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jueves, octubre 3, 2024
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Política barata que sale cara

El Presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó a los aspirantes a sucederlo; el líder de Morena, Mario Delgado, también los ha nombrado y ellos han reconocido que la quieren. Algunos eslogan, banderines, espectaculares y lonas alusivas a sus ganas y supuestas cualidades para ser presidentes, todos actos anticipados de campaña, se han hecho presentes.

Hablamos de los funcionarios públicos y suspirantes morenistas que llevan dos años ilegalmente encampañados rumbo al 2024, que en fechas recientes han aumentado sus giras sin razón, sin beneficio para los ciudadanos a los que visitan, con el fin de desfilar y mostrarse en actos públicos organizados con recursos provenientes del erario, de los impuestos de los mexicanos.

Hablamos de tiempos y gastos, que en justicia deberían denunciarse y sancionarse. Y después… descontarse de los tiempos y dineros -a través de una auditoria estimativa- que les asignen cuando las campañas sean legales.

Se trata de personas, de funcionarios actuando ilegalmente, de forma cínica, que pretenden que en 2024 el electorado les dé su voto y confianza, a pesar de la desfachatez con la cual creen que las leyes no se hicieron para ellos, que pueden pasar por encima sin tener consecuencias.

“Yo quiero mucho a Claudia, a Adán; imagínense, es mi paisano. Marcelo está haciendo un trabajo de primera”, adelantó en mayo del 2022 respecto a sus posibles relevos el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador. Desde entonces, el reconocimiento y las menciones de Sheinbaum Pardo, jefa de Gobierno de Ciudad de México, López Hernández, secretario de Gobernación y Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores, como aspirantes y sus posibles suplentes han sido una constante.

El mismo reconocimiento tácito como precandidatos han recibido los tres personajes del líder de Morena, Mario Delgado, quien incluso recientemente habló con ellos para adelantar en fechas la definición de los parámetros de la convocatoria para elegir a quien encabezará la campaña presidencial del 2024.

A los aspirantes morenistas poco les importó la invitación del presidente de su partido para concentrarse en las elecciones que legalmente sí se están llevando a cabo en el Estado de México y Coahuila; los tres aspirantes -a quienes se unió el senador Ricardo Monreal- andan como chivos en cristalería, usando impunemente el dinero de los mexicanos en sus precampañas, apoyados por alcaldes y gobernadores de su partido. Y no se vale.

Como parte de la cargada, y gastando dinero que no es suyo, Marina del Pilar Ávila, mandataria bajacaliforniana, no se ha resistido a la tentación de entrarle al juego de las precampañas adelantadas y fuera de Ley.

En marzo le organizó una gira que incluyó dos conferencias públicas a Claudia Sheinbaum, y la jefa del gobierno de la Ciudad de México vino hablar de algo que preocupaba mucho a los californios: el avance de un convenio mediante el cual su gobierno comparte un programa de Software de trámites con BC, y una “conferencia magistral” respecto a las políticas de su gobierno. Espacios que obviamente aprovechó para llamar a una mayor participación política y democrática de la mujer.

Un mes después, en abril, la gobernadora, quien tenía programado un acto público en Tijuana con el canciller Marcelo Ebrard, lo canceló. Se reunió en privado con él, y después se fue a Mazatlán a una ceremonia de gobernadores con el también precandidato Adán López Hernández, secretario de Gobernación. Lo que no impidió a don Marcelo realizar actos públicos y desfilar con el pretexto de presentar su libro autobiográfico, con el apoyo de la alcaldesa de Tijuana Montserrat Caballero.

En cuanto al secretario Adán Augusto, pues ni se diga. Esta semana Ávila le organizó tres actos públicos en tres municipios, con acarreo, banderines de apoyo, repartición de burritos… hubo de todo.

El común denominador es que ninguno de los antes mencionados ha visitado Baja California con el fin de ofrecer o presentar la alternativa de solución a alguno de los cientos de problemas que padece el estado y están bajo su responsabilidad; sólo han venido a placearse a expensas del erario.

A ver los espectaculares que apoyan sus candidaturas, los banderines que respaldan descaradamente sus campañas anticipadas y escuchar los gritos de los acarreados gritar que los apoyan para ser Presidente.

 “No es un evento en el que les voy a pedir algo. No hay votaciones ahorita”, dijo en su mitin en Tijuana Marcelo Ebrard. Y con eso pretenden librarse, argumentado que no están pidiendo el voto directamente.

Pero todas las evidencias están ahí. Están en campaña y se puede acreditar en contexto, reunir pruebas, “equivalentes funcionales”, videos, fotos, bardas, audios, pruebas relacionadas. El problema es la decadente oposición con candidatos quemados o anodinos, que no denuncian porque están haciendo lo mismo, con la desventaja que ellos no ostentan el poder y tienen menos exposición.

“En total, los partidos políticos nacionales han pagado 450 millones de pesos en multas por violar la ley electoral durante 2022, y son Morena, PT y PVEM los que acumulan más sanciones, “, publicó en una investigación El Universal, en octubre del 2022

“El TEPJF confirmó la multa a Mario Delgado, dirigente de Morena, por ofrecer transporte para ir a votar en la consulta de revocación” de mandato; Morena deberá pagar 144 mil 330 pesos y su presidente nacional, 57 mil 732 pesos, por ofrecer y ejercer el conocido y popular “acarreo” en junio del 2022. No les importa porque no es su dinero.

Así las cosas, los principales suspirantes a gobernar el país están de adelantados, gastando dinero ajeno, violentando regulaciones, haciendo política barata que le cuesta cara a los ciudadanos. Y de entre esa fauna van obligar a los mexicanos a elegir.

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