Ya lo había dicho Spielberg con su película sobre la inteligencia artificial, pero las dudas se han intensificado con el rápido avance tecnológico y, sobre esta premisa, Franklin Ritch ha hecho bien en desarrollar una historia que va más allá del planteamiento entre la ciencia y la ética, y cuestiona lo que realmente significa ser humano.
Ritch escribió el guion, actuó y dirigió esta brutal película de ciencia ficción donde la estrella es Cherry (Tatum Matthews), una niña de nueve años que no es de carne y hueso, aunque lo parezca, sino el producto de Gareth (Ritch), quien creó a la chica como parte de un proyecto para exponer pedófilos.
Cherry es muy activa en la red, participa en chats, interactúa con adultos y todo parece funcionar bien, hasta que la tecnología se autoperfecciona y el control se pierde, al igual que su creador.
Un aspecto que funciona muy bien es que la mayoría de la acción ocurre en espacios oscuros y cerrados, lo que aumenta la tensión, sin embargo, no se puede compartir mucho más porque este filme es un thriller que no debe anticiparse.
Una de las características más ricas de este largometraje es el fino diálogo que no se olvida, mientras se acumulan situaciones de miedo en las que nunca se sabe si Cherry terminará siendo víctima o victimario, a medida que el personaje peligrosamente tiende a humanizarse. Ver para creer, vaya, con esta estupenda cinta que no tarda en estar disponible en Primevideo mientras sigue su curso en la cartelera de la ciudad vecina. ****
Punto final. – Como director, Guy Ritchie no suele fallar. Ahí está “The Covenant” como el más reciente ejemplo de su trabajo.