“Nunca recibí sobornos de criminales y nunca conocí a ‘el Rey’ Zambada ni al ‘Chapo’ Guzmán (…) Nunca, nunca, nada, nada, porque parte de mi educación y formación, antes de estar en esas posiciones, nos preparan para cuidar eso”, declaró García Luna el 21 de noviembre del 2018. Los dichos de García Luna eran parte de todo un esquema de falacias y mentiras para mantenerse a flote después de todas las críticas y acusaciones que recibió durante el juicio del “Chapo” Guzmán en 2018.
La decisión del Jurado el 21 de febrero es demoledora para la enferma derecha mexicana, cuyas cabezas -quedó demostrado en Nueva York- traicionan la salud del país. Paradójico que, a la luz del sistema de Justicia Mexicana y Norteamericana, haya muchos cabos sueltos, sin pistas jurídicas de responsables.
Maquinaria de “justicia” explicablemente lenta de operar, en elefantes reumáticos de la burocracia de aquí y allá. ¿Por qué la sentencia definitiva a GGL hasta el 27 de junio?
Personajes citados en los testimonios, como Calderón, Humberto Moreira y ex gobernadores de Nayarit y Colima… GGL, también recibió condecoraciones y millones de dólares por 18 años -desde el CISEN- a la “inteligencia” de la DEA, FBI, Departamento de Estado, Departamento de Seguridad Interior.
O son bobos o son impunes, causantes junto con las Guerra Imperiales, donde para pelear drogan a sus soldados, origen de la expansiva pesadilla adictiva de millones de veteranos de invasiones.
Se paga una pesada nómina de Seguridad Pública, que resulta son bandas de narcotraficantes infiltrados desde el prianismo y que hoy se refugian en Morena, buscando impunidad y privilegios. La única lógica presidencial es no gastar energías limitadas en abrir grandes minas de corrupción de gobiernos pasados y confrontarse a AMLO con todos los frentes. Razón para sobrevivir. Prianistas disfrazados de morenistas. Ejemplos sobran: ex gobernadores, alcaldes, diputados y senadores impunes e inflados de bienes inexplicables.
Se destruyó la autoridad moral, al menos en el sistema político, y afectó -y afecta- a movimientos unos en decadencia y otros con compromisos relevantes. Tienen responsabilidad Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña Nieto. Ante la opinión pública, deben rendir cuentas del vendaval de criminalidad que atropelló a sus gobiernos. No registraron graves irregularidades, pese a estar informados por los sistemas de inteligencia, que demostraron que no sirven; o que son instrumento del crimen conectado a sus gobiernos. Resultan cómplices de instituciones como la Presidencia, Secretarias de Gobernación, Seguridad Pública, Fiscalía y del trabajo de campo de Marina y Defensa Nacional.
GGL, brazo derecho del expresidente Calderón por un sexenio completo, recomendado en 2006, según testigos en el Tribunal de Brooklyn, para ocupar el gabinete de Seguridad Pública, por panistas ligados a cárteles.
El veredicto del Jurado de este martes que condena a GGL, dejando abierta la sentencia del Juez Brian Cogan (que condenó al “Chapo” Guzmán Loera a cadena perpetua), tendrá una cascada de consecuencias electorales y forzaran decisiones de los capitanes del Poder Judicial. Este reducto es una de las cloacas más descompuestas y contaminadas en ambos lados de la frontera desde que se tiene memoria. No hay muchos jueces decentes.
Primeramente, el impacto son las banderas hechas hilachas del maltrecho PRIAN, partido real que gobernó del 2000 al 2018. ¿Logros? Acelerar la violencia, la criminalidad y la pobreza, pese al boom petrolero, dilapidado por Fox y Calderón y que, condonando impuestos a peces gordos, “olvidaron” modernizar infraestructura, educación y salud.
Especialmente en el centro sur del país, donde la miseria, la explotación y tsunami social de migración masiva, afectan contundentemente a los estados del norte mexicano; creando crisis de vivienda, empleo, servicios, que ocasionan desequilibrios y un crecimiento extraordinario. Si se suman los impedimentos de gobiernos ineptos y corruptos…
Autoridades locales, incapaces de atenderlas necesidades no solo de la expansión natural de las ciudades, sino miles de mexicanos que huyen de la miseria por el abandono al campo. Sumemos los migrantes de Caribe, Centro y Sudamérica. Huyen todos de la potente violencia desatada por el crimen organizado y la pobreza. Una de las razones es que estamos en las estadísticas de ciudades más sangrientas del mundo por la ruta de las drogas.
M.C. Héctor Ramón González Cuéllar es académico del Instituto Tecnológico de Tijuana.
Correo electrónico: profe.hector.itt@gmail.com