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martes, abril 23, 2024
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Industria gastronómica de Baja California enfrenta escasez de mano de obra: Canirac

La industria gastronómica de Baja California está batallando para conseguir personal, sobre todo en puestos como cocinero y mesero, dijo Alan Bautista Plascencia, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Playas de Rosarito.

Esta situación ha hecho que incluso “algunos restauranteros han recurrido a reclutar personal del interior de la república, de Hidalgo, Guerrero, México y traerlos con sus gastos pagados, alquilarles temporalmente una vivienda para que puedan iniciar su trabajo, y ya que se familiaricen hagan lo propio, pero ha sido un reto”.


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Bautista Plascencia atribuyó la “demanda brutal de mano de obra” a tres factores: el generacional, ya que hoy en día los jóvenes prefieren trabajos mucho menos demandantes en una cuestión física. “Los trabajos en restaurantes, en hoteles, y en el sector servicios, requieren horarios en los que terminas a las 10 u 11 de la noche, trabajas sábados y domingos, y los jóvenes ya no quieren eso”.

Otro factor -consideró el líder empresarial- es el llamado home office, pues muchas personas con la pandemia vieron la oportunidad de trabajar vía remota desde sus hogares, e incursionaron en el comercio en redes electrónicas e internet.

El tercer factor es la competencia desleal que representan las empresas que trabajan en la informalidad y no dan seguridad social, ni prestaciones a sus empleados. “En la Canirac para poder afiliarse uno de los requisitos es ser una empresa registrada y tener la constancia tanto de la Secretaría de Hacienda como del Seguro Social”, agregó en entrevista con ZETA.


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En ese contexto, Bautista Plascencia recordó que mientras un restaurante, por pequeño que sea como una fonda, paga la renta de un local, permisos al Ayuntamiento como el permiso de letrero, el de Coepris, el de Protección Civil, cuenta con su trampa de grasa, y paga impuestos y seguridad social por sus trabajadores, un comerciante informal sólo paga el permiso de ambulantaje al Ayuntamiento.

“La política de los últimos gobiernos ha estado muy enfocada en promover los changarros, en vez de profesionalizar a la gente, a esos pequeños comerciantes y convertirlos en empresarios”, lamentó el líder empresarial, quien consideró que las políticas para ir regularizando a los comercios informales “no han sido bien implantadas, porque en vez de fomentar que se hagan formales y crezcan, está pasando al revés los negocios formales que tienen un local, ahora se están haciendo informales porque no les alcanza, no les salen las cuentas”.

La inflación es un reto para el sector gastronómico, puesto que hay productos e insumos que se han encarecido hasta un 30 por ciento en lo que va de este año y debido a ello, se está previendo un aumento de entre 25 y 30% en la carta.

En el caso de algunos restaurantes de Puerto Nuevo, Rosarito, la carne de la langosta ha subido de 23 a 28 dólares el kilogramo. La langosta entera o viva que ya está pronto de abrirse la veda a finales de septiembre va a andar alrededor de los 60 dólares por pieza, y congelada, alrededor de los 35 o 40 dólares, ejemplificó el empresario..

“No es una afirmación de que todos los restaurantes lo vamos a hacer; es una posibilidad, porque cada restaurante toma sus decisiones en cuanto a su menú”, pero lo cierto es que la inflación está obligando a que los establecimientos tengan que aumentar sus precios, puesto que también tienen que cubrir costos indirectos como agua y electricidad.

Bautista Plascencia, señaló que los establecimientos no han visto una disminución por la inflación, aunque es posible que si sigue haya personas que reduzca el número de veces que comen fuera de casa.

Agregó que en la actual temporada de verano se espera todavía una buena afluencia de visitantes del sur de California, que en su gran mayoría, un 80% son mexicoamericanos, a Tijuana, Tecate, Rosarito, Ensenada e incluso Mexicali.

“Para ellos los precios comparados con California son mucho más económicas, casi de una tercera parte menor a lo que allá les costaría un filete, una bebida preparada, una pasta” y debido a la paridad dólar-peso eso ayuda a los restaurantes de Baja California.

Autor(a)

Julieta Aragón
Julieta Aragón
Licenciada en Comunicación Social por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) Xochimilco. Cursé la maestría de Periodismo Político en la Escuela de Periodismo Carlos Septién García y sigo en proceso de tesis. Soy reportera de ZETA desde 2017.
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