En 2022, es de destacar, sobre todo, el papel de Miguel Ángel Alba Díaz, Obispo de la Diócesis de La Paz, a sus casi 72 años, para enfrentar la cruel realidad por la que atraviesan las comunidades pesqueras de Baja California Sur.
Desde el púlpito y para la feligresía, alzó la voz para denunciar la realidad de los campos pesqueros, que ya era un secreto a voces a partir de 2020. Sin titubear confirmó que comerciantes y los propios pescadores eran víctimas de extorsión y cobro de piso.
“Por desgracia los feminicidios, las desapariciones forzadas, la extorsión a comerciantes y pescadores, son realidades que viven muchas personas de nuestro pueblo, es por eso que no podemos permanecer callados, nuestro silencio se vuelve cómplice”, denunció a inicios de 2022, Miguel Ángel Alba Díaz.
Pese a los señalamientos del Obispo, a las múltiples denuncias a través de redes sociales por parte de las familias y el problema de desabasto de pescados y mariscos, incluso en restaurantes, donde miembros del crimen organizado ya habían avisado que la compra sería a través de ellos, el Gobierno del Estado insistió en que no había denuncias.
“No tenemos ningún caso de extorsión denunciado respecto a (pesca), sí hay comentarios, por supuesto, pero nosotros el comentario no los desdeñamos, no lo dejamos, aunque sea una alta personalidad de la Iglesia, como un humilde pescador, que nos dice aquí está pasando esto en San Carlos, no podemos ser omisos ante comentarios de diversos sectores”, respondió en su momento el gobernador Víctor Manuel Castro Cosío.
El Obispo de la Diócesis de La Paz se mantuvo firme a las duras críticas desde Palacio de Gobierno, incluso el propio mandatario le mandó decir que “si tenía denuncias, que ahí estaba la procuraduría” y, en lugar de atender lo que mandata el Código Penal y perseguir de oficio el delito de extorsión, defendió su postura señalando que denuncie.
“Y si él tiene denuncias, y si otro religioso tiene denuncias, que las haga por la vía jurídica, a eso lo invito”, arremetió Castro.
Alba Díaz fue claro al detallar la problemática que azota “a los cinco municipios”.
Reiteró que el crimen organizado tiene controlada no sólo la droga, sino que se extendió a las actividades primarias de BCS como la pesca.
“La violencia que experimentamos en nuestra tierra, el crimen organizado, visitó las comunidades en los cinco municipios, crecen la extorsión, el cobro de piso, las amenazas, antes las bandas criminales querían tener el monopolio de la venta de la droga en un determinado territorio, hoy las bandas ya no pretenden eso, pretenden el control absoluto de nuestras comunidades, les quitan a nuestros pescadores el fruto de su pesca y les dan a cambio migajas de dinero”, expresó el eclesiástico.
La denuncia fue extensiva; como autoridad parroquial, señaló el acoso que sufren los pobladores, particularmente en San Carlos, La Purísima, Ciudad Insurgentes, San Juanico y hasta en Ciudad Constitución de parte del crimen organizado.
“Prohíben la venta de cerveza, de cigarros, alcohol, de sexo, porque ellos tienen el monopolio, imponen el orden a base de tablazos, de castigos sin juicios, nada más porque ellos quieren y así lo decidieron, la violencia en todo su esplendor”, añadió Alba Díaz.
PURAS PROMESAS
Mientras la oposición duerme en Baja California Sur, quien salió a defender a los ciudadanos de los errores de gobiernos emanados de Morena fue el propio Miguel Ángel Alba Díaz, que desde el púlpito aprovechó para señalar que el corazón no debe dejarse en un color de partido, mucho menos en quienes gobiernan, porque no ofrecen un verdadero alivio ante la crisis de inestabilidad política, económica y social. Y qué decir de la inseguridad, que ha ido al alza.
“¿Dónde tenemos anclado nuestro corazón? ¿En el partido que nos gobierna? ¿En este gobernante? ¿Ahí está anclado tu corazón? Pobre tonto, pobre iluso. En este mundo inestable, el único lugar seguro donde puedes anclar tu corazón es Dios y sólo Dios”, refutó el religioso.
Hizo hincapié en que muchos de los ciudadanos esperaban un cambio en la forma de gobierno de Morena, tan así, que “masivamente salimos a votar”, en cambio recibieron decepciones que destruyeron las ilusiones.
La crítica que se esperaba de la oposición por parte de partidos como Acción Nacional (PAN) y Revolucionario Institucional (PRI) nunca llegó, guardaron silencio cuando los ciudadanos más los necesitaron, sin embargo, la Iglesia en la figura de Alba Díaz marcó un alto al abuso de poder.
“Qué esperábamos en 2018, cuando masivamente salimos a votar por un nuevo proyecto, por un proyecto de transformación; qué queríamos, qué necesitábamos, qué ilusiones había en nuestro corazón”, señaló el Obispo.
La “esperanza de México” se quedó corta, muchos mexicanos siguen en espera de que el “gobierno del cambio” verdaderamente traiga lo esperado.
“Que disminuyera la pobreza, que hubiera más igualdad, oportunidades de estudio y de trabajo digno para las nuevas generaciones, que hubiera seguridad de nuestras calles, en nuestras ciudades, en nuestras plazas, en nuestros campos, que cesara tanta violencia. Qué esperábamos y qué nos han dado, qué hemos recibido a cambio, cada uno tiene su perspectiva, su punto de vista; cada uno de nosotros con honestidad pregúntese: qué quería cuando voté y qué me han dado, que he recibido”, exhortó Alba Díaz.
“Yo no quería un sistema médico como el de Dinamarca, pero sí algo que funcionara, cada uno de nosotros tiene sus expectativas y a veces recibimos desilusiones y desencantos, a veces no encontramos lo que pedíamos”, agregó.
En respuesta, el mandatario Víctor Castro dijo que no caería en provocaciones ante dichos señalamientos, y fue más allá al asegurar que el religioso agredió a la gente, no a los gobiernos, además de criticar a los sacerdotes.
“Es un provocador, yo no le voy a responder a su provocación. Creo que le van a responder miles de ciudadanos que no los puede insultar en la iglesia. Es como si yo aprovechara para hablar de pederastas, no me parece que sea aquí lo apropiado”, defendió Castro.
LA SEGURIDAD
A inicio de 2022, el sacerdote denunció el cobro de piso a comunidades pesqueras por parte del crimen organizado, y a mediados, la denuncia por el aumento de desapariciones, feminicidios y la falla de la estrategia en seguridad.
En septiembre, todo lo que Miguel Ángel Alba Díaz había denunciado se reflejó en la realidad, cuando al menos 30 pistoleros con armas largas y granadas, ingresaron a la Iglesia San Juan Bautista de la delegación de San Juan de los Planes en La Paz y, mientras se oficializaba una boda, secuestraron a una pareja.
Este asunto confirmó lo que venía denunciando el Obispo de la Diócesis: la presencia de grupos criminales que operan con total impunidad.
“Mientras los novios se tomaban fotos con el sacerdote, con los padrinos y la gente, intercambiaba abrazos y felicitaciones, un grupo de más de 30 hombres armados entraron al templo, buscaban a una pareja, que afortunadamente no se encontraba ahí, la gente se asustó, tuvo miedo, levantaron a una pareja”, evidenció el Obispo.
En el gobierno de Baja California Sur es más que suficiente que el 40% de la población se sienta insegura, para ellos es un logro que 4 de cada 10 personas se sientan inseguras.
“Los resultados son los que pueden darles a ustedes los datos y la percepción de la comunidad, hoy el INEGI nos dio un dato muy importante sobre la percepción de seguridad que hay en Baja California Sur: que de cada diez ciudadanos que tiene la percepción de que viven en un Estado donde hay inseguridad, seis dicen que están bien en seguridad”, celebró Víctor Castro.
Al respecto, el Obispo advirtió que es necesario revisar la estrategia de seguridad, porque no es posible que se estén “haciendo bien las cosas”, y haya asesinatos de sacerdotes, médicos, periodistas, activistas y gente inocente. Algo se está haciendo bien, pero muchas otras cosas mal y se deben atender, como es el caso de personas desaparecidas.
“Ante estos crímenes no sólo de sacerdotes, sino de médicos, de periodistas, de activistas, de gente inocente como los que están ustedes ahí retratados, pedíamos revisar las estrategias de seguridad, lo que se está haciendo está bien, es bueno, pero no basta; hay que hacer algo más, nuestro país está chorreando sangre”, lanzó Alba Díaz.
En todo el periodo de gobierno de Castro van 145 personas desaparecidas y no localizadas, 145 familias están rotas, y parte de esas familias acudieron a la misa dominical ofrecida por el Obispo Miguel Ángel el 31 de julio de 2022.
Esa mañana dedicó sus palabras para acompañar el dolor de quienes tienen a un familiar desaparecido y que siguen en vigilia para localizarlos con o sin vida.
“Quiero agradecer, en primer lugar, a todos los hermanos y hermanas que han querido compartirnos la foto de sus seres queridos que han muerto en este tiempo difícil que vivimos o que actualmente se encuentran desaparecidos, gracias por ayudarnos a abrir los ojos, a no ser como los avestruces que enterramos nuestra cabeza en el piso para fingir que no vemos, para fingir que no escuchamos su llanto”, comentó en la celebración.
De nuevo criticó a las esferas de gobierno, para quienes no es preocupante que el 40% de la población se sienta insegura:
“Hablamos con quienes tienen autoridad, la obligación, el deber y la responsabilidad de velar por la seguridad de nuestro país, sin embargo, ellos no ven a nuestro país salpicado de sangre, nos dicen que todo va bien, tienen ojos y no ven”.
Por último, afirmó que los gobiernos deben cumplir su responsabilidad, para ello fueron votados, que dejen de ser omisos ante el sufrimiento de la gente:
“Víctimas de bandas criminales que operan impunemente en nuestro país, y a quienes se les permite operar. Esperamos que se brinde seguridad, que nos garanticen que no habrá impunidad, porque permitirlo, ser omisos, es la principal forma de ser corrupto por parte de cualquier autoridad, porque ser omiso es una forma de complicidad”.
QUIÉN ES MIGUEL ÁNGEL ALBA DÍAZ
Nacido en Monterrey, Nuevo León el 23 de enero de 1951, cuenta con una larga carrera dedicada a Dios y su Iglesia.
Fue ordenado Sacerdote en Monterrey el 31 de mayo de 1975 y nombrado por el Papa San Juan Pablo II como el tercer Obispo de la Diócesis de La Paz en Baja California Sur desde el 28 de agosto de 2001.
Cursó los estudios de Ciencias y Humanidades (1962-1967), Filosofía (1967-1970), Teología (1970-1974) en el Seminario Arquidiocesano de Monterrey, además de cursar un año de Teología Pastoral.
En Nuevo León, de 1975 a 1977 fue vicario parroquial de María Reina, profesor en el Seminario Menor (1977-1979), ecónomo del Seminario y Coordinador del Instituto de Filosofía (1979-1982), rector del Seminario Arquidiocesano de Monterrey (1982-1995) y miembro del Colegio de Consultores y del Consejo Presbiteral.
Nombrado Obispo titular de Fessei y auxiliar de la Arquidiócesis de Oaxaca el 10 de junio de 1995, tomó posesión el 25 de julio del mismo año.
Elegido por la Conferencia Episcopal Mexicana como Miembro del Sínodo de Obispo para América, realizado en Roma del 16 de noviembre al 12 de diciembre de 1997, el 16 de julio de 2001, San Juan Pablo II lo designó para la Diócesis de La Paz y en agosto de ese año fue nombrado Obispo.
Durante el trienio 2004-2006 formó parte del Consejo Superior de la Universidad Pontificia de México. Fue nombrado Responsable de la Dimensión Justicia, Paz y Reconciliación de la Conferencia Episcopal para la Pastoral Social y representante de la Provincia Eclesiástica de Baja California para el trienio 2007-2009.
Debido a su estado de salud, ha pedido al Papa Francisco el apoyo de un obispo, se le ha concedido con carácter de coadjutor, es decir, que en el momento que presente su renuncia, ipso facto el coadjutor será el titular u obispo residencial.
Durante su gestión, la Diócesis de La Paz logró construir edificaciones que ayudan en la pastoral, como el Seminario Mayor (Filosofía y Teología), el Centro Cultural Educativo Juan Pablo II, el Auditorio Diocesano Karol Wojtyla, entre muchas otras más. En su estancia en la Diócesis, prácticamente se ha duplicado el número de sacerdotes ordenados.