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jueves, noviembre 21, 2024
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Cineasta cachanilla presentó dos cortometrajes en festival Shorts México 

La cineasta emergente Nicolasa Ruiz, oriunda de Baja California, platicó con ZETA sobre su participación en el encuentro fílmico de formato cortometraje más relevante en Latinoamérica, donde proyectó dos cortometrajes documentales.

 

 

 

Este año, Shorts México contó con Baja California como el estado invitado, dándole espacio a 35 cortometrajes que continúan con funciones virtuales (Shorts México/Wahu, FilminLatino, Filmoteca de la UNAM, Festhome) y presenciales hasta hoy 30 de septiembre, y en 30 sedes de 16 alcaldías de la Ciudad de México, en donde se proyectaron “J.R.” y “Obãchan”, de la cineasta emergente Nicolasa Ruiz.

Dialogando con Nicolasa sobre su experiencia comparando ambos cortometrajes comentó: “‘J.R.’ lo inicié cuando aún estaba en la universidad, y lo terminé hasta que ya tenía un año de graduada, fueron como 5 años, como fue mi primer cortometraje documental, y el más íntimo, sí fue bastante complicado, porque era un tema muy personal sobre la relación con mi padre, por eso me tomó tanto tiempo definir lo que estaba buscando contar, y ese trabajo de honestidad toma muchísimo tiempo, el aceptar que es lo que quieres contar es una cosa tan personal y tan particular, que de pronto pensamos que a nadie le va a interesar, pero al final entendí que es un tema universal, porque todos tenemos papás, a lo mejor no están con nosotros, pero tenemos una figura parental, y me sorprendí mucho cuando lo empecé a compartir y la gente se empezó a acercar a mí y contarme sus experiencias, se me hizo muy lindo. También fue difícil porque lo hice con lo que tuve al alcance, y fui definiendo su forma dependiendo de las necesidades del corto y de mi personaje, que es mi padre, y lo que necesitábamos para comunicarnos. Por ejemplo primero tenía la idea de hacer un documental que retratará su pintura, pero eso no ayudaba a la narrativa del corto, así que decidí no incluir su pintura, solo mostrar su experiencia con el arte, y su testimonio empezó a ser más importante, también al principio tenía la intención de que fuera muy bonito y con fotografía muy cuidada, pero eso no ayudaba con la parte de la intimidad, porque llevaba amigos para que hicieran la fotografía, pero entorpecía el diálogo entre mi papá y yo, mi papá se ponía nervioso y se intimidaba, así que opte por comprar una cámara de mano, de esa forma podía esconder mi torpeza, ya que no soy buena fotógrafa, pero igual hizo más íntimo la interacción, pues así él no me iba a tomar tan en serio porque es una cámara muy pequeña, casi ni le va a poner atención, no era algo tan formal como un más grande y profesional que lo iba a intimidar, así fuí definiendo su forma”.

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Por otro lado, “Obãchan” es un corto sobre la historia de una mujer japonesa viviendo en Mexicali, a quien conoció por ser la abuela de un amigo suyo: “Ese lo empecé como en el 2015, más o menos los estuve haciendo al mismo tiempo, porque era como una forma de distraerme del otro que era bastante más pesado, la dificultad más grande fue encontrar el punto principal, que era lo que me relacionaba con ‘Obãchan’, ya que ella es de otra cultura, otra religión, otra generación, otras creencias, y en general somos personas muy diferentes, y al final lo que me unió a ‘Obãchan’ cómo con ‘JR’, fue el amor, que significa el amor en la vida diaria, en nuestras relaciones, a uno mismo, el amor a lo que uno hace, ambos los hice con muchísimo cariño, y con intención de buscar mi voz como creadora, y teniendo eso en cuenta, ningún trabajo es demasiado complicado”, agregó.

Referente si ella considera de importancia que se sigan produciendo cortometrajes subrayó: “para mí, la referencia que siempre tomo, para pensar cortos y largometrajes, es igual que con los cuentos y la novela, ambos son tan relevantes, pero cada uno tiene sus propias complejidades y retos, en el corto no tienes tiempo para extender en detalles, el corto y los cuentos empiezan en acción, es ir directo al grano, y eso me gusta mucho del formato del corto, el reto es el tiempo que tienes para contar la historia, y creo que como estudiantes es muy bueno, sé que hay gente que se niega a hacer cortos y hace largos desde la universidad, pero para mí, el corto fue una forma de acercarme al lenguaje cinematográfico, descubrir cómo yo iba a hacer cine, me permitió explorar todo el ámbito de forma más tranquila, me dio está libertad, ya había hecho antes de estos, cortos de uno a cinco minutos, hice muchos ejercicios pequeños, y todos esos me permitieron llegar a ‘JR’ y ‘Obãchan’, me dieron libertad creativa y de tiempo”.

Respecto a cómo percibe la situación de la industria actual en Baja California, declara: “Creo que sí hay oportunidades, tal vez no es una industria tan bien definida, ni tiene tanto tiempo como en Ciudad de México, pero creo que hay personas con muchísimo talento, y también creo que hay muchas historias que contar de la región, y creo que en lugar de copiar modelos hollywoodenses, las historias originales especiales de la frontera valen mucho la pena”, explicó, mientras que de sus próximos proyectos relató: “Acabo de producir una película, es una ciencia ficción, estamos muy contentos, estoy enfocada en hacer de freelance, mientras pueda, estoy trabajando en escribir dos largometrajes de ficción, también saldrá un corto en mayo, ahorita está en postproducción, y viendo a dónde lo vamos a mandar, lo hicimos con apoyo de Black Canvas”, compartió. (Erika Cortez / Especial para ZETA)

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Autor(a)

Redacción Zeta
Redacción Zeta
Redacción de www.zetatijuana.com
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