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lunes, febrero 19, 2024
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García Luna, en manos del Jurado

Luego que los fiscales estadounidenses y la defensa de Genaro García Luna presentaron el resumen de sus respectivos alegatos, el juez Brian M. Cogan, adscrito a la Corte Federal para el Distrito Este de Nueva York, entregó el caso al Jurado para que delibere a puerta cerrada y en consenso determine la probable culpabilidad o inocencia del ex secretario de Seguridad Pública Federal con relación a cada uno de los cinco cargos criminales que pesan en su contra.

En sus alegatos finales, la fiscal Saritha Komatireddy afirmó que llegó la hora para que el acusado rinda cuentas por sus delitos y que la evidencia demuestra que García Luna fue un “funcionario político corrupto” que tomó millones de dólares en sobornos del Cártel de Sinaloa y de la organización criminal de los hermanos Beltrán Leyva para apoyar en el tráfico internacional de drogas. “Es un político inteligente, ambicioso, poderoso y egoísta”, reiteró.


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Komatireddy enfatizó que la protección brindada a los grupos criminales sirvió para eliminar a las organizaciones contrarias y traficar toneladas de droga a Estados Unidos. “Sin el apoyo de Genaro García Luna habría sido prácticamente imposible que Sinaloa hubiera podido movilizar tantos cargamentos de cocaína”. Y comparó los servicios con las grandes empresas de mensajería: “Estos tipos son como el FedEx de la cocaína. Usan trenes. Usan barcos. Usan contenedores. Usan submarinos, incluso, usaron el Aeropuerto de la Ciudad de México”.

La fiscal hizo un recuento de los nueve testigos colaboradores presentados durante los dieciséis días de audiencias en la Corte neoyorquina, quienes declararon contra el ex funcionario federal, aunque no en todos los casos fueron testigos presenciales de sus señalamientos. Pese a lo anterior, la acusadora dijo que “todos han dicho una sola cosa: el acusado aceptó millones en sobornos, repagando el favor con su asistencia al Cártel de Sinaloa”.

Jesús “El Rey” Zambada.- foto: archivo

Komatireddy solicitó a los 12 miembros del Jurado reflexionar en todas las historias que vertieron los testigos colaboradores, que si bien son delincuentes, todos aceptaron su culpabilidad y fueron condenados en Estados Unidos: “Ellos no están enjuiciados hoy. Ellos dijeron que el acusado, Genaro García Luna, era su compañero de crimen (…) tienen todas las piezas del rompecabezas, y demuestran que el acusado recibió sobornos”.


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Se hizo hincapié en las declaraciones de testigos como Sergio Villarreal Barragán “El Grande”, Óscar Nava Valencia “El Lobo”, Édgar Veytia “El Diablo”, Harold Mauricio Poveda Ortega “El Conejo” y Jesús Zambada García “El Rey Zambada”. “Deben leer el testimonio de ‘El Grande’”, solicitó Komatireddy a los miembros del Jurado antes de insistir en que esa declaración es una “prueba específica y creíble de la culpabilidad del acusado”.

Por su parte, cuando tocó turno a César de Castro -abogado del ex jefe policiaco- de presentar sus argumentos finales, afirmó que no son creíbles los testimonios de supuestos hechos ofrecidos por los testigos que son narcotraficantes y, según sus versiones, si se sumaran todos los sobornos que supuestamente pagaron a su cliente, serían al menos 274.3 millones de dólares. “¿Dónde está ese dinero?”, cuestionó el jurista, quien señala que se trata de una venganza de los testigos en contra del que ven como su “peor enemigo” porque los detuvo en su momento.

Los cinco cargos por los que Genaro García está acusado, son participación en empresa criminal continua; conspiración de distribución internacional de cocaína; conspiración de distribución y posesión de cocaína; conspiración para importar cocaína; así como falsedad en una declaración para obtener la nacionalidad estadounidense en 2018. Delitos por los que podría ser condenado a 10 años de cárcel o cadena perpetua.

DE SOBORNOS

Durante la cuarta semana de audiencias, la fiscalía estadounidense presentó como su testigo “estrella” final al narcotraficante Jesús Zambada García “El Rey Zambada”, quien los días 13 y 14 de febrero rindió testimonios con señalamientos más directos que los testigos anteriores en contra del que fuera secretario de Seguridad Pública Federal en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y titular de la Agencia Federal de Investigación (AFI) durante el mandato de Vicente Fox Quesada (2000-2006).

Jesús, hermano del también narcotraficante Ismael “El Mayo” Zambada, declaró en audiencia que tenían sobornadas a autoridades de la ahora extinta Procuraduría General de la República (PGR), así como de Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (Capufe) y Aduanas. Explicó las distintas formas en que el Cártel de Sinaloa introducía cocaína al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, a través de maletas en aviones comerciales o de carga y en vuelos chárter procedentes de Venezuela.

Zambada aseguró en su testimonio del 13 de febrero que él personalmente enviaba pagos de 250 mil dólares mensuales a comandantes de la Policía Federal (PF) cercanos a García Luna, a través de Luis Cárdenas Palomino, Facundo Rosas Rosas, Ramón Pequeño García y Édgar Enrique Bayardo del Villar. También declaró que se encargó de ayudar a Joaquín “El Chapo” Guzmán tras su primera fuga del penal Puente Grande en enero de 2001 por instrucciones de su hermano “El Mayo” para que no fuera detenido, y que contó con apoyo de la AFI y PF.

El testigo reveló que tuvo dos encuentros con García Luna en coordinación con un abogado de nombre Óscar Paredes en el restaurante Campos Elíseos de Paseo de la Reforma en Ciudad de México, donde presuntamente le pagó 5 millones de dólares para confirmar su apoyo al Cártel de Sinaloa. La primera ocasión se hizo un pago de 3 millones de dólares en un portafolio negro y una maleta tipo deportiva, pero él esperó en un bar ubicado bajo el restaurante. Y la segunda vez, tres semanas después, en el mismo sitio, se hizo la entrega de otros 2 millones de dólares en una maleta.

En su segundo día de comparecencia, el martes 14 de febrero, Zambada García fue interrogado por la defensa de García Luna sobre las versiones dadas en la audiencia anterior y cotejándolas con declaraciones juradas en años anteriores ante la fiscalía. César de Castro reclamó al testigo que en 2012 ni siquiera mencionó a su cliente como parte de un entramado de corrupción entre el Gobierno de México y el Cártel Sinaloa, porque fue hasta julio de 2013 cuando refirió el nombre del ex funcionario mexicano.

El abogado De Castro encontró inconsistencias en lo también declarado en junio de 2014 y el 13 de febrero de 2023 por “El Rey Zambada”, pues tampoco había dicho que se reunió con el presunto abogado de la organización criminal, Óscar Paredes, para gestionar una reunión en la cual pedirían a García Luna -entonces titular de la AFI- poner a gente cercana al grupo delictivo de Sinaloa en diferentes plazas, como la de Culiacán. De igual forma se cuestionaron detalles de la supuesta entrega de dinero al ex secretario de Estado mexicano.

El defensor dijo que el testigo había declarado primero que llevaba el dinero de los sobornos en dos maletines y que García Luna los había tomado personalmente, y lo mismo habría hecho en una segunda reunión, pero se contradijo con su testimonio del 13 de febrero, cuando señaló que el acusado iba con dos personas que habrían tomado los maletines con el efectivo. Al respecto, Zambada contestó: “A veces escriben mal las cosas, y si no recuerdo, no recuerdo”.

De igual forma, De Castro cuestionó a Zambada si el Cártel de Sinaloa dio dinero al actual Presidente, Andrés Manuel López Obrador, para una campaña contra Vicente Fox Quesada, recordándole que en julio de 2013 declaró ante la fiscalía haber entregado 7 millones de dólares a Gabriel Regino García, quien estaba a cargo de Asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública en el gobierno capitalino, para a su vez entregarlos al político tabasqueño. Dinero que sería utilizado para su campaña electoral. “No pude haberlo dicho, porque no es verdad”, contestó Zambada García ante la insistencia del litigante que buscaba su respuesta a como diera lugar.

LA FORTUNA

Genaro García Luna decidió no testificar frente al Jurado en el juicio que se sigue en su contra. Así se lo hizo saber al juez Brian M. Cogan, de la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, el 13 de febrero. Cogan preguntó a García Luna si era consciente de lo que implicaba renunciar a declarar, y la respuesta fue “sí”. Sin embargo, quien rindió su testimonio fue Linda Cristina Pereyra Gálvez, esposa de Genaro García Luna, presentada el 14 de febrero.

La mujer, que conoció a su marido cuando laboraban juntos en el extinto Centro de Investigación en Seguridad Nacional (CISEN), justificó los ingresos y propiedades de la familia como el progreso natural de su fortuna, gracias al ascenso de García Luna y los beneficios obtenidos por la compraventa de diversos bienes inmuebles desde 1989. Dijo que las viviendas y negocios que fueron comprando y vendiendo, como una papelería o una tienda de artículos de fiesta para niños, se adquirieron gracias a hipotecas y préstamos.

Pereyra Gálvez insistió que para las adquisiciones también se beneficiaron de los bonos recibidos por su pareja, como el de 2.7 millones de pesos que le dieron al finalizar sus funciones como director de la AFI, en 2006. Recordó que primero compraron un departamento en Xochimilco, en 1994, a través de un financiamiento. Al siguiente año se casaron y, en 1997, con García Luna como subdirector del CISEN, adquirieron un terreno frente a donde vivían y vendieron el departamento para construir su casa.

Con ahorros, asegura la señora, entre 2002 y 2004 adquirieron viviendas y terrenos en Jiutepec, Morelos, construyeron una casa que rentaban para fiestas infantiles y un local donde vendían artículos para fiestas. Luego, en 2006 se hicieron de una propiedad en Cuernavaca y abrieron la cafetería Los Cedros. Cuando García Luna llegó a la Secretaría de Seguridad Pública federal, decidieron adquirir una casa en Ciudad de México, y comprando y vendiendo propiedades compraron un terreno en Monte Funiar, en la Alcaldía Tlalpan, donde construyeron la casa en que vivieron de 2009 hasta que Genaro se retiró del servicio público y se mudó con su familia a Miami, Florida. Lo mismo refirió de tres autos Mustang y dos motos Harley Davidson.

Por su parte, en reacción al intento del abogado César de Castro de mencionar el nombre de Andrés Manuel López Obrador en el juicio de García Luna, el mandatario mexicano dijo en la conferencia mañanera del 15 de febrero: “Estamos hablando de la mafia del poder que dominó por mucho tiempo en el país, es no sólo la delincuencia organizada, sino la delincuencia de cuello blanco entrelazada, nutrida, alimentada mutuamente. Lo de ayer es una muestra clara, el quererme involucrar este abogado falsario, calumniador, chueco, resultó más derecho Zambada”.

De la supuesta entrega de 7 millones del “Rey Zambada” a Gabriel Regino para su campaña electoral, López Obrador reiteró: “No, no somos iguales, nosotros no somos mafiosos, ni somos corruptos. Entonces, es interesante porque es un juicio que da a conocer el papel del Gobierno sometido a una facción, a una oligarquía y al mismo tiempo toda la red de complicidades, de componendas, que incluye medios de comunicación, la intelectualidad orgánica, todo por completo”.

El 16 de febrero, el Presidente de México planteó que analiza la posibilidad de presentar una denuncia en Estados Unidos, por daño moral, en contra de César de Castro.

Autor(a)

Luis Carlos Sáinz
Luis Carlos Sáinz
Reportero desde 1989 en W Radio, Promomedios Radio, TV Azteca, Canal Ocho, Grupo ACIR, Ocho Columnas, Associated Press y ZETA; Consejero Editorial en Mural 2010-2011. Autor del libro Rejas Rotas.
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