El juicio en Brooklyn no solo es para el régimen del PRIAN, los expresidentes; es una carambola contra México y sus instituciones, pero falta la mitad de la esponsabilidad: los partidos políticos, sociedad, medios y dirigentes de los Estados Unidos, con un océano de consumidores. La adicción en todas las capas de la sociedad ha crecido en EUA y el mundo, hay que ver los miles de puntos de venta en Tijuana para aterrorizarse.
¿Quiénes no están en el foco de la noticia? En la prensa de EUA no existe el juicio a GGL. En el proceso que, al igual que GGL, deberían enfrentar los grandes ganones del narco, los fabricantes de armamentos, consorcios que apuestan en las bolsas y laboratorios “legales o clandestinos” que producen industrialmente sin regulación gubernamental; los componentes químicos para las drogas sintéticas, los dueños del sistema financiero que amasan sus utilidades, las policías y autoridades que toleran y cuidan el narcotráfico en EUA.
El proceso a Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública de Felipe Calderón, director de la Agencia Federal de Investigaciones con Vicente Fox, agente del Centro de Investigación Nacional con Ernesto Zedillo.
Su transición burocrática, revela la profundidad del narco. Pero no están acusados en los tribunales, todos los operadores organizaciones que lavan capitales en Wall Street, la Banca, el narco que produce anfetaminas y otras drogas letales en EUA; tampoco quienes la importan, transportan, almacenan, intermedian y distribuyen al menudeo en Hollywood y las calles de EUA.
Ninguna línea ferroviaria, aérea o marítima que transporta toneladas de todos los ingredientes desde continentes de Asia o América; nadie dentro del territorio gringo que lo descubran con armas, dinero, cuentas, conspirando en distribuir veneno a los millones de niños, adolescentes, jóvenes y adultos que consumen estupefacientes.
Nadie, sea empresa o persona física que se le investigue, descubra con nombre y apellido, monto de ganancias, inversiones, fortunas, propiedades, acciones que se decomisen para la comunidad. No se destapa a empresas o mafias norteamericanas.
El FBI, La DEA, el Departamento de Estado, la Secretaría de Seguridad Interior, la CIA, el Pentágono, nadie de estos monstruos que están de cacería 24 horas ha sido capaz de descubrir el entramado gringo para hacer llegar la droga. Qué raro y curioso. Aún no hay cómplices o padrinos protectores dentro de EU; los malos son latinos, y se defiende a GGL, porque tiene enorme responsabilidad en aclarar sus bienes o prestanombres.
¿La DEA, la CIA, la embajada gringa “inocentemente” nada sospechaban por dos décadas, en el mar de corrupción? ¿No sabían de la doble cara de García Luna? ¿Con el poder creciente de los grupos, su patrimonio, sus ligas con el narco de Sinaloa y Sudamérica? Los productores de series de Netflix, adelantaron anécdotas y periplos: Se burló de las Instituciones, los equipos técnicos y humanos de la secretaria de Estado Hillary Clinton, a los Presidentes: G. Bush, B. Obama, D. Trump y de ahí para abajo. Y de los procuradores de Justicia locales y centrales (del propio presidencialismo aliado o cómplice). ¿Genaro es una tuerca de una maquinaria transnacional? ¿Tenía incontables socios?
Sí fueron oportunamente denunciados, pero por la impunidad no son investigadas en México. Sabemos que hoy manejan dinero y droga en sus administraciones; esa es la zanahoria del poder. El narco crece todos los días; a la par, cientos de miles de caídos, heridos, huérfanos, viudas, desaparecidos, secuestrados y familias que huyen para salvar la vida de sus hijos, y para no vivir en los infiernos territoriales de los cárteles.
La corrupción es un fenómeno social universal en Dinamarca, Suecia, Finlandia, etc., no es patente mexicana. Está viva con diferentes magnitudes, pero esa bacteria destructiva está presente aún en Estados Unidos, China, Rusia, Japón, Alemania… Solo que son hipócritas y mal disfrazan fabulosos negocios a costa de millones de adictos. Los grandes operadores financieros, en la sombra, siguen intactos, impunes y burlones ante el circo, en Brooklyn, Nueva York.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com
