El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó, el 30 de septiembre del 2022, que un “grupo internacional de hackers”, auto denominados Guacamaya, obtuvieron al menos 6 terabytes de información confidencial, a través de correos electrónicos (que incluye textos, archivos adjuntos, cartas, videos), alojados en servidores la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) mexicana, que datan desde el año del 2016 hasta septiembre del 2022.
La información fue compartida por los denominados “hacktivistas” al medio digital Latinus, que la dio a conocer la noche del 29 de septiembre del 2022, a través del programa semanal que conduce el periodista Carlos Loret de Mola Álvarez, quien calificó como “la más grave vulneración a la ciberseguridad del Gobierno de México en su historia”.
Entre la información -que fue testada en algunas partes por Latinus-, destacan informes de inteligencia que detallan la verdadera condición de salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, según dicha versión, estaría enfermo de padecimientos como “angina inestable de riesgo alto”, gota e hipotiroidismo.
“Es cierto, hubo un ataque cibernético, así le llaman, al robo de información y mediante esos mecanismos modernos extraen archivos, es gente muy especializada, no cualquiera, no sé si en México haya especialistas en este ramo de la cibernética […] Tengo entendido de que este mismo grupo ya ha hecho lo mismo en otros países, creo que en Colombia, en Chile, por eso pienso que es algo que se maneja desde el extranjero, que no es de México”, dijo el político tabasqueño.
“Que no es nacional y que utilizan a Loret, para eso. Pero que quien lleva a cabo la extracción de la información debe ser una agencia o un grupo del extranjero […] Sí, son ciertos, yo estoy enfermo. Tengo varios padecimientos, solo hay una cosa que no tengo, lo del alcohol, pero lo demás sí y otros males, todos los que se mencionan ahí”, respondió López Obrador.
“Pero es de dominio público, todo lo que se dice ahí es cierto y se ha expresado. Si acaso [no se ha dicho] lo de la ambulancia, que fue a Palenque, a principios de enero, porque había un riesgo de infarto y me llevaron al hospital. Y me recomendaron un cateterismo, ¿si se acuerdan de eso? Me dijeron ‘hay que hacerlo’, y les pedí unos días”, indicó el mandatario nacional.
“En eso me dio COVID y tuve que esperar a que pasara el COVID, y ya fui al hospital, y me hicieron el cateterismo. Lo demás de que tiroides, pues sí cuando uno va a ver a los médicos le hacen análisis de todo y, pues, pastillas, para tiroides, para la hipertensión”, agregó el político tabsqueño, durante su conferencia de prensa matutina.
“Pero terminé con un coctel que tomo por las noches para varias enfermedades pero estoy muy bien […] Bien, muy bien [de Salud], estoy pendiente, me reviso cada tres meses, cada cuatro meses, pero eso depende de cómo uno se siente. Lo más delicado es la hipertensión, por eso a veces camino y voy a escalar cerros para lo que llaman cardio, el ejercicio y cuidar también los riñones”, afirmó el titular del Poder Ejecutivo Federal, desde el Salón Tesorería del Palacio Nacional.
“Porque, haciendo una crítica fraterna, cariñosa a los especialistas, pues lo que no quieren es que uno se muera de lo que ellos tratan, o sea, si es un cardiólogo, no quieren que uno se muera del corazón. Pero a veces lo que uno tiene que tomar para que no se muera del corazón o no le dé un infarto puede afectar otros órganos. Y así actúan los especialistas y así actúan todos”, insistió.
“[Los hackers] Aprovecharon de que está llevando a cabo un cambio en el Ejército, me decía el general [Luis Cresencio Sandoval González], en el sistema de información. Por eso, son profesionales, los hackeadores, y se meten y sacan toda la información, pero, pues, es de dominio público […] mientras yo tenga la responsabilidad que me dio el pueblo, tengo que hacerle caso a los médicos”, minimizó el titular del Poder Ejecutivo Federal.
Por último, el presidente de la República señaló que sus padecimientos se irán reduciendo una vez que deje el encargo y se vaya a vivir a Palenque, donde las condiciones geográficas le benefician. Asimismo, indicó no teme perder la vida siendo todavía mandatario nacional. “No hay nada que se compare a poder servir a los semejantes, esa es la verdadera política […] No, no, no, no, no pienso en eso, me siento bien y pues cuento con el apoyo de la gente, buenas vibras”, aseguró.
AMLO PADECE “ANGINA INESTABLE DE RIESGO ALTO”, GOTA E HIPOTIROIDISMO, SEGÚN INFORMACIÓN HACKEADA A SEDENA
Un “grupo internacional de hackers”, auto denominados Guacamaya, obtuvieron al menos 6 terabytes de información confidencial, a través de correos electrónicos (que incluye textos, archivos adjuntos, cartas, videos), alojados en servidores la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) mexicana, que datan desde el año del 2016 hasta septiembre del 2022.
La información fue compartida por los denominados “hacktivistas” al medio digital Latinus, que la dio a conocer la noche del 29 de septiembre del 2022, a través del programa semanal que conduce el periodista Carlos Loret de Mola Álvarez, quien calificó como “la más grave vulneración a la ciberseguridad del Gobierno de México en su historia”.
Entre la información -que fue testada en algunas partes por Latinus-, destacan informes de inteligencia que detallan la verdadera condición de salud del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien, según dicha versión, estaría enfermo de padecimientos como “angina inestable de riesgo alto”, gota e hipotiroidismo.
Según lo indica la tarjeta informativa 0037, citada por Latinus y diridida a Luis Cresencio Sandoval González -titular de la SEDENA-, el 2 de enero del 2022, la ambulancia aérea G450, matrícula 3915, de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Palenque, Chiapas, para trasladar al mandatario nacional al Hospital Central Militar de la Ciudad de México, acompañado de su esposa, Beatríz Gutiérrez Müller y del hijo de ambos, Jesús Ernesto López Gutiérrez.
Loret de Mola Álvarez citó una serie de documentos confidenciales -los cuales no mostró-, que indicaban que ese mismo día, el político tabasqueño tuvo que ser monitoreado, canalizado y medicado, antes de volar al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México Benito Juárez (AICM), desde donde fue trasladado, “de inmediato”, en un helicóptero Black Hawk UH-60M, matrícula 1075, a las instalaciones del Hospital Central Militar, “con diánostico grave”.
El periodista enfatizó que Latinus testó “para proteger la identidad de médicos militares y particulares” que atendieron al titular del Poder Ejecutivo Federal. Luego, citó el número de tarjeta SIIO/0036, del Grupo de Servicios Especiales de la Policía Militar, se describe que López Obrador fue diagnosticado con “anguina (sic) inestable de riesgo alto”. Según Loret de Mola Álvarez, este es “un preocupante mal cardíaco”, que puede provocar infartos.
Latinus recordó que después de este episodio, al presidente le tomaron muestras de sangre y de labotario en el Palacio Nacional. Una semana después, el 10 de enero del 2022, el político tabasqueño anunció que estaba contagiado de COVID-19, pero omitió mencionar algo respecto al traslado de emergencia, ni del diagnóstico con cáracter de grave que le habían dado los médicos militares y particulares.
Según reveló Loret de Mola Álvarez, entre ese día y hasta el 20 de enero del 2022, el mandatario nacional tuvo al menos 10 consultas médicas, entre ellas la de su cardiológo particular, Patricio Heriberto Ortiz Fernández. Luego, la Secretaría de Gobernación (SEGOB) informó que, el viernes 21 del mismo mes y año, a López Obrador se le realizó un cateterismo, el cual arrojó que el corazón y las arterias del mandatario se encuentran “funcionando adecuadamente”, por lo que no fue necesario realizar ningún otro tipo de intervención.
A través de un comunicado de prensa, la institución -cuyo titular ya era Adán Augusto López Hernández- señaló que el procedimiento duró alrededor de 30 minutos y que tuvo inicio a las 16:30 horas del 21 de enero del 2022, como una medida preventiva ante los problemas de salud que tuvo el mandatario nacional en años pasados.
“Por los antecedentes del señor presidente, se le realizan estudios preventivos cada seis meses (laboratorio, electrocardiograma, prueba de esfuerzo y/o tomografía) por los resultados de su último chequeo, el equipo médico que lo atiende consideró necesario realizar un cateterismo cardiaco”, explicó la SEGOB en un comunicado, en el cual también indicó que el político tabasqueño se encontraba “en perfecto estado de salud”.
Después de 11 días de haber dado positivo al coronavirus SARS-COV-2 (que causa la enfermedad COVID-19), el presidente Andrés Manuel López Obrador ingresó, el viernes 21 de enero del 2022, al Hospital Central Militar de la Ciudad de México, de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Ello para ser sometido a una revisión rutinaria, según lo informó Jesús Ramírez Cuevas, Coordinador General de Comunicación Social y Vocero del Gobierno de la República.
“Esta mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador ingresó al hospital central militar de la @SEDENAmx para llevar a cabo una revisión médica de rutina programada”, dijo el funcionario federal, en su cuenta de la red social Twitter. El mandatario nacional, de 68 años de edad, acababa de reponerse de su segundo contagio de COVID-19, además de que tiene problemas cardíacos, derivado del infarto agudo de miocardio que sufrió en 2013 y por el que fue hospitalizado.
Después de rememorar todos estos sucesos, Loret de Mola Álvarez reveló que tras dicha hospitalización, el presidente recibió al menos 28 terapias físicas. Luego, citó la tarjeta informativa número SIIO/4955, dirigida al titular de la SEDENA, que indica que, el 21 de septiembre del 2021, el político tabasqueño acudió al Hospital Central Militar en la capital de la República, para recibir atención médica en las siguientes especialidades: reumatología; ortopedia; radilogía; y laboratorio, resultando el diangóstico de que padecía “gota”, una forma de artritis caracterizada por dolores agudos, enrojecimiento y sensibilidad de las articulaciones.
Los médicos militares recetaron medicamentos para dicho padecimiento a López Obrador, quien, sin embargo, no los aceptó. Sólo permitió que le prescribieran terapias físicas y rehabilitación. Luego, el 22 de diciembre del 2021, acudió al mismo Hospital Central Militar, donde al mandatario nacional le diagnosticaron hipotiroidismo -afección en la que la glándula tiroides no produce suficiente hormona tiroidea-, para el cual, le recetaron sustitución hormonal con levotiroxina.
“ERA TANTO EL DOLOR QUE TENÍA, QUE LLEGUÉ A RESIGNARME”, DICE AMLO AL NARRAR SU INFARTO EN 2013
El presidente Andrés Manuel López Obrador narró, el 5 de agosto del 2022, lo que vivió hace nueve años -la madrugada del 3 de diciembre del 2013-, cuando sufrió un infarto agudo de miocardio –parte musculosa del corazón de los vertebrados, situada entre el pericardio y el endocardio-, por lo que tuvo que ser internado de emergencia en el hospital Médica Sur, en la Ciudad de México.
Desde el Hospital Regional de Huamantla, Tlaxcala, donde presentó el Plan de Salud IMSS Bienestar, el mandatario nacional destacó que era tanto el dolor que sentía, que “llegó a resignarse” por lo que le pudiera pasar, sin embargo, enfatizó que el haber recibido atención médica a tiempo –encabezada por el cardiólogo Patricio Heriberto Ortiz Fernández-, fue lo que le salvó la vida.
“Por eso me dio mucho gusto que [en Tlaxcala] ya tienen equipo de urgencia para atender, por ejemplo, infartos en la parte preventiva, que es muy importante el que se infarte y que se puede venir aquí, y tiene los primeros auxilios porque esto es de atención inmediata, de horas”, indicó el político tabasqueño.
“Y buscar la forma, ya hicimos ese compromiso, de que en Tlaxcala se tenga ya una unidad especializada para hacer operaciones, lo que tiene que ver con el cateterismo. Es una especialidad, lo que es la cardiología, el intervencionismo. Les hablo de esto porque yo lo padecí, y me salvé porque me atendieron a tiempo. Se me cerró por completo la vena, la arteria. Llegué a urgencias a las dos de la mañana. Y ese medicamento que tienen ahí me lo aplicaron y abrió un poquito la arteria”, insistió.
“Era tanto el dolor que tenía, que llegué a resignarme, porque ya no podía, ya no soportaba ese dolor. Los que han tenido infartos saben de lo que estoy hablando. Afortunadamente se abrió un poco la arteria por esa intervención a tiempo, y ya llegó el cardiólogo, el especialista y ya me intervinieron, me hicieron cateterismo y me salvaron”, abundó el presidente.
“Entonces, el tener eso aquí es importante y el poder hacer el cateterismo, que solamente hay en Puebla, pero no hay en Tlaxcala, entonces tenemos que hacer ese compromiso de que el enfermo pueda salir de aquí a Tlaxcala y tener ahí a los especialistas para salvarles la vida. ¿Saben que después del COVID y antes del COVID la primera causa de muerte son los infartos en el país? Entonces, es muy importante los equipos. Aquí hace falta un tomógrafo, pues hay que tenerlo”, agregó el mandatario nacional.
El 3 de diciembre del 2013, el Dr. Ortiz Fernández informó que López Obrador ingresó a las 2:30 de la madrugada de ese día, a un nosocomio de la capital de la República, debido a un infarto agudo de miocardio, es decir, la parte musculosa del corazón de los vertebrados, situada entre el pericardio y el endocardio.
El cardiólogo detalló que el político tabasqueño tuvo una intervención coronaria en los primeros 30 minutos tras su ingreso al hospital ubicado al sur de la Ciudad de México, pero que la evolución desde la operación había sido favorable. Sin embargo, indicó que López Obrador necesitaría reposo, de por lo menos dos días.
El Dr. Ortiz Fernádez reveló que el político tabasqueño llegó al hospital con dolores en el pecho y que López Obrador tenía una arteria coronaria obstruida, ya que presentaba placas de colesterol y coágulos que generaron el episodio cardíaco,. “Fue posible destaparse exitosamente antes de la primer hora en el hospital”, puntualizó el médico.