Conzultoría Matrimonial y Familiar
Aunque no se crea, hay personas asexuales que poco o nada les interesa tener sexo; obviamente solteras principalmente, aunque hay casos de casadas que al cabo del tiempo pierden el interés del mismo. Los motivos de la pérdida de deseo sexual son desde los puramente físicos o biológicos a los propiamente psicológicos.
El deseo sexual se produce cuando el cerebro percibe un determinado estímulo como sexual; una circunstancia que cambia a lo largo de la vida, tal y como lo manifiesta José Manuel Valverde, miembro de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG). “Esos cambios (en el deseo sexual) a veces ocurren en el comienzo o el final de las relaciones, con cambios en la vida y con patologías físicas o psíquicas”.
Suele presentarse una ausencia de fantasías o pensamientos sexuales eróticos que provocan un bajo nivel de excitación o placer sexual durante la actividad sexual, la mayoría de las veces. La persona que lo sufre suele estar menos receptiva a los intentos de la pareja por iniciar la actividad sexual y/o mantiene un bajo o ausente interés por autoestimularse. Se dice que lo padecen aproximadamente el 25 por ciento de los hombres y del 32-47 por ciento de las mujeres (no me consta).
A veces el deseo sexual cambia por diferentes circunstancias o por la etapa de la vida en que se encuentren; lo que no significa que haya desaparecido, puede que solo esté escondido y es necesario buscarlo de forma que reaparezca. A veces se olvida que al igual que la parte afectiva de la relación, la parte sexual también conlleva trabajo. Por eso muchas parejas se agobian cuando dicen que ya no tienen las ganas de antes, en vez de entender que el deseo varía y que es necesario trabajar ese aspecto de su relación como lo hacen con otros.
Los conflictos de pareja suelen ser los más habituales, si se deja de lado las patologías físicas que pueden afectar a la actividad sexual debido al trasfondo psicológico que tiene la falta de conexión, las peleas sin resolver, y una comunicación deficiente. Por lo tanto, no se vive como algo positivo. O incluso existe alguna dificultad como el dolor en la penetración, o el hacerlo casi por imposición que, de nuevo, lleve a vivir la experiencia como algo negativo, y, por tanto, desaparezca el interés por repetirla.
No se soslaye la menopausia debido a los cambios hormonales y cómo éstos alteran el deseo, como la falta de lubricación, la falta de aceptación de los cambios corporales, como el embarazo y la lactancia.
Como la falta de deseo sexual puede estar originada por distintos factores, será necesario consultarlo con un especialista. Sea ginecólogo o urólogo, si el problema es físico o biológico, un psicólogo especialista si fuera emocional el problema, o un especialista en terapia de pareja y/o sexual. La salud sexual forma parte de la salud en general de las personas, busquen solución a su problema.
El Lic. Roberto Bautista es terapeuta sexual y
de parejas con maestría en Mediación.