Jens Stoltenbergen, secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), confirmó, el 16 de noviembre de 2022, que el misil que cayó en Przewodow, un pueblo en el este de Polonia cerca de la frontera con Ucrania -mismo que dejó un saldo de dos personas muertas-, era ucraniano y no ruso, como se había supuesto en un principio.
El análisis preliminar de la OTAN “sugiere que el incidente fue probablemente causado por el misil de defensa aérea ucraniano disparado para defender el territorio ucraniano contra los ataques de misiles de crucero rusos”.
Durante una conferencia de prensa, Stoltenberg pidió, en todo caso, esperar a los resultados de la investigación que estaba en curso e hizo hincapié en que, aunque “hay que reaccionar rápido”, también había que “mantener la calma y evitar una escalada”.
El político noruego incidió en que la Organización del Tratado del Atlántico Norte estaba preparada para incidentes así y “garantizar que, si ocurren, no escapan al control”. No obstante, Stoltenberg insistió en que “no ha sido un ataque deliberado contra el territorio de la OTAN“ y que no ven indicios de que Moscú esté planificando “acciones ofensivas” contra la Alianza.
Además, el secretario general de la OTAN afirmó que dicho incidente “no tiene las características de un ataque”, lo cual explica que “las acciones fueran las que fueron”, y agregó que eso “no dice nada de nuestra capacidad para defender el territorio aliado”.
En cualquier caso, según aseguró Stoltenberg, que la “última responsabilidad” la tenía Rusia, por haber iniciado la guerra contra Ucrania, y que Kiev “no es culpable”. “Los aliados de la OTAN no forman parte del conflicto en Ucrania”, enfatizó el secretario general de dicha Organización, que aclaró que los 30 países de la Alianza ayudaban al país agredido, “en su derecho a la autodefensa”.
Aunado a lo anterior, el político noruego también aseguró que la “máxima prioridad” de la OTAN “ahora es proporcionar más sistemas de defensa aérea para Ucrania”. La situación, según afirmó Stoltenberg, “demuestra los peligros conectados con la guerra en Ucrania”.
Cuestionado si había mantenido contactos, incluidos a nivel técnico, con Rusia durante las últimas 24 horas, Stoltenberg afirmó que tenían canales abiertos para comunicarse “de diferentes maneras”, tanto desde la OTAN como desde los países aliados, pero afirmó que no podía “entrar en detalles”.
Ante ello, Varsovia no invocará finalmente ante sus socios de la Alianza el artículo IV del Tratado del Atlántico Norte que prevé consultas entre aliados cuando esté amenazada “la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las Partes”.
Durante una comparecencia ante la prensa la madrugada del 15 de noviembre de 2022, el presidente polaco, Andrzej Duda, declaró que lo sucedido “es poco probable que se repita” y que no era el comienzo de un ataque organizado o intencionado.
Por su parte, en un mensaje emitido el 16 de noviembre de 2022, el ministro polaco de Defensa, Mariusz Blaszczak, informó de que “los sistemas de defensa aérea y unidades militares seleccionados, tanto de las fuerzas terrestres como de la armada, están en alerta máxima”.
“El ejército polaco está monitoreando la situación. Estamos en constante contacto con nuestros aliados”, concluyó el comunicado. Por su parte, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, compareció la noche del 15 de noviembre de 2022, ante la prensa, para pedir calma a sus compatriotas y alertó contra la proliferación de noticias falsas, provocaciones y desinformación “que solo benefician a Rusia”.
Morawiecki confirmó que Varsovia podría no necesitar activar el artículo 4 del tratado de la OTAN, que exige consultas cuando un país miembro considera que su seguridad está amenazada.
Mientras que el Kremlin calificó, el 15 de noviembre de 2022, de “histérica” la reacción de Polonia y de otros países, ante el incidente del misil, e insistió en que el cohete fue lanzado por Ucrania.
“Tiene sentido destacar la reacción contenida y más profesional de Estados Unidos y su presidente [Josep Biden]”, que contrastó con la “absolutamente histérica de Polonia y otros países”, según dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en una rueda de prensa telefónica.
“Los restos del misil, hallados en la localidad de Przewodów y publicados en fotografías en Polonia […] fueron identificados de forma inequívoca por los especialistas del complejo militar ruso como elementos de misil antiaéreo guiado del sistema S-300 de Ucrania”, dijo, por su parte, el general Ígor Konashénkov, portavoz del Ejército de Rusia.
El Ministerio de Defensa ruso insistió en que Rusia lanzó el martes ataques contra objetivos que se encuentran sólo en el territorio de Ucrania y a una distancia de más de 35 kilómetros de la frontera ucraniano-polaca”.
El presidente de Estados Unidos, Joseph Biden, también había dicho antes que era poco probable que el misil procediera de Rusia, mientras que el Kremlin dijo que no tenía “nada que ver”.
LA MAYORÍA DEL G20 CONDENA GUERRA EN UCRANIA Y RECHAZA USO DE ARMAS NUCLEARES
La mayoría de los países del Grupo de los Veinte (G20) condenó, el 16 de noviembre de 2022), la invasión de Rusia a Ucrania y rechazó “el uso o la amenaza de usar armas nucleares”, en una declaración adoptada en la Cumbre de la isla indonesia de Bali.
El texto acordado por el grupo de los Veinte admitió que hubo “otras posturas” respecto a la situación en Ucrania durante las discusiones en Bali, además de que reconoció que el G20 no era el foro más adecuado para resolver cuestiones de seguridad y afirmó que la era actual “no debe ser de guerra”.
La declaración conjunta firmada por el grupo de países, en el que se integró Rusia, destacó la necesidad de “mantener la ley internacional” y “salvaguardar la paz y la estabilidad”, incluyendo principios humanitarios y la protección de civiles e infraestructuras en conflictos armados.
“El uso o la amenaza de usar armas nucleares es inadmisible. Es vital la resolución pacífica de conflictos, y hacer esfuerzos para afrontar crisis, junto a la diplomacia y el diálogo”, añadió el texto que signaron las veinte principales potencias mundiales, tras unas arduas negociaciones, por las reticencias de Moscú.
Asimismo, el documento destacó el “inmenso sufrimiento humano” y los problemas que acarrea a escala global la guerra en Ucrania en cuanto a suministro energético, seguridad alimentaria o riesgos de inestabilidad financiera.