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viernes, febrero 16, 2024
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Cuatro

Ya no saben si fue desde el equipo interno de Dante Delgado Ranauro, el mandamás de Movimiento Ciudadano, o se trató de una fechoría local, pero lo que sí, es que a la cena que le organizó la ex alcaldesa de Tijuana y a la sazón aún morenista, Karla Ruiz Macfarland, el senador naranja sólo permaneció 45 minutos. Más allá del clásico -e incómodo- “comes y te vas”, fue urgido a retirarse del ágape cuando, los que sí eran invitados de Ruiz, se dieron cuenta que en la reunión prevalecían los seguidores de Jaime Bonilla Valdez. Efectivamente, ex funcionarios del bienio de bonillista imperaron en las sillas dispuestas para la reunión. De hecho, la anfitriona hubo de aclarar su querencia por el ex gobernador, a quien definió como su padrino, además de informar que colaboraba en PSN, la televisora de Bonilla. O intentaron ponerle un cuatro, o de plano acorralar al experimentado político con una cena con fines electorales, pues algunos de los asistentes, todavía con la insignia de Morena en sus públicos pechos, buscan candidaturas a diputaciones locales y federales en las elecciones de 2024. Pero antes que cualquier dedazo se soltara, Dante Delgado abandonó la reunión con gracia. Eso sí, de los acuerdos políticos de terceros, el senador no se hace responsable.


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Confirman opacidad

Foto: Cristian Torres

Desde hace algunas semanas, ZETA ha documentado una serie de irregularidades en la erogación del recurso federal para la adquisición de equipo y capacitación a la Comisión Local de Búsqueda de Personas (CLBP) desde la administración de Jaime Bonilla Valdez, hasta los primeros meses de la encabezada por Marina del Pilar Ávila Olmeda. Amador Rodríguez Lozano, secretario general de Gobierno de Bonilla, y Rebeca Vega, actual subsecretaria, son los implicados en el manejo de estos recursos, pero a la fecha ninguno ha dado la cara para responder datos específicos; lo único que se pudo obtener es una carta aclaratoria que no aporta información precisa. En el documento, la Secretaría General de Gobierno dirigida por Catalino Zavala Márquez planta que harían pública toda documentación derivada de los gastos de la CLBP durante el primer año de Ávila Olmeda, e incluso exhibieron un enlace de Google Drive para presumir que la documentación se encontraba disponible para el equipo de reporteros de este Semanario. Luego de intentar desmentir a este medio de comunicación, afirmando que era falso que se intentaba bloquear u ocultar dicha información, el equipo de reporteros intentó ingresar a los datos referidos y presentados por la General de Gobierno. Lo interesante es que, cuando se intentó acceder a la documentación, el mismo propietario del documento les negó el ingreso de manera intencional, lo que significa que nuevamente se resguardan en la opacidad para no brindar información sobre los gastos de un recurso federal destinado a una de las causas más complicadas como lo es la búsqueda de personas desaparecidas. De plano que a los gobiernos morenistas les encanta simular la transparencia y la rendición de cuentas. Por cierto, fuentes de la Secretaría General de Gobierno presumían que todos los procedimientos se hicieron conforme a la Ley, y por ende, no había irregularidades. La realidad es que los acusamos de “corruptos”, no de tontos, por no decir otra palabra más fuerte.


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Ordinario

Foto: Cristian Torres

El que haciendo alarde de machismo, quiso incrustar en una situación emocional (de una mujer) una decisión administrativa, fue el delegado federal único Alejandro Ruiz Uribe, quien, para justificar la negativa de la alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero, a que utilizaran el Auditorio Municipal “Fausto Gutiérrez Moreno” para un acto federal que implicaba la participación de personas de la tercera edad, se escudó desde su “hombría” calificando la decisión como producto de “problemas emocionales” de la funcionaria, como fue reportado en medios. La realidad es que Caballero siempre ha cooperado con el programa federal de asistencia social, con instalaciones e incluso personal, pero en este caso no consideró que el Auditorio fuese un lugar apropiado para la población de la tercera edad, dado la cantidad de escalones que deben subir o bajar para acomodarse en duela o sillerío, lo cual, evidentemente, causaría problemas a su integridad física. Desde la oficina de Presidencia Municipal, a Ruiz Uribe se le ofrecieron otras instalaciones, pero nada. Él sí, ya había realizado su berrinche público, con calificativos misóginos. En el fondo, lo que pretendía era mostrar músculo político con la concentración de personas de la tercera edad, lo cual finalmente no pudo. Por cierto, aun cuando con los actos federales se realizan en instalaciones del Ayuntamiento, Ruiz Uribe tampoco ha tenido la cortesía política entre órdenes de gobierno, de invitar a la alcaldesa a los actos sociales. Total, que el delegado salió muy ordinario.

Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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