El martes 16 de mayo, la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda acudió como invitada a la inauguración de la planta de PetStar en Tijuana, la cual presume que se encarga de garantizar un proceso sustentable mediante la economía circular y el reciclaje de productos plásticos, uno de los principales problemas medioambientales del futuro.
La mandataria estatal dio un discurso del desarrollo sustentable y, acompañada de directivos de la empresa filial de Coca-Cola, presumió que Baja California es una de las entidades que más atiende la problemática de los plásticos mediante este tipo de procesos.
Al término del evento oficial, en un recorrido por toda la planta, Ávila Olmeda acompañó al director de PetStar, Jaime Cámara; Rodolfo Márquez, de Corporación Del Fuerte; y César Espinoza, director de Sustentabilidad de Coca-Cola México. En todo momento la gobernadora caminó con una botella de plástico, con la confianza de que dicha planta se encargaría de reutilizar el plástico.
Todos posaron para las fotos con mensajes que hacen referencia al reciclaje, pero además presumieron que la labor autoproclamada sustentable, generaría 4 mil empleos con la ampliación de la planta filial de Coca-Cola, una de las principales generadoras de basura plástica en el mundo.
Lo que no se detalla en ninguna parte de la exposición a la gobernadora, es el método específico del procesamiento del plástico, hecho que para activistas no tiene absolutamente nada de ecológico ni sustentable, pues los procesos de lavado de plásticos e incineración de los mismos, carece de una regulación sólida en México. De hecho, el Gobierno de la República ha permitido y promovido al país como uno de los principales receptores de basura plástica de un solo uso que emite Estados Unidos.
Para Marisa Jacot, representante de la agrupación Fronteras Comunes, bajo la falacia de la economía circular, las grandes empresas han impulsado lo que calificó como “colonialismo de la basura plástica” y ha convertido a Tijuana en la frontera donde más plástico de un solo se recibe para un procesamiento del que se desconocen muchos detalles y consecuencias ambientales.
TIJUANA, PUNTO DE INGRESO DE BASURA PLÁSTICA
En 2018, el Gobierno de China emitió una serie de restricciones para impedir el ingreso de plástico de un solo uso proveniente de EU, debido a que no son susceptibles al reciclaje, por su toxicidad y por provocar graves problemas de contaminación y daños a la salud en su territorio.
Según la agrupación Fronteras Comunes, la basura que se enviaba a China tuvo que ser redistribuida a otros países, y por la cercanía de México con Estados Unidos (país que genera la mayoría del desecho plástico), se volvió un punto evidente como destino de basura.
De 2018 a 2021, la importación de basura a México incrementó en 121%, pasando de 79 mil 291 a 175 mil 586 toneladas de plástico, como consecuencia de las restricciones de China, cuyo objetivo era el bienestar y salud de sus ciudadanos.
Tijuana se volvió la ciudad más atractiva por su colindancia con San Diego, pues de 2015 a 2021, según datos de la base Datasur, ingresaron por esta frontera 140 mil toneladas de basura plástica (poco más de una cuarta parte de la totalidad que ingresó al país), ocupando el primer lugar a nivel nacional. Mexicali apenas recibió poco menos de 40 mil toneladas de desechos.
Durante el evento realizado dentro de las instalaciones del centro de acopio PetStar, directivos de la empresa comentaron que se invertirían 90 millones de pesos para ampliar su cobertura y responder a la necesidad de procesamiento de plástico. Agregó que en BC se llevaría a cabo un proceso de compactación y finalmente se trasladaría a Toluca, Estado de México, donde se llevaría a cabo el proceso de reciclaje.
Lo que no comentaron, pero puede conocerse dentro de la página de internet de PetStar, es que en el proceso las botellas se limpian -para lo cual se utiliza una importante cantidad de agua- y posteriormente se pasa a un horno que funde el plástico a 270 grados Centígrados; con el resultado de ese proceso, se realizan nuevas botellas.
Para Marisa Jacot, ningún proceso de incineración puede ser considerado reciclaje, toda vez que se distribuyen plásticos en el aire, los cuales no son cuantificables más que por las empresas.
“No tenemos claro el destino final, aunque todo parece indicar que se va a la incineración, y si bien, no estamos detectando residuos plásticos de cementerios, vemos muchas importaciones de plástico, pero hay toda una publicidad de la industria cementera como Nestlé, refresqueras, automotrices, residuos sólidos municipales; entonces, tenemos la certeza de que se están quemando plásticos, pero el Estado mexicano no nos puede decir dónde están”, reveló la activista.
En tanto, Mónica Vega, titular de la Secretaría del Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, comentó que en BC hay 491 empresas registradas que se dedican al manejo de plástico en cualquiera de sus modalidades. “Ellos presentan todo el plan y el tratamiento que se la va a dar, si cumple en la legislación, pues pueden operar. En el caso de este tipo de empresas deben presentar su residuo de generador de manejo especial, cédula de operación anual, esto en base a las condicionantes que se les solicitan por impacto ambiental. Si nos damos cuenta que no están cumpliendo con las condicionantes o su plan de manejo, es cuando podemos actuar”, refirió la funcionaria, argumentando a la vez que, dentro de la legislación, existe posibilidad de incinerar basura plástica.
BASURA DEL SÚPER TAZÓN, A MEXICALI
En febrero de 2023, la empresa Direct Pack Recycling presumió que el Súper Tazón de este año sería el más “verde” de la historia, toda vez que mediante la economía circular, el plástico que sería desechado durante la final de la NFL, llevaría un tratamiento para reciclar material PET, que se refiere principalmente a botellas de plástico.
En el mismo periodo, Direct Pack anunció la construcción de una nueva planta en Mexicali, con capacidad de procesar más de 15 mil toneladas de plástico PET.
El financiamiento para la construcción de dicha empresa, según los mismos boletines institucionales, sería por parte de varias trasnacionales como Coca-Cola, Nestlé, entre otras.
Ante tal anuncio, se abrió la posibilidad de que las más de 2 mil toneladas de plástico que se generarían en el máximo evento de futbol americano terminaran en Mexicali, puesto que el “Big Game” se llevó a cabo en Arizona, muy cerca de la Capital bajacaliforniana.
Vega no precisó que se tratara de esta empresa, pero se logró constatar que la secretaría llevó a cabo una inspección y se percató que Direct Pack Recycling ya se encontraba operando en Mexicali, en un parque industrial del Bulevar Carranza.
Tras una inspección, se constató que no contaba con Manifiesto de Impacto Ambiental y se procedió a su suspensión, junto con una multa de poco más de 400 mil pesos. Actualmente la empresa está llevando a cabo todos los trámites para su procesamiento.
Según el colectivo Fronteras Comunes, para procesar dicha cantidad de plástico se necesitarían más de 197 mil metros cúbicos de agua por año, lo que la colocaría entre una de las diez industrias de mayor consumo hídrico en Mexicali, en medio de una severa crisis hídrica y un recorte de agua proveniente del Río Colorado por parte de EU.
Aunado a lo anterior, la Capital bajacaliforniana ha sido identificada como una de las ciudades más contaminadas del mundo en materia de aire, pese a que las estaciones de monitoreo carecen de un alcance suficiente para conocer todas las partículas que se encuentran en el aire, lo que genera consecuencias en la salud de los ciudadanos. Como máximo se enfocan en las partículas PM10 o PM2.5, pero existen otros químicos que pudieran estar suspendidos y no se logran identificar.
De hecho, la incineración de plásticos podría expulsar a la atmósfera metales pesados como mercurio, cromo, cadmio, arsénico, plomo y berilio; hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAPs); bencenos clorados; naftalenos policlorados; compuestos orgánicos volátiles (COVs); gases ácidos como óxidos de azufre; dióxidos de nitrógeno y ácido clorhídrico; gases de efecto invernadero como dióxido de carbono, entre muchas otras, según el estudio “Colonialismo de la Basura Plástica en México”.
NI SIQUIERA PAGAN IMPUESTOS ARANCELARIOS
El mismo estudio refiere que el desecho plástico que más ha crecido para su importación a México es el tereftalato de polietileno (PET), toda vez que en 2020 cuadruplicó el volumen enviado el año anterior (2019), pasando de poco más de 3 mil toneladas, a más de 20 mil; para 2021 fue de más de 38 mil toneladas, lo que representa el 24% de todo el plástico que ingresa a México.
El estudio realizado por Fronteras Comunes refiere que gracias a los acuerdos del T-MEC, gran parte de las exportaciones de plástico que llegan a México no tienen una carga arancelaria, al quedar libres durante las negociaciones. Esto es, México recibe grandes cantidades de basura plástica para su tratamiento y el Estado no recibe un peso, pese a que existen consecuencias ambientales.
Sin embargo, para Marisa Jacot, la economía circular debe acompañarse de una restricción de producción de nuevos plásticos y reconocer la responsabilidad de las grandes empresas para hacerse cargo de sus propios desechos y no enviarlos a países con regulaciones deficientes en materia ambiental, como ocurre actualmente.