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sábado, febrero 17, 2024
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“En la mayoría de los casos las mujeres morimos”: Alina Narciso

Alina Mariel Narciso Tehuaxtle se siente una mujer afortunada pese a todo lo ocurrido, pues se entiende como una mujer víctima de una injusticia, pero bien pudiéramos estar hablando de una mujer menos, de un feminicidio que se resolvería mediante un juicio abreviado que otorgaría a su agresor la oportunidad de purgar una pena de 20 años y recobrar su libertad en poco tiempo.

Hoy, Alina está viva y es mucho más consciente que nunca de lo que representa ser mujer para un sistema de justicia al que no tuvo dudas de calificar como misógino.


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Desde la Penitenciaría de Tijuana, ZETA sostuvo una conversación telefónica de poco más de 20 minutos con Alina Narciso, joven policía municipal originaria de Veracruz que se encuentra purgando una pena de 45 años de prisión por ultimar a balazos a su entonces pareja sentimental, Rodrigo Juárez -también agente municipal-, en lo que argumenta fue defensa propia.

La noche del 12 de diciembre de 2019, Alina se encontraba en su domicilio cuando arribó su pareja sentimental, el cual comenzó a golpearla; Rodrigo era celoso y su acoso era constante, refiere.

Esa noche le propinó una golpiza e intentó encerrarla en el baño de la casa, pero en una oportunidad, ella logró desarmar a su pareja -quien se encontraba bajo los influjos de la cocaína- y dispararle en reiteradas ocasiones.


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Rodrigo no caía pese a recibir el impacto de un arma calibre .40, por lo que continuó disparando hasta que finalmente cesó la agresión; el miedo la invadió y Alina no duda en reconocerlo.

“Estoy muy agradecida con Dios porque yo solamente iba a ser una más”, refirió la joven cuyo caso se ha vuelto tan emblemático que la diputada Michel Sánchez Allende, de Morena, presentó una iniciativa el jueves 12 de enero, que ya es conocida como “Ley Alina”

pues busca clarificar los mecanismos que otorguen la legítima defensa y que no sea necesario un proceso judicial para demostrarlo, sino que la investigación parta desde el hecho que el uso de la fuerza fue necesario para salvar su vida o la de otra persona.

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A continuación, la entrevista de ZETA a Alina Narciso Tehuaxtle.

De la violencia que supiste todo este tiempo, ¿se lo habías comunicado a tu supervisor?

“Sí, lo primero que hice fue comentarle a compañeros y amigos míos; y cuando empezó a amenazarme, cuando me separé. En la audiencia yo mencioné el nombre del jefe de Zona Centro, Luis Aragón, y él no me creyó; él me dijo que no creía que (Rodrigo) me fuera a matar y se rio. Sí me apoyó en cambiarme de sección momentáneamente, pero a las dos semanas me cambió en el mismo turno con él (Rodrigo). Igual sé que no quisieron ayudarme viniendo a declarar, porque tienen miedo por cuestiones de haber omitido el apoyo de hacerle un acta administrativa, porque la prohibición de que se me acercara fue verbal, no la notificó a central ni acta administrativa”.

Ahora que haces una retrospectiva de la audiencia, todo este proceso que llevaste desde el momento que das a conocer la situación, ¿cómo lo ves ahora, hubo abusos de parte de la autoridad en todo el proceso completo?

“Pues veo tantos errores en los que se pueda trabajar, el hecho del acoso dentro de la corporación, porque en un inicio, cuando conocí a Rodrigo, que hubo el cambio de administración, donde nos conocimos, hubo un acoso muy notorio por parte de los compañeros que me decían que ‘parece que sólo existes tú, habemos cuatro patrullas en el bulevar, pero sólo a ti te habla’, y así pasó. Durante los días que coincidimos, luego me jaló a su distrito, fue una relación a base de acoso, pero no lo vi entonces así. Luego los mandos me decían ‘hazle caso o regresa con él’, eran partícipes de lo que él les decía.

“Hablando de manera jurídica, fue llevado a cabo de manera absurda, yo considero que el juez no tenía respeto por la investidura que portaba porque hubo demasiadas faltas de respeto durante la audiencia, y lo único que me tiene tranquila es que comprendo que al ser una persona que viene del viejo sistema me juzgó como tal, porque en el viejo sistema no existe la legítima defensa por cuestiones de violencia familiar. Comprendo que no pueda acatar la nueva forma de trabajar, eso no lo justifica, pero me tiene tranquila que donde está ahorita (el juicio), en la Quinta Sala, espero que juzguen con perspectiva de género y (conforme) a las leyes del actual sistema”.

¿Fuiste víctima de un sistema misógino?

“Completamente. Un juez que también por venir del viejo sistema, que es machista y misógino, hubo muchos puntos que nos hacían notar ese machismo de manera personal porque no se limitaba a hacer su labor, sino que metía críticas personales a mí y a mi abogado”.

Como cuáles…

“Cuando terminé mi declaración yo le manifesté que no me había levantado ese día con la intención de matar a mi pareja, y él (juez) me dijo: ‘Eso es su verdad y ya lo veremos’. También, cuando un oficial le preguntó por qué se había presentado a declarar, dijo que porque era mi amigo, y entonces (el juez) dijo: ‘¡Ah!, ¿entonces la otra persona era su enemigo?’, hostigándolo de forma poco respetuosa”.

Dicen que disparaste en cinco ocasiones. ¿Cómo hacerles entender ese momento?

“Comprendo que tengan esa percepción, cuando llegué aquí me sentía muy culpable porque no entendí cómo reaccioné así, yo venía confundida y con miedo, y tuve que ver mucho, hablar mucho y con terapia, para entender que el miedo me hizo actuar así. Si hubiera querido actuar con dolo, con un disparo en la cabeza yo hubiese podido matar a la persona, pero yo quería derribarlo, pero al ver un disparo y que la gente no cae, que me sigue amenazando, pues yo sigo disparando con los ojos cerrados.

“Yo no tenía idea, yo sabía que había disparado en varias ocasiones porque tenía miedo, yo pensé, o no le estoy dando, o la droga, porque hablamos de un calibre .40, que es de derribo, porque con un tiro la persona cae, yo no sabía. Él no se caía por su corpulencia, era muy fuerte por su naturaleza y era conocido en la corporación por ser muy rudo, la naturaleza, su fuerza y la droga”.

¿En la Policía hay atención psicológica o mecanismos para que los agentes puedan descargar esa furia?

“No, eso es uno de los puntos más importantes, porque cuando le comenté a un compañero, me dijo que pasó por lo mismo, ‘porque mi esposa me decía que por qué la trato como un delincuente’. La misma frase que yo muchas veces le dije a Rodrigo: ‘¿Sabes qué? Te voy a dar el número de un psicólogo que atiende a muchos policías, porque esto que nos pasa es en general’. A la mayoría nos pasa en algún momento, sí eres débil, el trabajo te come. Tantos años de servicio y más en personas como Rodrigo, que estaba en áreas tan conflictivas, se vuelven adictas a corretear delincuentes y vendedores de drogas; cuando pasan a áreas donde ya no tienen eso, parece que tienen una necesidad de descargar esa adrenalina, y de primera mano lo descargan con su pareja.

“Yo quisiera comentarle a la familia de Rodrigo cómo fue una víctima del sistema, porque fue un conjunto de cosas que lo hicieron actuar así; recibía mucho hostigamiento y bullying por parte de mis compañeros. A él siempre lo atacaban porque era muy feo y la única manera de que se defendía era mantener fuerte esa postura ruda, que nadie se metiera con él, pero los memes en grupos muy populares eran, y era lo que siempre me compartía, por eso le perdonaba tantas cosas, porque pensaba ‘pobrecito, él sufre mucho, ahora lo entiendo’, pero al principio fue muy difícil para mí. Fueron como seis u ocho meses donde pude darle la vuelta, cuando estás dentro no te das cuenta, es un círculo vicioso”.

¿Cómo ves que se trabaja en una “Ley Alina”?

“Lo que me han dicho es que no es retroactiva, no me beneficia mucho, pero creo que el hecho de que más mujeres se puedan beneficiar y no tengan que pasar por lo que yo estoy pasando, porque llevo ya tres años lo que llevo de proceso; no sé cuánto va a durar, pero con esa Ley sería más fácil para ellas. Si la Fiscalía fuese objetiva y no tuvieran que llegar a la penitenciaría, aplicando esa Ley quedarían absueltas, me parece algo verdaderamente tangible porque lo he dicho muchas veces. Se habla de perspectiva de género, que estemos en alerta, pero no se legisla, no había nada tangible. El único punto que se debe abordar son las cuestiones dentro de la corporación, el acoso y las relaciones dentro de la corporación”.

Se da otro caso similar al tuyo, el de Nallely, a la que intentó matar su pareja -otro policía-. ¿Eres más castigada tú que un feminicida?

“Me parece completamente absurdo, pero hay una cosa que me hace mucho ruido: las frases que él le decía a su ex esposa son muy similares a las que Rodrigo me decía, que ‘vas a ser una más, a nadie le importas’. Que la tratara como una delincuente porque descargaba su furia con ella y creyó que nadie le iba a hacer caso. Para mí, en el testimonio de ella hay patrones dentro de los compañeros que se están dando, la Secretaría no hace nada por ayudarlos, entonces, estoy feliz porque ya fue vinculado a proceso, yo sigo todo por medio de las noticias, para tener información de cierta manera”.

¿Qué mensajes le das a las mujeres en la misma situación?

“Yo las invito a denunciar, porque creo que los tiempos están cambiando y en el caso de Nallely ya se están tomando cartas en el asunto, se nos está escuchando y gracias a ella que denuncia y exige justicia, ella hizo lo que le correspondía. El sistema se encargará de lo que les corresponde y, si no es así, lo vamos a denunciar; hay muchas mujeres, yo hago desde dentro todo lo que puedo.

“Agradecerles a todas las que apoyan los mensajes en redes, mis notas, mis audios, muchas han tenido que vivir situaciones similares para tener esa empatía. Y a como veo las cosas, sólo se está postergando mi libertad. No soy simplemente yo y mi familia los que creen que fue una injusticia lo que ocurrió en este Juzgado, tomando lo que dijo la alcaldesa Montserrat (Caballero), ella comentó en una entrevista que le parece un mensaje erróneo a la ciudadanía, un mensaje de no defenderse, de injusticia, y a la gobernadora su empatía y su interés por apoyar esta causa lo van a ver tantas personas, porque cuando pasamos estas situaciones de violencia no sólo somos nosotras”.

Tu mamá ha dicho que ella preferiría sacarte de la cárcel, a llorarte. ¿Qué piensas de eso?

“Mi madre es una gran mujer, todo esto le ha servido para sacar esa personalidad aguerrida, a mi me lo dicen, pero es muy entregada por mí. Estoy muy agradecida con Dios porque yo solamente iba a ser una más y él (Rodrigo) probablemente se iba a ir o como Jonathan (presunto agresor de Nallely) iba a buscar la manera, argucias legales porque el apoyo de la corporación para los hombres es muy grande. Yo no he recibido apoyo de la corporación, del área política ha sido verbal porque nunca recibí un licenciado, en su momento tuve un defensor público, pero parecía que estaba en mi contra.

“Más que nada eso: agradecer que estoy viva porque en un inicio hubo personas que estaban en contra porque no estaban acostumbrados a que una mujer se defienda, porque en la mayoría de los casos las mujeres morimos. Me sentí juzgada porque tenía conocimiento en armas, pero recuerdo que yo estaba dormida, él me agredió a mí tal vez por la droga, pensando y alucinando cosas que no eran; yo le pude quitar el arma, pero si no me hubiese arriesgado, a qué me llevaba a encerrar al baño, sabiendo que era una persona que ya había matado. El miedo que pasaba en mí, era más fuerte que yo, más grande; él ya había matado, porque era muy conocido que él torturaba a los delincuentes, en esa situación, el miedo que te causa una persona en todas estas circunstancias”.

¿Has conversado con más mujeres con historias similares a la tuya dentro de prisión?

“Casos similares, he conversado con varias mujeres, han sido testimonios de compañeras, pero la mayoría ha tenido que pasar años de proceso. Una mujer que no fue considerada legítima defensa y la metieron por homicidio en riña, le dieron ocho años, pasó cuatro y le dieron libertad anticipada.

“Otro caso de una colombiana, cuando remiten el caso como homicidio calificado en grado de tentativa, le dicen: ‘¿Sabes qué? Esto no es eso, es violencia familiar’, porque el hombre la estaba ahorcando y ella se defienda apuñalándolo en tres ocasiones. El fiscal dice que no, que ella y yo somos mujeres que usamos nuestro poder sobre los hombres para matarlos, y apeló la vinculación a proceso porque no quería que se le vinculara como violencia familiar, sino como homicidio calificado.

“En estos casos pido que la Fiscalía sea objetiva, porque como víctima pude ver que se van con todo, no se preocupan por ver o encontrar. Como lo dijo una juez, es un órgano de justicia antes de llegar al Juzgado, y me parece que están fungiendo nada más con irse en contra del responsable y no mediar como un órgano de justicia”.

Autor(a)

Eduardo Villa
Eduardo Villa
Periodista desde 2011 y corresponsal en Mexicali del Semanario Zeta. Participante del Border Hub del International Center for Journalists y coautor del libro “Periodismo de Investigación en el ámbito local: transparencia, Acceso a la Información y Libertad de Expresión”
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