netflix, siendo uno de los último proyectos en acción real.
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En dicho encuentro fílmico, el congratulado mexicano señaló que “comenzó a crear animación cuando tenía ocho años, usando la cámara Super 8 de su padre. Aunque siempre se imaginó trabajando en ese medio, recibió oportunidades temprano en su carrera en proyectos de acción real”.
Cabe mencionar que Guillermo del Toro, autor de filmes como “Laberinto del Fauno”, “La forma del agua” y “Hellboy”, regresó a la animación cuando supervisó “Gato con botas” y “El origen de los guardianes”, para Dreamworks; pero es su pasión por la técnica de stop-motion lo que lo ha cautivado por la facilidad de capturar la naturaleza imperfecta de los mundos creados para reflejar el suyo.
“Odio la perfección. Me encantan las cosas que parecen hechas a mano. Es por eso que pongo decorados físicos en ellas. Trato de evitar los escenarios digitales y los efectos digitales tanto como podamos. Me encanta el aspecto físico. El stop-motion es cine hecho a mano, tallado a mano. Si necesitas una silla en una película stop-motion, tienes que hacerla. Si necesitas una flor, tienes que hacerla”, puntualizó.
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