La masacre de San Vicente en Ensenada, en la cual fueron asesinadas diez personas y otras tantas resultaron heridas, incluido un menor de edad, fue un ajuste de cuentas entre dos células del Cártel de Sinaloa y una del Cártel Arellano Félix.
Investigaciones han revelado una alianza criminal entre dos violentos grupos de Sinaloa. El de los hermanos Arzate, Aquiles y René, que delinque en la Zona Costa de Baja California, y el de “Los Rusos”, con poderío criminal en Mexicali y su Valle.
La unión criminal fue para enfrentar a un tercer grupo de la delincuencia organizada, el encabezado por Pablo Edwin Huerta Nuño “El Flaquito”, a saber de nueva cuenta con el Cártel Arellano Félix (CAF) y quien presuntamente habría robado droga a los del Cártel de Sinaloa.
Dicha información la confirmaría el fiscal general del Estado, Ricardo Iván Carpio, cuando públicamente explicó que la masacre había sido “entre miembros de grupos criminales del Cártel del Pacífico y el Cártel de Tijuana (Arellano Félix)”.
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Efectivamente, la hipótesis más sólida en la Mesa de Coordinación es que el ataque fue organizado por dos fracciones de operadores criminales de Ismael “El Mayo” Zambada García. Se refieren a la alianza entre los hermanos Arzate, quienes se habrían unido con Alexander Sánchez, alias Ángel Gaxiola y/o Juan P. Félix y su grupo identificado como “Los Rusos”, a pesar que los hermanos no gozan del cobijo criminal de “El Mayo”, explicó un investigador a ZETA.
Lo que pretenden, informaron, es tomar control total de Baja California, neutralizando al resto de los grupos criminales.
La investigación revela que la célula que acopla a ambos grupos, es identificada como “Los Zorros” y la encabeza Christian Alexis Mendoza Guillén “El Plaga” y/o “El Morrillo”, criminal que operó al servicio de los Arzate entre 2017 y 2020 en Tijuana y en la zona del Ejido Díaz Ordaz y San Quintín, en Ensenada; y reapareció en Mexicali en 2020, para ser detenido por intento de homicidio como cabecilla de “Los Rusos” en Mexicali, el 19 de noviembre de 2022.
El punto de convergencia criminal habría sido, amplió uno de los investigadores, enfrentar a una célula del CAF, actualmente encabezada por “El Flaquito”, representado en Ensenada por Leopoldo Lizárraga Ochoa “El Pantera” y como presuntos jefes criminales de Alonso Arámbula Piña “El Trébol”, “El Loncho” y/o “Sonricks”, quien fue la victima directa de la embestida.
A saber de los investigadores, decidieron atacar al grupo del “Trébol” porque coincidieron tres puntos:
1. “El Flaquito” es identificado como aliado de “Los Chapitos” -enfrentados con su padrino “El Mayo”- a través de Néstor Isidro García y/o Néstor Ernesto Pérez Salas “El Nini” y/o “El 19”.
2.- Reportes de Inteligencia refieren un distanciamiento del narco local con los hermanos Guzmán.
3.- La célula del “Flaquito” es la principal sospechosa de un presunto robo de droga en Mexicali, en el cual habrían contado con apoyo de elementos de la Guardia Nacional, lo cual quedó videograbado en cámaras de seguridad.
Sobre este último punto, ampliaron:
En abril de 2023, un camión de la Guardia Nacional con sus respectivos elementos, acompañados de dos autos con personal que se identificó como agentes del Ministerio Público, habrían entrado a una casa en el Valle de Mexicali para realizar un cateo y extraer la droga que recién había llegado en una avioneta, pero el cargamento presuntamente no fue entregado en la Fiscalía General de la República (FGR). Lo transportaron por la zona conocida como El Chinero, ubicado en San Felipe, y de ahí lo trasladaron a Ensenada. Los mismos datos indican que sin problema pasaron por un retén militar presumiblemente ubicado en la comunidad El Zorrillo.
El día de los hechos, refirieron testigos, Huerta Nuño invitó y casi obligó a las víctimas a participar en el recorrido; otros aseguraron que incluso había estado en la escena, pero la autoridad no ha confirmado la versión de que “El Flaquito” se encontrara en el lugar.
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De igual manera, no pudieron confirmar que Leopoldo Lizárraga “El Pantera” estuviese entre las víctimas de la masacre; versión que coincidiría con el contenido de la serie de mantas dejadas en la vía pública de Ensenada en la semana que concluye, que palabras más o menos, tienen el mismo contenido: “De nuevo escondiéndose la mano los hermanos Arzate mandando a sus mugrosos rancheros y matando inocentes utilizando sus medios comprados para cambiar la información, pendiente que nosotros no nos equivocamos más, atentamente la mera ver…”
Portando un mensaje similar, fueron detenidos el miércoles 24 de mayo tres hombres identificados como Edgardo, Luis Felipe y Hugo, en un cateo realizado por la Fiscalía de Tecate, en la colonia Laureles del Kilómetro 6, en la carretera que comunica ese municipio con Ensenada.
En el domicilio también aseguraron metanfetamina, tres armas cortas, cartuchos y una camioneta Ford Expedition blanca, la que no han informado si es similar a la usada por los sicarios que huyeron de San Vicente.
“EL CACHANILLAZO”
La tarde del sábado 20 de mayo, agentes de distintas corporaciones policiacas en Ensenada recibieron la instrucción de interceptar a los tripulantes de vehículos tipo Razer y una camioneta Raptor color gris, quienes iban armados. Algunas de esas unidades eran escoltas de corredores del rally “El Cachanillazo” que huían de un enfrentamiento.
Un grupo de poco más de 250 vehículos todo terreno, llegaron ese sábado desde la zona urbana de Ensenada. En promedio se quedarían 90 minutos en San Vicente, que es lo que tardan en cargar gasolina y conseguir alimentos, antes de internarse en el recorrido de la sierra.
En medio de centenares de autos, sobre el entronque del Kilómetro 90 de la Carretera Transpeninsular, en una camioneta, dos matones obeso-corpulentos, vestidos de negro, dieron media vuelta, como si fueran a entrar a la calle Niños Héroes.
Testigos reportaron que habían esperado durante varias horas estacionados cerca de la gasolinera a la cual llegaron los corredores. En la camioneta de los sicarios, autoridades localizaron un recibo con el que se hizo evidente que habían llegado desde el viernes 19, día en que hicieron compras en el poblado.
Los matones atravesaron de medio costado una camioneta y quedaron frente al vehículo todo terreno de Alonso Arámbula Piña, perfectamente distinguible, color azul eléctrico con vivos en amarillo fosforescente, dibujados un trébol y el número 15.
Se bajaron de la Infinity Qx60 color negro con reporte de robo el 19 de abril de 2022 en San Luis Arizona, y dispararon sobre los integrantes del grupo de corredores autonombrados y uniformados como “Exóticos”, muchos de los cuales no podían ser identificados a simple vista, porque vestían el casco propio para esa carrera, similar al de los motociclistas.
En el video del ataque que circula en internet, se ven 19 segundos de la balacera, son 15 segundos y decenas de disparos de arma larga de los atacantes de la camioneta, en los que se observa brincar fragmentos del auto de Arámbula; a los 12 segundos se puede ver al asesino-copiloto, volver a la camioneta percutiendo su rifle, mientras el piloto-asesino intenta acercarse a la ventana del conductor del Razer 15. Entonces se escuchan cuatro segundos de disparos de arma corta, alrededor de nueve tiros antes de que se corte la imagen.
Si la misión era dar el tiro de gracia, los disparos para repeler la agresión del lado de los “Exóticos”, conductores de vehículo todo terreno, se lo impidieron. Pero igual cumplieron su cometido.
Tras el enfrentamiento, la camioneta negra quedó en el mismo sitio del ataque, aunque con varios disparos en la carrocería, sangre en la tapicería y los cristales quebrados. En su interior localizaron dos fragmentos de huellas que aún se están trabajando.
De la escena, los testigos reportaron que vieron huir a más atacantes en por lo menos dos autos más, una camioneta blanca y un sedán tipo Honda.
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ARÁMBULA PIÑA
Entre los primeros abatidos identificados, quien las autoridades creen era el objetivo directo de la agresión, está el tripulante del vehículo marcado con el número 15 y la estampa de un trébol, Alonso Arámbula Piña.
También era conocido como “El Trébol” seudónimo que se le adjudicaba porque así le dicen al líder a quien servía, y a su vez se establece que mantenía actividades entre ciertos grupos criminales, detalló en conferencia el fiscal Carpio.
Alonso, de 36 años, ya había sido detenido en dos ocasiones entre 2011 y 2012, en compañía de su hermano, el abogado Alejandro Arámbula Piña -asesinado en 2020-, los detuvo la ex Policía Estatal Preventiva (PEP) en posesión de metanfetamina y armas. Las dos ocasiones fueron liberados porque el juez consideró insuficientes los cargos.
Sin embargo, desde la Fiscalía General del Estado (FGE) manifestaron que, previo al ataque, no lo tenían identificado como parte del organigrama criminal.
Ahora, conforme a los reportes de Inteligencia de las autoridades locales, el negocio principal de esta fracción del CAF que fue atacada en San Vicente, es el de talleres mecánicos ubicados en Playas de Rosarito y Tijuana, donde acondicionan automóviles para cargarlos con droga para después trasladar el cargamento a Estados Unidos. La droga que mueven principalmente proviene de Perú, Venezuela y Colombia, metanfetaminas y cocaína.
Junto al joven Arámbula, en el Razer 15 quedaron asesinados: la identificada como su pareja sentimental, Leslie Mariana Soto Castro, de 23 años, en el lugar del copiloto; el hermano de la joven, Ángel, de 18 años, los dos sin antecedentes; y en el asiento trasero, el delegado de San Antonio de Las Minas, el petista de 35 años, José Eduardo Soto Gil, con tres presentaciones en barandilla por causar molestia en vía pública y una averiguación previa por fraude y abuso de autoridad.
“Este último fue identificado por testigos como compadre de Arámbula”, refirió un integrante de las fuerzas coordinadas.
Una de las lesionadas, Ilse Rodríguez Muñoz, de 28 años con residencia en Tijuana, dijo en su declaración que ella era la novia de Alonso Arámbula Piña.
AL “TRÉBOL” LO PREPARABAN PARA DECLARAR CONTRA “EL OSUNA”
Al licenciado Alejandro Arámbula Piña, hermano de Alonso Arámbula Piña, lo mataron a balazos el 1 de mayo de 2020 afuera de su negocio dedicado a mudanzas en la calle Octava casi esquina con Blancarte, Zona Centro de Ensenada.
En las primeras indagatorias, la FGE relacionó este asesinato con la muerte a mano armada cometida en contra del abogado de narcos Rubén Arenivar García el 24 de abril en las inmediaciones de su despacho en Ensenada.
El presunto agresor de Alejandro, resultó ser Eduardo Osuna “El Osuna”, a quien se le atribuyen varios homicidios en el puerto, entre estos el de Daniel Federico Villalvazo, elemento de la Unidad Antisecuestros de la Guardia Estatal de Seguridad e Investigación, el 25 de enero de 2021.
De acuerdo a la Mesa de Coordinación, “El Osuna” obedece las órdenes de Carlos Adrián Casas Reyes “El Mercenario” y/o “El Tragedias”, quien opera criminalmente desde hace varios años, primero vinculado al CAF y, en fechas más recientes, al Cártel de Sinaloa. Hasta 2021 mantenía el control de la droga en la zona sur y centro de Ensenada.
Unos meses antes de ese incidente, el 18 de junio, “El Osuna” había sido detenido y trasladado a las instalaciones policiacas de Calle Novena y Espinoza, donde minutos después se generó una fuerte movilización policiaca encabezada por la Guardia Nacional al recibir vía C4 una llamada de amenaza.
Osuna está vinculado a proceso con al menos tres carpetas abiertas por homicidio, una de estas por su probable participación en el asesinato del agente de la FGE, adscrito a la Fiscalía Especializada en Atención al Narcomenudeo, Manuel Avendaño Rojas, en mayo de 2021.
ARMAS USADAS EN OTROS HOMICIDIOS
En “El Cachanillazo” 2023, diez personas fueron asesinadas -nueve hombres y una mujer- y otras diez lesionadas con heridas de bala -tres mujeres, un niño y seis hombres-, estos fueron trasladados al Hospital General y a hospitales privados en Valle Dorado.
Ilse Rubí, de 28 años, José Luis de 23 y Julián de 13, quienes ingresaron graves, ya fueron reportados estables.
En la masacre, ocho de los diez asesinados resultaron positivos a los exámenes de Rodizonato de Sodio. Además del “Trébol”, el delegado y los hermanos Soto, los jóvenes mexicoamericanos Josué Herrera y Roberto Ayala, quienes fueron asesinados alejados de la escena principal del crimen, aparentemente fueron perseguidos por los agresores, porque los peritos también encontraron casquillos en esa segunda escena.
También resultaron positivos: Roberto Macías y Óscar Iván Pérez Ramírez, este último identificado con el apodo de “Scarface”. En este punto cabe destacar que la fisonomía del cadáver corresponde a una credencial con el nombre antes mencionado, pero en las fotografías en la red social Instagram, que ligan a “El Trébol” con “Scarface”, muestran a un hombre completamente diferente a la víctima.
Este es el multihomicidio más trágico que se ha registrado en Ensenada desde 1998, cuando un grupo de hombres ingresó al rancho El Rodeo en El Sauzal, propiedad de Fidel Castro, quien delinquía para los Arellano Félix. Ahí mataron a diez y nueve personas, entre niños y mujeres.
Conforme al peritaje, se encontraron 253 casquillos percutidos de 13 distintas armas de fuego de ambos grupos, de las cuales cuatro son cortas -una de ellas calibre 38 súper-, tres calibre 9 milímetros, siete armas largas calibre .223 milímetros y dos armas AK-47, conocidas como cuerno de chivo. Ninguna de las armas fue recuperada.
Sobre la posibilidad de que los mismos corredores o testigos hayan robado, el fiscal respondió que efectivamente había bastantes personas y ellos pudieron haber retirado las armas, dinero u otros bienes materiales, “ya sea por pues en cubrir lo que estaba sucediendo, o por llevárselas para su propia seguridad”, indicó Ricardo Iván Carpio.
En cuanto a la búsqueda de coincidencias de los indicios balísticos o casquillos localizados en la escena, hasta el miércoles 24 de mayo, en tres de las armas su uso había sido detectado en cuatro asesinatos cometidos entre 2020 y 2021, todos sobre la Transpeninsular, en el tramo que abarca San Vicente, Vicente Guerrero y San Quintín. Las víctimas fueron hombres, catalogados como narcomenudistas por las autoridades, aunque sólo uno tenía antecedentes, y todos, casos sin resolver.
Las autoridades estatales indicaron que dos días después del atentado, sólo familiares de cinco fallecidos se presentaron a reclamar los cuerpos al Servicio Médico Forense (Semefo).
NEXOS CRIMINALES
“Todos los que estuvieron presentes en el atentado armado estaban socialmente vinculados, las agresiones fueron mutuas”, dijo el fiscal central, asegurando que había delincuentes de los cárteles en ambos lados del enfrentamiento, destacando la “desaparición” de todas las armas usadas.
Sin embargo, aunque varios de los 20 victimados entre muertos y heridos, tienen sanciones por causar desorden en vía pública, sólo otros cuatro, además del “Trébol”, han sido investigados por delitos, de acuerdo a información de la misma autoridad.
Macías Serrano por estupro; Pérez Ramírez por coacción; Rodríguez Rubio por posesión de arma de fuego y robo; y Orozco Gil por fraude, “pero se estamos trabajando las conexiones de los celulares para verificar las relaciones”, confirmaría un investigador.
UN ADOLESCENTE ENTRE LOS TRES LESIONADOS GRAVES
En el evento violento, la única víctima considerada colateral desde el primer momento -de acuerdo con la FGE- fue el menor de 13 años identificado como Julián Javier, quien se encuentra en estado crítico. El adolescente viajaba con su padre, uno de los hombres que fue asesinado en una de las unidades Razer.
El abuelo del menor, quien vive en Ensenada, fue informado de la tragedia y acudió al hospital a buscar a su nieto, en el lugar informó a las autoridades que el padre del niño había sido asesinado, pero por miedo no les dijo dónde ni cuándo; hasta dos días después reconoció que era uno de los cuerpos de San Vicente.
DEL GOBIERNO PRESENTE
Respecto a la presunta presencia de un convoy de la Sedena al momento de la agresión, existen dos versiones:
Una indica que acompañaban a los equipos de la familia Arámbula, pero quedaron rebasados por el número de armas. La otra señala que fueron los primeros en llegar porque tienen asignado un puesto de vigilancia en la zona, pero tardaron, porque sólo disponen de un camión pesado, en el que era imposible alcanzar a los vehículos que huían.
Detallaron también que este grupo no tiene línea directa de comunicación con el número de Emergencia 911.
En este segundo caso, en la conferencia del fiscal se reveló que se encontraba dentro del perímetro del enfrentamiento. “Relativamente estaban a minutos, ellos alcanzaron a escuchar algunas de las detonaciones, e hicieron todos los esfuerzos”, hubo quien los identificara como elementos de la Guardia Nacional, pero no pudieron hacer más que resguardar la escena.
Desde el gobierno informaron que Cruz Roja local atendió a los heridos más graves, los tres que estaban en estado crítico, y los trasladó hacia Ensenada. Pero los heridos y muertos debieron esperar en la escena a la vista de los curiosos, a más ambulancias, a Semefo y a elementos de la FGE, porque el poblado está a 84 kilómetros de la zona urbana de Ensenada y el trayecto es un traslado de una hora u hora y media.
También desde Tijuana, Sedena envió un helicóptero para buscar a los perpetradores del crimen por tierra y aire, pero no hubo detenidos.
LA NARCOCULTURA EN EL RALLY
Para el arranque del rally en Playa Hermosa, el gobierno de Ensenada anunció el cierre parcial de la Prolongación del Bulevar Costero. Algunos llegaron desde el viernes 19 de mayo, pero arrancaron el día 20 por la mañana, cuando comenzaron a llegar la mayoría de los participantes que acomodaron sus lujosos vehículos sobre banquetas y el camellón.
No se trataba de un ambiente familiar, compartieron visitantes al evento. La atmósfera frente a la playa era de tensión.
Predominaba la música que hace apología del delito, que ha sido prohibida en ciertos lugares por el tono violento, narcocorridos, así como grupos en vivo.
En transmisiones en vivo del evento, se pudo ver la ausencia de vendedores ambulantes, familias o jóvenes espectadores como en otros eventos.
Los corredores de la justa fuera de camino estuvieron resguardados en todo
momento por oficiales de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, Guardia Nacional y Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado.
Mientras que el alcalde de Ensenada, Armando Ayala Robles, compartió el mismo sábado, día de la masacre, imágenes divirtiéndose con amigos en un partido de beisbol en el Parque Petco de San Diego, California.