Luego de la quiebra de Silicon Valley Bank y Signature Bank, a inicios de esta semana el banco First Republic fue incautado por autoridades estadounidenses y sus activos vendidos a JP Morgan Chase.
Con ello, First Republic Bank, con sede en San Francisco, California, se convirtió en la segunda institución más grande en término de sus activos que colapsó en la historia de Estados Unidos, a unas horas de que la Reserva Federal (FED, por sus siglas en inglés) emitiera su anuncio de política monetaria.
Según agencias de información, JP Morgan tendrá que pagar 10 mil 600 millones de dólares a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés), la cual deberá destinar alrededor de 13 mil millones de dólares para garantizar el fondo de seguro de depósitos hasta 250 mil dólares.
El Presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, aseguró que estas medidas garantizan que el sistema bancario sea “seguro y sólido”.
Según especialistas, la quiebra de First Republic Bank está relacionada con otorgar créditos hipotecarios grandes con bajas tasas de interés que perdieron valor cuando inició el periodo alcista de las tasas de interés de la FED, en una situación similar a la presentada en los otros bancos que han quebrado en 2023. Para evitar la quiebra, First Republic planteaba vender activos no rentables y despedir a 7 mil 200 empleados, equivalentes al 25% de su plantilla laboral del año pasado; sin embargo, especialistas consideraron que dichos planes eran insuficientes.
