Para la atención de pacientes con ansiedad, depresión, cáncer o del espectro autista, se podría usar los productos derivados del cannabis si los legisladores mexicanos publican las leyes secundarias necesarias; así lo propusieron los activistas promotores del uso de marihuana Andrea Cuevas y Ernesto Alonso Ruffo, participantes del foro Tijuana Verde de la organización Tijuana Innovadora.
Andrea lleva más de cinco años al frente de la organización de Loto Rojo que ha emprendido más de 30 amparos para el uso terapéutico de los derivados de la marihuana; Ernesto tiene cinco años en la producción de marihuana en el estado de California. Ambos reconocen que los vacíos legales y los estigmas políticos y sociales, sobre la marihuana, solo fomentan la clandestinidad y propician la falta de control de calidad.
“Debes pasar cinco pruebas porque hay que demostrar que no se va a hacer daño, porque hemos visto que ponen la planta y con mantequilla y al sartén y hacen brownies, y eso está bien para algunos que ya saben cocinarla, pero no es la calidad que se requiere a nivel farmacéutico y eso es lo que como industria debemos garantizar”, explicó Ernesto Alonso Ruffo, director de Baja Green.
“Yo no creo que sea so uso lúdico o terapéutico, es una terapia para cada quien. Hay que diferenciar bien entre el psicoactivo y psicotrópico, lo que solo estimula y lo que si produce efectos al sistema nervioso central”, precisó Andrea Cuevas, fundadora de la organización Loto Rojo.
Quienes se acercan a Loto Rojo han encontrado alternativas medicinales para llevar tratamientos a su salud mental o de cuidados paliativos, es decir de trato digno y sin dolor ante diagnósticos fatales.
“Mi suegro tuvo cáncer de Colón y le dieron de 6 a 8 meses de vida en Issstecali y decidió mejor irse a su casa con terapia con marihuana y hongos y logró 4 años de vida. Tal vez si hubiera sometido a “quimios” (quimioterapias) no hubiera durado tanto y tampoco vivido esa terapia”, explicó la fundadora de Loto Rojo.
Actualmente, quienes se someten a procesos con derivados al CBD lo hacen al margen de la ley pues aunque está permitido por la ley general de salud en el artículo 245 fracción quinta en el que se establece que es legal el uso de productos hasta 5 gramos que “contengan menos de 1% de THC es legal en México”, explicó Ruffo. Lo que aún no es legal es la venta, por la falta de las leyes secundarias para su operación.
“El problema es que no han publicado las leyes del juego y eso es donde estamos ahorita. No puedes proyectar el crecimiento de este negocio y al rato te van a extorsionar y eso es lo que va a terminar pasando”, reiteró Ruffo.
“Lo más común es que llegan a los dispensarios, y la chica te pregunta que qué tienes y lo más común es que no se pueden dormir. A ella le van a brillar los ojitos porque te va a recetar unas dosis que te van a noquear y hasta despertar a los tres días después, y eso es lo que debemos respetar, los problemas y su tratamiento, por ejemplo, los pacientes con epilepsia”, comentó Cuevas.