La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) mejoró sus perspectivas económicas para México, previendo que el Producto Interno Bruto (PIB) crezca 2.5 por ciento en 2022, por arriba del 2.1 por ciento estimado el pasado mes de septiembre; mientras que para 2023, las proyecciones del organismo internacional pasaron de 1.5 a 1.6 por ciento; y para 2024 son de 2.1 por ciento.
Según el documento ‘Perspectivas Económicas, noviembre 2022’, el consumo interno mexicano será un motor clave del crecimiento y los servicios relacionados con el turismo continuarán recuperándose gradualmente, mientras que las exportaciones seguirán dinámicas. Sin embargo, la inflación y la desaceleración que se espera en Estados Unidos, mitigarán el desempeño económico de México.
La OCDE explicó que después de un sólido crecimiento de México durante los primeros tres trimestres de 2022, indicadores económicos muestran una disminución de la actividad en algunos sectores y si bien la demanda externa se ha mantenido, se espera que disminuya en la medida que se debilite el crecimiento en Estados Unidos.
El organismo internacional con 38 estados miembros, precisó que las exportaciones mexicanas seguirán beneficiándose de una profunda integración en las cadenas de valor manufactureras, particularmente en los sectores de la electrónica y la automoción, pero sufrirán un crecimiento más lento en los principales socios comerciales.
Respecto a la inflación de México, la OCDE -fundada en 1961 y cuya sede se encuentra en París, Francia- prevé que se modere en 2023 y 2024, en la medida que surta efecto el impacto de las tasas de interés más altas y la amplia capacidad ociosa limite las presiones salariales.
Sin embargo, según señaló el organismo internacional, las perspectivas de inflación siguen siendo muy inciertas. La inflación puede ser más alta durante más tiempo, erosionando el poder adquisitivo, particularmente de los hogares vulnerables, lo que exige un mayor endurecimiento de la política monetaria.
Así, la OCDE estima que la inflación en México descenderá hasta 5.7 por ciento en 2023 y a 3.3 por ciento en 2024. No obstante, indicó que los episodios de volatilidad financiera pueden desencadenar una mayor aversión al riesgo, reducir las entradas financieras netas y aumentar los costos de financiamiento.
Por otra parte, el organismo internacional mencionó que una vinculación más rápida de los procesos de producción a México, para facilitar el acceso al mercado de los Estados Unidos, podría implicar exportaciones más fuertes.
En dicho contexto, la OCDE advirtió que la política monetaria mexicana debe seguir siendo estricta, para anclar las expectativas de inflación, mientras que las medidas para responder a los aumentos de los precios de la energía deben dirigirse a los hogares, así como las pequeñas y medianas empresas (Pymes) más afectados y proporcionar incentivos para el ahorro de energía.
Además, México deberá impulsar la productividad como una prioridad clave y la ampliación de las bases impositivas ayudaría a responder a las crecientes necesidades de gasto en educación, salud e infraestructura, a salvaguardar el compromiso con la sostenibilidad de la deuda y a impulsar la productividad y el crecimiento.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico previó, además, que la economía global crecerá apenas un 3.1 por ciento este año, tras el sólido crecimiento del 5.9 por ciento en 2021. Pero en 2023 se espera que crezca apenas un 2.2 por ciento.
“Es cierto que no predecimos una recesión global. Pero esta es una previsión muy, muy complicada, y no creo que nadie encuentre un gran consuelo en la previsión de un crecimiento global del 2.2 por ciento”, según dijo Mathias Cormann, secretario general de la OCDE, durante una conferencia de prensa.