El viernes 31 de marzo se logró la captura de uno de los directivos de la escuela CEATT, en Tijuana, mientras que el 4 de abril se dio a conocer la detención del director y dueño de CEBC, ambos señalados de fraude, por parte de alumnos, exalumnos y maestros.
A finales de enero, exalumnos del Centro de Asesorías Técnicas Tijuana (CEATT) en Mexicali protestaron cuando se dieron cuenta que sus documentos de certificación de preparatoria eran falsos, y por ende, no podían seguir estudiando la universidad.
Al día siguiente, los estudiantes y maestros de Tijuana se dieron cuenta que las instalaciones de CEATT en la Zona Centro estaban vacías y ni siquiera habían dejado los documentos oficiales.
Desde entonces se conformó un grupo de afectados por este centro de estudios, el cual garantizaba la preparatoria terminada en cuatro o cinco meses y sin hacer examen Ceneval.
A las protestas de los afectados del CEATT, se le unieron alumnos del Centro de Estudios de Baja California (CEBC), cuyas oficinas se encontraban en la plaza comercial Siglo XXI, las cuales ya estaban vacías también y no contestaban los teléfonos.
Tras dos meses de denuncias e investigaciones, se logró la captura de Juan Carlos “N”, uno de los directivos de CEATT, en las inmediaciones de la colonia Loma Bonita, a quien se le dio prisión preventiva, bajo la causa penal 1831/2023, por el delito de fraude.
Asimismo, se cumplimentó la orden de aprehensión en contra de Alfonso Rafael “N”, el cual fue capturado en Hermosillo, Sonora, luego de que la Agencia Estatal de Investigación estableciera su presencia allá, y se iniciara la colaboración con la Fiscalía de ese Estado.
Alfonso Rafael también fue asegurado por el delito de fraude, ya que se ostentaba como dueño y director del Centro Educativo de Baja California (CEBC), y ya se encuentra en la entidad para ser informado ante la autoridad juzgadora con respecto de los cargos de los cuales se le acusan.
ZETA tuvo oportunidad de acudir a los diferentes centros de estudios, en donde se constató que ambos lugares estaban abandonados, no contestaban los teléfonos y tenían pintas por parte de personas afectadas, en donde les exigían la devolución de su dinero.
Cabe destacar que la mayoría de los afectados pagó -al menos- 15 mil pesos por conceptos de inscripciones y colegiaturas, mientras que otros también hicieron el pago de uniformes y libros que pedían se compraran en el mismo lugar.
La mayoría de los alumnos y exalumnos han decidido continuar con los estudios de educación Media Superior en el sistema abierto, y aprovechar algunas becas que otorgó el Gobierno del Estado.
