Entre enero y febrero, los restaurantes de Baja California ajustarán al alza el precio de sus platillos entre 8 y 16 por ciento, indicó Alán Bautista Plascencia, presidente estatal de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).
Tal ajuste podría ser mayor en establecimientos que no incrementaron sus precios en 2022. En ese sentido, recordó que el año pasado, debido al aumento en el costo de diversos insumos, los restaurantes “tuvieron la necesidad de ir ajustando precios en dos o tres ocasiones, cuando lo normal es ajustarlos una vez al año”.
El incremento esperado al inicio de 2023 se debe a la inflación en alimentos, así como al aumento en combustibles, tarifas de agua y electricidad, así como por una mayor carga laboral y fiscal, indicó.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) indican que, en diciembre de 2022, la inflación general en Tijuana tuvo un incremento de 8.61% a tasa anual, mientras que en Mexicali fue de 8.85%. Sin embargo, tan sólo en Tijuana la inflación en alimentos registró un aumento de 12.63%.
Entre los alimentos que más se encarecieron a nivel nacional estuvieron el huevo (25.67%), vísceras de res (13.51%), pescado (13.30%), carne de cerdo (12.45%), pollo (8.78%), chile serrano (82.05%), sandía (27.14%), calabaza (23.31%), entre otros.
Algunos establecimientos comenzaron a implementar una conciencia de ahorro y a modificar sus cartas para ofrecer menos comidas, más snacks entre comidas, o bien, disminuir comidas fuertes durante el día. Más entradas para compartir entre comensales.
Otros establecimientos ya comenzaron a cobrar los desechables en los que envasa comida para llevar, cuando anteriormente no lo hacían.
Ante los desafíos que enfrenta el sector gastronómico de Baja California, Bautista Plascencia hizo un exhorto a la comunidad a seguir consumiendo en restaurantes locales, al ser una fuente laboral para casi 100 mil familias. Agregó que entre los integrantes de Canirac no ha habido cierre de negocios por el aumento en sus costos de operación o por la inseguridad.
ECONOMÍA PEGA A VIDA NOCTURNA DE TIJUANA
Consultado por ZETA, un empresario -quien pidió no ser identificado- expuso que es notoria la reducción del poder adquisitivo de las familias tijuanenses tras la pandemia de COVID-19, impactando en la vida nocturna de la ciudad.
Explicó que antes de la contingencia sanitaria, establecimientos de la bulliciosa Avenida Revolución, Calle Sexta y lugares aledaños a las zonas Centro y Río cerraban hasta las 03:00 horas, sin embargo, a dos años de que se viviera el confinamiento, muchos establecimientos mantienen un horario recortado porque simplemente la gente no llega, de modo que cerrar antes contribuye a ahorrar costos de agua y luz.
Consideró que el cambio en la vida nocturna no se debe a un problema de delincuencia local, como robo a transeúntes, pues las zonas más turísticas aparentemente están controladas. “La inseguridad la percibo igual o hasta menor en Zona Centro, porque está el programa de Tijuana Al Fresco, que contribuye a que haya cierta vigilancia”, apuntó.
Más bien, lo que se está permeando es un temor a la delincuencia organizada, al cobro de piso y a la extorsión no sólo de parte del sector gastronómico, sino en general. “Supe de un caso en el Centro que le cobraron piso a una estética y mejor cerraron, pero eso todavía se está dando más hacia afuera”.
Otro factor que en opinión del empresario está presionando al sector gastronómico de Centro y Zona Río, es que se está encareciendo la renta por la construcción de grandes edificios que no aportan desarrollo al área, en el sentido de que fueron vendidos, pero la gente que los habita no consume localmente, mientras que las rentas suben y, al no poder pagarse, algunos establecimientos han tenido que relocalizarse hacia las afueras de la ciudad.
“Sí está circulando lana, pero cierta escala, a muy alta escala, y estás matando comercios chiquitos por el tema de las rentas, y para casa habitación sí está legislado el tema de la dolarización, pero para el comercio no”, manifestó.
Con el crecimiento de la ciudad hay diversas zonas de la ciudad con establecimientos pequeños, como “satélites” que dispersan a los consumidores, lo que antes no ocurría.
El hecho de que el gobierno no haya dado apoyos más que créditos a los establecimientos “ha propiciado que se cierren muchos lugares, lo más que obtuve por parte de la autoridad gubernamental fueron dos préstamos con intereses, eso fue lo que nos pudieron ayudar a los comerciantes, uno lo acabé de pagar y el otro me atoré y todavía lo seguiré pagando. Nunca obtuvimos ningún beneficio y por eso mucho lugar cerró, unos pudimos aguantar, pero si está complicado el aumento paulatino de las cosas”, puntualizó el empresario.
“SEGURAMENTE” SE PRESENTARÁN AMPAROS COLECTIVOS
Para el presidente de Canirac, Alán Bautista Plascencia, uno de los problemas que aqueja a los cerca de 13 mil restaurantes afiliados en Baja California es la falta de mano de obra, problemática que también ocurre en otros sectores. Actualmente hay alrededor de mil 500 vacantes a nivel estatal en los restaurantes, desde cocineros, meseros, cantineros, recepcionista y personal de limpieza.
Consideró como positivo y favorable para los trabajadores el aumento al salario mínimo, así como el mayor número de vacaciones supone un reto para los restaurantes ante la escasez de mano de obra y la carga impositiva.
Si bien, el Gobierno del Estado eximió del pago de la nueva sobretasa del Impuesto sobre Nómina para las empresas con menos de 50 empleados registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, habrá afectación para las empresas para las cadenas grandes y para aquellos restauranteros regionales que tienen dos o cuatro restaurantes.
“Sí hay algunas cadenas muy representativas en el Estado, a ellos sí les impacta derivado de esto. Lo que se está haciendo es reconfigurar una estrategia laboral de acuerdo con lo que cada quien tenga en sus distintas empresas o razones sociales”.
El tema sigue analizándose con integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), “no hemos concluido la manera de proceder, pero posiblemente y no exclusivamente a los restaurantes, sino al resto de negocios que les impacta esto, sobre todo a la industria, seguramente sí se estarán presentando algunos amparos colectivos”, adelantó Bautista Plascencia.
Hace unos días, representantes de Canirac y de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Coepris) se reunieron para abordar la nueva Ley General para el Control del Tabaco, debido a una serie de medidas muy específicas y estrictas.
“Se aprobó a nivel nacional, por ambas cámaras (Diputados y Senadores). Canirac, a través de nuestro presidente nacional, Germán González, así como Canaco y Concanaco, hicieron varias gestiones para que no fuera tan restrictiva, porque hay algunos establecimientos, sobre todo restaurantes bar o terrazas, donde el servicio a personas que les gusta fumar tabaco es importante” y no podrán hacerlo con la nueva Ley. “Lamentablemente no tuvieron eco nuestras inquietudes y la Ley fue aprobada tal cual se mandó por el Ejecutivo federal”, describió.
Aunque hay un resquicio de la Ley donde sí es permitida un área para fumadores, ésta debe estar alejada a 10 metros a la redonda del perímetro de cualquier área común y no ser mayor al 10% del predio o del local que exista. Los lineamientos para la mayoría de los restaurantes son “prácticamente imposibles”, aunado a que el establecimiento tendría que hacer remodelaciones. Incluso algunos hoteles que tienen área de palapas en la playa en Rosarito, Ensenada y San Felipe no podrán permitir que se fume. Estos últimos, junto con los restaurantes con terrazas, podrían tener alguna afectación, pero los establecimientos donde ya no se permitía fumar por ser un área cerrada, no las experimentarán en cuanto al consumo.
De acuerdo con Bautista Plascencia, existe la esperanza de que se mantenga la demanda, sobre todo por parte de connacionales que viven en Estados Unidos o el turista extranjero, por ello se siguen abriendo nuevos restaurantes.