En la primera quincena de agosto de 2020, la inflación en Tijuana tuvo un incremento quincenal de 0.21 por ciento, para ubicarse a tasa anual en 10.52%. El segundo dato más alto del país, sólo detrás de Tehuantepec, Oaxaca con 11.68%.
En el mismo periodo de referencia, la inflación de Mexicali tuvo un incremento quincenal de 0.50%, ubicándose en 9.44%, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
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A nivel nacional, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) aumentó 0.42% respecto a la quincena anterior; con lo que se situó en 8.62% a tasa anual, motivada por el alza de 13.77% en el precio de los alimentos, el nivel más alto desde hace 23 años.
En su reporte dado a conocer el miércoles 24 de agosto, el INEGI detalló que los alimentos con mayores incrementos fueron la cebolla (37.66%), papa y otros tubérculos (2.36%), tortilla de maíz (1.56%), otros alimentos cocinados (1.41%), leche pasteurizada y fresca (0.70%), y refrescos envasados (0.62%).
En tanto, el precio de la educación universitaria se encareció 1.19% y la de preparatoria 1.97%. Y el de la vivienda propia, 0.13%.
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La inflación de la primera quincena de agosto superó nuevamente las expectativas del mercado. Especialistas han considerado que el Banco de México (Banxico) seguirá incrementando su tasa de interés entre 50 y 75 puntos base en septiembre próximo. Se espera que la inflación toque su máximo durante el tercer trimestre de 2022.
Esta semana, la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) mejoró su pronóstico económico para México, al estimar que el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 1.9% (en lugar del 1.7% estimado anteriormente).
Sin embargo, el Indicador el IOAE estimó que en julio de 2022 se registró un decremento de -0.1% respecto al mes pasado, al considerar que las actividades secundarias (industria y construcción) descendieron -0.2 % y las terciarias (comercio y servicios) -0.1%
Ramsés Pech, analista en economía y energía, advirtió que existe la posibilidad de que la economía “pueda pararse” al no tener el control de la inflación, ya que ésta provoca que disminuya el consumo de productos y servicios, pues “la gente ya no puede comprar la misma cantidad de mercancías”.
En ese sentido, hizo hincapié en que “lo que importa es si habrá el desarrollo económico, que se refiere al poder de compra de la ciudadanía y de las empresas”.
Planteó como interrogante: si para enero de 2023 los empleadores incrementarán el salario mínimo al 50% como pretende la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) o conforme a la inflación, y si al aumentarlo tendrán que despedir a personal.
