Durante una rueda de prensa llevada a cabo este viernes 9 de diciembre por la Comisión Estatal del Sistema Penitenciario de Baja California, en la que estuvo presente su titular, María Elena Andrade Ramírez, el visitador general de la Comisión Estatal de Derechos Humanos del Estado, Eriberto García, advirtió que la principal queja manifestada al organismo es por falta de atención médica de segundo nivel.
“Yo les puedo decir con toda certeza que el principal motivo de queja tiene que ver con la salud, se ha hecho un esfuerzo por parte del Sistema Penitenciario. Sin embargo, dónde encontramos la dificultad es en la atención médica de segundo nivel, es decir la que tiene que ver con la atención en hospitales públicos al exterior. Hay personas privadas de la libertad que están esperando una intervención quirúrgica, que lamentablemente no hay correspondencia en el exterior”, comentó el visitador general de la CEDHBC.
“Cuando iniciamos está administración recibimos el Sistema Penitenciario con tres recomendaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y tres de la Nacional, en temas de salud y alimentación principalmente; estás recomendaciones fueron de administraciones anteriores”, mencionó Andrade Ramírez.
No obstante, según el portal de CEDH, en enero se emitieron tres recomendaciones sobre ese tema a la actual Comisionada, así como al secretario general de gobierno, Catalino Zavala y al secretario de Salud, José Adrián Medina Amarillas.
Datos de la Cesispe revelan que actualmente hay 200 personas en espera de atención médica de segundo nivel que requieren cirugía de algún tipo.
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“Enviamos una lista de 200 PPL para darles la atención de segundo nivel, en la Secretaría de Salud se están programando, para este mes ya hay 15 personas programadas para ser valoradas por especialidad”, declaró el Doctor Ramón Álvarez Ramírez, coordinador estatal médico.
En cuánto a señalamientos por parte de los reclusos por posibles maltratos o abusos, la comisionada afirmó que no tienen quejas vigentes.
No obstante, familiares a las afueras del centro penitenciario de La Mesa, expresaron a ZETA su inconformidad por la falta de atención y equipo médico que no hay al interior de la cárcel, así como lo costosa que resulta la comida.
“Mi hijo está internado aquí y tiene ya cuatro años con el intestino mal, está echando sangre y vengo y les digo, pero lo único que hicieron fue sacarlo a hacerse estudios, que me costaron 3 mil 800 y no sirvió de nada. Le tengo que comprar bolsas de colostomía que me cuestan mil y feria porque aquí no se las dan; cuando me enfermé la semana pasada tuvo que traer una bolsa de plástico; se me va a morir aquí”, expresó una de las madres al exterior del penal de La Mesa, quien prefirió el anonimato por temor a represalias en contra de su hijo.
