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lunes, febrero 19, 2024
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Notoriedad llevó a la renuncia Edmundo Jacobo

La notoriedad que Edmundo Jacobo Molina adquirió como secretario ejecutivo del Instituto Nacional Electoral a raíz de que fue destituido del cargo con la publicación del plan B del Presidente Andrés Manuel López Obrador, constituyó el pretexto para que el funcionario del INE, quien ganó un amparo contra la destitución, determinara renunciar con carácter de irrevocable.

El 28 de marzo, Jacobo Molina solicitó la dimisión con miras a que se haga efectiva el 3 de abril. A pesar de la resolución a su favor, de la que el presidente del INE, Lorenzo Córdova Vianello, se expresó como el “primer revés jurídico” a los cambios previstos en el plan B, el secretario ejecutivo optó dejar el puesto en conjunto con los cuatro consejeros que en la misma fecha concluirán su encargo.


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De modo que Jacobo Molina se irá del INE en concurrencia con el consejero presidente, quien había celebrado su restitución calificándolo de “probo y honesto” y en dos ocasiones lo propuso para la secretaría, así como con Ciro Murayama Rendón, José Roberto Ruiz Saldaña y Adriana Favela Herrera, en cuyo caso asumieron el cargo el 4 de abril de 2014, al igual que Córdova Vianello.

Jacobo Molina explicó que una vez que pasó a ocupar la Secretaría Ejecutiva, procuró conducir el órgano central con una prudencia que le permitiera “aislar la operación institucional del trajín propio de las contiendas entre las distintas fuerzas partidistas”. De ahí que procurara abstenerse de adoptar un rol protagónico como funcionario del INE, remarcó.

Afirmó que con apego a la Constitución mexicana, priorizó la orientación técnica de sus funciones en un afán de evitar que tales ocupaciones se politizaran.


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Jacobo Molina se desempeñó como secretario ejecutivo desde 2008, en una primera etapa dentro del hoy extinto Instituto Federal Electoral y subsiguientemente en el INE.

“El diseño institucional que procuramos durante tantos años, así como el equilibrio que con el mismo siempre se ejecutó, fue roto en los últimos meses por algunos actores políticos, que en el más reciente debate sobre la reforma electoral (plan B) hicieron de la operación técnica, necesariamente imparcial, parte del debate político”, arguyó.

Sostuvo que el papel sobresaliente en el que se vio envuelto con su cese así como con el Juicio de Amparo que promovió, redundó en un obstáculo “para continuar desempeñando con discreción y eficacia las actividades propias de la Secretaría Ejecutiva”.

Según dio a conocer el INE, la renuncia de Jacobo Molina “no es algo improvisado ni una ocurrencia de última hora, y menos algo sujeto a una presión”.

El 29 de marzo, Lorenzo Córdova se pronunció porque “se designe en el futuro a un secretario ejecutivo con el perfil de Edmundo”, de quien dijo “deja ‘la vara alta’, pero también el modelo a seguir: un funcionamiento ejemplar, profesional y honesto”.

Autor(a)

Eduardo Andrade Uribe
Eduardo Andrade Uribe
Licenciado en Comunicación por la Universidad Iberoamericana Ciudad de México; con certificado de terminación de la maestría en Cultura Escrita otorgado por el Centro de Estudios Sor Juana. Activo en semanario ZETA dese 2005.
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