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martes, abril 23, 2024
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La alcaldesa y el secretario

Si una mano derecha debe tener la presidente municipal de Tijuana, Montserrat Caballero Ramírez, es su secretario general del Ayuntamiento, en el entendido que trabaja a su lado y no por encima de ella. No se trata, pues, de que tomen la posición de una alcaldía alterna o una copresidencia municipal. La alcaldesa es ella, y el secretario es su subordinado, y, en todo caso, el colaborador más cercano. Pero hasta ahí.

El problema de Jorge Salazar, el ex secretario general del Ayuntamiento que inició con Caballero en la responsabilidad de administrar el destino de la ciudad, fue precisamente ese. El cargo se le subió (o se lo subieron) a la cabeza, al grado de por lo menos intentar manejar una oficina alterna a la de la alcaldía. Salazar no era ajeno a las actividades de la presidente municipal. Fue su colaborador también en el Congreso del Estado, y cuando Montserrat fue electa candidata a la alcaldía, él coordinó la campaña.


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Pero dime con quién andas y te diré quién eres. Jorge Salazar no se rodeó de las personas más eficientes, comprometidas con el servicio público y en sintonía con el proyecto que encabeza Montserrat Caballero. Contrario a ello, le entonaron y escuchó el canto de las sirenas y se la creyó. No sólo que él era el poder tras el trono, además, que era tanta su influencia que resultaba ser el candidato natural para la alcaldía de Tijuana en 2024. Sí, obviando que quizá Caballero busque la reelección, y que él sería el coordinador de campaña.

Antes de aceptarle la solicitada renuncia a Jorge Salazar, Caballero se deshizo del equipo que le subió el humo a la cabeza a su ex colaborador. Los sacó del organigrama municipal para acabar con la discordia y la salida de la Secretaría General del Ayuntamiento era cuestión de minutos, como sucedió finalmente.

Salazar no se va limpio. Los escándalos de corrupción, que no fueron propiamente investigados, le dejaron el tufo de la irregularidad en su persona. Uno de sus asistentes detenido con harto dinero en efectivo, las casas que empezó a adquirir o remodelar a partir de sus cargos en la administración pública (todos auspiciados por Montserrat Caballero), la sospecha de moches, la mayoría de irregularidades y evidencias en el enfrentamiento que de manera personal y directa tenía con otro no muy limpio funcionario municipal -el ex secretario privado de Francisco Vega de Lamadrid-, Miguel Ángel Bujanda, quien tampoco ha sido investigado de manera apropiada y, al igual que Salazar, goza de la impunidad que da el pertenecer al partido en el gobierno, sea el PAN o sea Morena, como es el caso.


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El cambio en la Secretaría de Gobierno del Ayuntamiento de Tijuana, no representa necesariamente una desestabilización en el gobierno de Montserrat como los seguidores de Salazar han pretendido mostrarlo, sino la oportunidad de cambio a mitad del camino del periodo de la alcaldía.

La cuestión radica en quién es la persona elegida. Para empezar, un hombre o una mujer que tenga menos aspiraciones político-electorales que la alcaldesa, quizá de mayor edad para contribuir con la experiencia muy probablemente alguien que entienda el papel de colaborador y no pretenda convertirse en el poder tras el trono.

En esas condiciones, la primera opción de Caballero fue Fernando Castro Trenti. El embajador ya ocupó esa posición en el trienio infame de Jorge Hank Rhon, con quien terminó teniendo problemas graves que los llevaron a una enemistad, cuando Hank perdió la gubernatura del Estado en 2007 y, muy a su estilo, le jugó en contra a Castro cuanto éste -y no él- fue candidato al Gobierno de Baja California en 2013, colaborando para que Vega de Lamadrid se convirtiera en el último gobernador del PAN en la entidad, también debido al tufo de la corrupción que a la fecha emana de su figura que se mantiene en la impunidad.

Sin embargo, Castro Trenti, también ex senador, ex diputado federal y local, no aceptó de entrada la posición. Dicen que compromisos adquiridos le atan a la Ciudad de México hasta diciembre próximo. No se sabe si entonces aceptará, o de plano se queda fuera de la política local.

Dos nombres rondan la cabeza de Montserrat Caballero para avanzar en la segunda mitad de su gobierno. Jesús García y Javier Algorri. García tiene un perfil más técnico, administrativo, ha sido administrador del Congreso del Estado y actualmente titular del Órgano de Fiscalización de Baja California, al que fue designado por un periodo de siete años. Algorri ha sido secretario de Seguridad en Tijuana, también en el infame trienio hankista, secretario del Trabajo con Jaime Bonilla Valdez y otros cargos en seguridad fuera del Estado.

En los siguientes días, la alcaldesa de Tijuana decidirá quién la acompañará en la Secretaría General del Ayuntamiento como colaborador, no como pretenso, a sucederla.

Autor(a)

Adela Navarro Bello
Adela Navarro Bello
Directora general del semanario ZETA, Consejero de Artículo 19 y del CPJ para las Américas, entre otros reconocimientos, tiene el Maria Moors Cabot 2021 de la Universidad de Columbia.
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